Los deportistas de raza negra dominan gran parte de las ramas en competencias de toda índole, una de las principales es el atletismo, sin embargo, también destacan en futbol, basquetbol y tenis. Pero hay un deporte donde su dominio no ha llegado; la natación.
Es conocido que la natación es un deporte donde predominan -tanto en competencia como en premios- aquellos de raza blanca, pero ¿a qué se debe esta situación?
Un estudio publicado en el Journal de Ecodynamics, señaló que la diferencia entre atletas o nadadores -uno blanco y uno negro, por ejemplo- radica en la posición de su centro de gravedad.
"La arquitectura del cuerpo humano de los corredores originarios del África occidental tienen el centro de gravedad significativamente más alto que los corredores de origen europeo", mencionó Andre Bejan, profesor de la Universidad de Duke. Ese centro de gravedad más elevado pone a los africanos en una posición de ventaja a la hora de esprintar.
El estudio indica que los atletas de origen africano tienen las piernas más largas que sus rivales euroasiáticos, razón que los beneficia en las carreras u otros deportes. Sin embargo, a la hora de medirse en la natación, esta característica se vuelve en su contra.
"Nadar consiste en el arte de surfear la ola creada por el propio nadador. El nadador que hace la ola más grande es el que nada más rápido, y con un torso superior la ola que generas es más grande. Los europeos tienen un torso un 3 por ciento superior a los originarios del África occidental, lo que les confiere un 1,5 por ciento de velocidad extra en la piscina", señaló Bejan.
Por esto, es común ver a atletas no solamente blancos, sino aparentemente con mayor masa muscular en el podio de la natación, y a velocistas de piernas largas arrasar en maratones y otras competencias.
FCM