Los últimos instantes del León-Morelia fueron una locura total en el que el VAR apareció como gran protagonista. Al final, Monarcas se quedó con el boleto de las semifinales luego de vencer de visita a La Fiera por 2-1 y en el global por 5-4. Si el partido de ida entre estos dos contendientes fue espectacular, el de vuelta fue dramático y polémico.
Luego de que se presentó el grito homofóbico al minuto 84, el árbitro Marco Antonio Ortiz decidió parar el partido; en la reanudación vino la polémica, pues en los más de 10 minutos que dio de compensación, el León que estaba encima marcó el gol del empate; sin embargo, el VAR le avisó al silbante de una posible falta de Ángel Mena, el colegiado la revisó y aunque el contacto fue mínimo, decidió anular el tanto que le daba el boleto a los esmeraldas.
El corazón de Monarcas
Desde los primeros instantes León dejó en claro que quería finiquitar la serie que llegó empatada 3-3 luego del partido ida. En los primeros minutos apareció la figura del portero de Monarcas, Sebastián Sosa, para frenar las ofensivas de La Fiera. José Juan Macías tuvo la primera de peligro, al rematar de media vuelta y mandar el balón a centímetros de la meta de Morelia (6').
Después siguieron varias intentonas que tanto la zaga como el portero uruguayo lograron contener. Antes de la media hora, Monarcas hizo su primera jugada de peligro con un cabezazo de Mario Osuna que Rodolfo Cota atajó de buena manera. Casi al instante, Ángel Mena trató de fusilar a Sosa, pero el guardameta fue más hábil y salió victorioso en el mano a mano.
Ya en el complemento llegaron los goles. León mantuvo su buen ritmo y se adelantó en la pizarra. En un desborde Ismael Sosa se quitó de encima a Sebastián Vegas, se metió a los límites del área y engañó con la vista al guardameta rival al hacerle creer que buscaría a Macías con un centro, para hacerlo salir y meter un cañonazo pegado al primer poste.
El gol obligaba a Monarcas a ir por dos tantos, parecía muy complicado pues el control seguía siendo de La Fiera; sin embargo, Morelia empezó a carburar a la ofensiva y orquestó el milagro.
El conjunto moreliano empezó a recuperar la posesión de la pelota y proyectar a sus delanteros; en una de esas ofensivas, José Joaquín Martínez mandó un servicio al área y encontró a Miguel Sansores, quien pegó un frentazo que engañó a Cota e igualó el marcador. La voltereta la consiguió Edison Flores con un disparo de media vuelta desde fuera del área, el cual pasó por encima del portero esmeralda y terminó clavada en la meta.
Al 84', Marco Antonio Ortiz aplicó el protocolo contra gritos homofóbicos y detuvo el partido por unos instantes. Al igual que en el partido de ida, se agregaron siete minutos de compensación, que al final fueron 11. En un último esfuerzo, parecía que los Panzas Verdes empatarían con un tanto de Mena, pero el VAR apareció, lo anuló y le dio dramatismo a la victoria de Morelia.
Otra vez se aplicó el protocolo
Al igual que en el partido de ida, anoche de nueva cuenta se aplicó el protocolo para erradicar el grito homofóbico de las tribunas por lo que el árbitro Marco Antonio Ortiz paró el juego durante tres minutos. Los aficionados insultaron a Sebastián Sosa por hacer tiempo tras una falta. Después de levantarse y despejar, los presentes gritaron la polémica consigna, por lo que el sonido local les solicitó dejar de hacerlo; la jugada se repitió, sin embargo, los seguidores continuaron con las agresiones verbales contra el guardameta uruguayo, situación que obligó a Ortiz Nava detener las acciones en el minuto 84, reanudando al 87’.