Recordemos que básicamente, el Zodiaco da las claves para identificar nuestro Ego, nuestra personalidad y reactividad condicionada que hay que trascender para lograr evolucionar a otro nivel de conciencia; por eso unido al yoga resulta una eficaz y poderosa terapia de sanación integral tanto a nivel físico y mental, como espiritual.
PRINCIPIO DE VIDA
Después del aire, el agua es el elemento sin el cual los humanos no podemos sobrevivir mucho tiempo. El agua nos conforma en un 80%, igual que a la Tierra y ha sido símbolo del principio creador de la vida para muchas culturas alrededor del planeta. Para los egipcios, por ejemplo, el Nun con sus aguas caóticas ocupaba todo el universo antes de que nada existiera, era un lugar oscuro sin superficie desde donde arrancó el acto creador y la formación del mundo, el cosmos y la naturaleza.
Para los alquimistas, el elemento agua, simboliza la limpieza y la purificación. Como establece Denisse Espinoza en su artículo “Los cuatro elementos y su influencia en los signos del Zodiaco”, el agua todo lo cubre, todo lo penetra y sin embargo, asume fácilmente la forma del recipiente que la contiene. En el cuerpo se relaciona con los fluidos, las emociones y tiene que ver con la percepción, la intuición y el inconsciente: “También con la disposición a ayudar de manera inmediata aun a costa de sí mismo; es la contención y nutrición emocional, ya que ese principio donde se genera la vida, ese maravilloso universo lleno de riqueza no es más que el vientre de donde todos venimos”.
CON LOS PIES EN LA TIERRA
Cáncer es el primer signo de agua, eso significa que ejerce su liderazgo a través de las emociones. De acuerdo con el astrólogo Segundo Ruiz, el carácter de Cáncer casi siempre se siente cargado por situaciones o relaciones del pasado que se niega a abandonar. Puede haber problemas de codependencia y “amor agobiante” que exijan atención. El reto de este signo consiste en encontrar un modo de cuidar de sí mismo en lugar de depender del apoyo emocional de los demás, por lo que una posición como Savasana o la Postura del Muerto, donde se práctica el desapego y el dejar ir, soltando el cuerpo y la mente, es muy recomendable.
De hecho se dice que aunque parece muy fácil, es la postura más difícil de dominar: “Es aprender a entrar en un profundo estado de relajación y vacío. El momento para la renovación, de ir hacia la esencia, de dejar morir y abandonar todo lo que nos pesa, ata y limita. De dejar de aferrarnos a relaciones tóxicas, dependientes y dañinas, de soltar todo aquello que nos impide fluir con la vida”
El segundo signo de agua es Escorpión. Temido por su intensidad interna, se dice que es el signo de fuego de los de agua. Se relaciona con el adulto que ha vivido intensamente la primera etapa de su vida, Yo deseo es su mantra. El signo de Escorpio puede relacionarse específicamente con el karma, porque es durante esta fase de desarrollo que deberemos enfrentar con honestidad nuestros deseos y llegar a comprender el poder inherente a ellos. He aquí porqué su atracción hacia los misterios, lo oculto, los ámbitos “prohibidos” de la experiencia y las revelaciones acerca del más allá.
El trabajo con Escorpio gira alrededor de la presencia y la confianza. Solo si Escorpio se llega a fiar de quien tiene cerca y acompaña en su viaje interior se atreverá a mostrarse en su dolor, en su corazón herido. Sin duda su profunda capacidad de conciencia hará el resto. “La dificultad del sol en Escorpio consiste en aceptar su profunda, apasionada y compasiva sensibilidad, vulnerada, en su propia fragilidad”. Para los nacidos bajo la influencia de este signo una práctica que puede serles de mucha utilidad es la del yoga en pareja, “el cual nos ayuda a conectar con la sensibilidad, honestidad e intimidad en distintos niveles y así conseguir mejor equilibrio en cuerpo, mente y la relación con los demás”.
El tercer signo de agua y en donde converge la sabiduría obtenida a lo largo de todo el ciclo del Zodiaco es Piscis. Es el agua de los mares y los océanos, la que todo absorbe y purifica; el agua en donde por vez primera surgió la vida. Este signo se caracteriza por su capacidad de comprensión y la agudeza de su intuición, es el anciano que puede reconocer los defectos y debilidades sin dejar de ver las virtudes y el talento del otro. Su mantra es Yo creo y su reto es no dispersarse en el infinito mar de la conciencia, sino lograr aterrizarlo y compasivamente aceptar la realidad mundana a veces cruel y absurda, evitando escaparse a los mundos de fantasía que lo mantienen en el limbo energético.
En Piscis la paz interior se logra aliviando las heridas del otro. El karma se centra entonces en torno a su tendencia a representar el papel de salvador o de víctima, buscando la expiación más que la unificación. Su reto kármico consiste en aprender a sintonizar y empatizar con el otro sin apropiarse de su dolor.
Así que la recomendación para los piscianos es Vrksasana o la Postura del Árbol, una posición de equilibrio que brinda arraigo en la Tierra. La práctica de posturas de equilibrio brinda algunas lecciones sobre cómo lograr arraigo, cómo encontrar el centro y cómo mantener la concentración y estabilizar la mente hacia un estado de atención mental pura. Vrksasana nos hace convertirnos en árboles con raíces, tronco, ramas y hojas. Su poder radica en el arraigo firme y seguro a la tierra y la apertura hacia el espacio y la luz con una base firme y unas raíces poderosas.
(Con información de inti.tv, segundoruiz. com, mantra.com.ar y yogapara.com)
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