Su caminar es pausado, se ayuda por una andadera porque las piernas todavía no regresan a su anterior fortaleza. Respira apoyado por un concentrador de oxígeno y perdió mucho peso. Todas han sido las consecuencias de una batalla de la que salió triunfador, venció al covid-19, y como él dice, ganó el partido más difícil de su vida. Es el médico José Rodríguez Uribe, apasionado de su profesión tanto como del futbol, pero aún más, de sus amados Pumas de la UNAM.
El doctor Pepe, como es conocido en las redes sociales, se hizo popular luego de que su hija Gabriela publicara en Twitter que tras 15 días internado en el hospital por fin despertó y lo primero que preguntó fue: “¿cómo quedaron los Pumas?” A este mensaje respondió el club universitario con un video de apoyo por parte de la plantilla, además, le envió hasta su hogar una playera autografiada y el libro de la historia del equipo.
“Tuve la gran fortuna de que me atendiera mi segunda familia, primero en el Hospital Nicolás San Juan, después en el ISSEMyM donde me trataron muy bien los médicos residentes de urgencias, los adscritos, los de terapia, gracias a ellos, gracias a Dios y a mi esposa Leticia y mis hijas Gaby y Leticia estamos aquí”, expresó el médico que desde hace dos semanas convalece en casa, cada vez gana más potencia de voz y mejora en fortaleza física.
Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y con más de 30 años de servicio en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) y el Hospital Nicolás San Juan en la ciudad de Toluca, el doctor Pepe es fiel seguidor de los Pumas, admirador de emblemáticos jugadores como Enrique Borja, Aarón Padilla, Evanivaldo Castro Cabinho, Miguel Mejía Barón y Mario Velarde, entre otros, por eso, una vez que pasó por lo más complicado de su tratamiento por coronavirus su familia y amigos lo alentaron con porras para el equipo auriazul.
“Fueron muchos días de angustia, desesperación, pero tuvimos mucha fe en Dios, muchas personas oraron por él, tuvo el apoyo de sus colegas médicos, evolucionó bien y tras varios días sin verlo, cuando lo vi por primera vez en una videollamada le grité: ‘¡arriba los Pumas!’ para animarlo, él no podía hablar aún y solo me sonrió”, recuerda su esposa Leticia Martínez.
Fue un segundo triunfo
Luchar por la vida es habitual para el médico José Rodríguez Uribe, no solo por su profesión, sino por destino. “El partido más difícil fue ese, pero gracias a Dios ganamos”.
Dijo que es el segundo partido que le gana a la muerte, pues en 1985 lo hizo con otros vidas, rescató a personas de los escombros del Hospital Juárez en la Ciudad de México tras el terremoto.
“Diría que es el segundo partido importante que gano. En el sismo del 85 yo fui voluntario, ayudamos a la gente que estaba en los escombros. Escuchaba como un gatito, un quejido muy chiquito, no vimos nada, pero al día siguiente uno de los médicos encontró un bebé de casi un año y me dijo: mira aquí está el gatito que escuchabas, tú nos dijiste que había algo más y aquí está, es un niño”, recordó.
KVS