Un choque entre una gran leyenda y un novato sensación o, por lo menos, un quarterback que se planta por primera vez en un Súper Tazón, ya no es nuevo. Quizá, el más representativo sea que el ocurrió en el Super Bowl XIX, en enero de 1985, cuando el joven Dan Marino chocó ante Joe Montana; el resultado, victoria para San Francisco, por 16-38.
Antes de este enfrentamiento, ya también se habían dado duelos de este corte; el de Namath contra Unitas, en la edición III, o el de Ferragamo contra Bradshaw, en el Súper Tazón XIV. Como ellos, hay muchísimos más y, para este Super Bowl LIII, tendremos uno más, protagonizado por Jared Goff y Tom Brady.
CHOQUE GENERACIONAL
La experiencia contra la juventud. 17 años y 73 días de diferencia entre ambos, la mayor entre dos mariscales de campo en un Super Bowl; sin embrago, de no ser por el pequeño gran factor de la experiencia, son dos jugadores que llegan prácticamente iguales.
Jared Goff logró acumular 4 mil 688 yardas durante esta temporada, lanzando 32 pases de anotación y 12 devoluciones de balón, con un rating del 65% por ciento. Por su parte, Brady lanzó para 4 mil 355 yardas, con 29 envío de touchdown y 11 intercepciones.
En cuanto al biotipo, también están muy parejos. Ambos, pesan un total de 102 kilogramos y miden 1.93.