Desde que comenzó la era de los Súper Tazones, en 1966, se han suscitado un total de siete revanchas en el duelo grande de la NFL; el duelo que más veces se ha dado, es el choque entre los Acereros de Pittsburgh y los Vaqueros de Dallas, el cual se dio en las ediciones X, XIII y XXX.
Tras él, vienen otras seis repeticiones; en tres de ellas, destacan los Patriotas, quienes han sostenido revanchas ante Filadelfia y ante los Gigantes de Nueva York. Ahora, se presentará una más, ante los Carneros, equipo que fue su rival de New England en el primer Super Bowl de la mancuerna Brady-Belichick.
Aquel fue el primer anillo que ganó la franquicia de los Patriots. Tras ello, el equipo de Boston ha jugado siete Súper Tazones más, con saldo de cuatro triunfos (XXXVIII, XXXIX, XLIX y LI) y tres derrotas (XLII, XLVI y LII). Ahora, 17 años después, el destino vuelve a poner a ambas organizaciones en el partido definitivo por el trofeo Vince Lomabrdi.
EL PARTIDO
El choque era un tanto parecido a lo que hoy tenemos, solamente que de lados opuestos. Los Carneros, en aquel momento de St. Louis, llegaban como favoritos al Super Bowl XXXVI, plantándose como el mejor equipo no sólo de la Conferencia Nacional, sino de toda la NFL, al haber completado una campaña de ensueño, al contar con Kurt Warner, MVP de aquella temporada, con la mejor ofensiva global, además de haber culminado la campaña con marca de 14-2.
Asimismo, los Rams aún tenían gran parte del equipo que dos años antes, en la temporada de 1999, había logrado el primer título de Super Bowl para esta franquicia, en la edición XXXIV.
Por su parte, los Patriots llegaban como potenciales víctimas. Con un joven quarterback, Tom Brady, y con Bill Belichick, un coach que –a penas- daba indicios de que su carrera comenzaba a despegar, quien aún vivía bajo la sombra de su maestro, Bill Parcells. El equipo, con marca de 11-5, se logró hacer paso en la Conferencia Americana, para llegar a su tercer Super Bowl.
Sin embargo, Nueva Inglaterra volvería a jugar en el domo de Nueva Orleans, lugar que le traía malos recuerdos, puesto que en este inmueble, la organización de Boston había perdido sus dos Súper Tazones previos; el XX, ante Chicago (46-10) y el XXXI, ante Green Bay (21-35).
Y todo parecía indicar que los Patriotas, por tercera ocasión, volverían a caer en Louisiana. Sin embargo, el joven equipo dirigido por Belichick sacó la casta; con un juego inteligente a la ofensiva y una defensiva que aprovechó los errores del contrario, misma que nulificó durante tres cuartos al poderoso ataque de Kurt Warner, New England tenía ventaja de 3-17 al iniciar el último periodo.
No obstante, los Rams, el orgulloso Campeón de la NFC, y favorito en las líneas de apuesta por 14 puntos, logró empatar fugazmente el partido a 17 puntos, acordándose que –durante la campaña regular- ya había derrotado a los Patriots en Foxborough.
Pero New England, con poco menos de dos minutos en el reloj, tuvo la última palabra; Tom Brady labró una ofensiva consumidora de tiempo, con pases cortos y corridas bien defendidas, todo con el propósito de guardar bien el ovoide y evitar que los Carneros tuvieran algún margen de recuperación. Cuando faltaba siete segundos, Adam Vinatieri, conectó el gol de campo ganador, dejando cifras definitivas de 17-20.