Existen dos pasiones para el victorense Antonio Aldair Eguía Hernández, ambas muy estrechas en toda su vida. Desde niño fue atraído por el boxeo, con un talento único descubierto por entrenadores de la capital de Tamaulipas, pero a la par, el ejemplo de su padre lo inspiró a combinar el deporte con el estudio, en este caso, ser un elemento de seguridad pública.
El atleta de 25 años, quien en unos días más sostendrá su décima pelea como profesional, en evento a efectuarse el próximo 22 de julio en su terruño, ve las mismas similitudes en estos caminos: tanto en el ring y en un futuro como integrante de la Guardia Estatal, la vida se pone en juego, pero para eso, se debe tener algo más en la piel..
"Para realizar ambas actividades se requiere disciplina y sobre todo tener la fibra. Como boxeador y como policía pones en riesgo la vida. Siento que tengo la capacidad para desempeñarme en ambas actividades y hay muchas similitudes entre el box y ser policía", explicó.
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Conoce la disciplina
Fue a los 11 años cuando bajo la visión de sus entrenadores Marcelino Peña y Raymundo Pedro Lora Lara conoció el llamado “arte de los golpes”. Al seguir a un grupo de compañeros de la primaria, el adentrarse a una actividad física le dejó también un modo de estar en un lugar cómodo.
"De entre los amigos de la primaria, fui el único en quedarse hasta el final, pero siempre encantado del deporte pues en lo personal me genera un desestrés. Me siento liberado, en otro espacio, es una especie de terapia, olvido mis preocupaciones y me siento diferente", agregó.
Al ganarse la representación tamaulipeca en selectivos estatales y posteriormente ir a los nacionales, la colección de medallas y el ponerse al nivel de los mejores en la división de los Pluma en el país, fue factor para dar el paso al profesionalismo.
"Quería sentir cuál era la diferencia entre el amateur y el profesionalismo. Se me dio muy bien al principio esta carrera deportiva y aunque se notaba difícil, se pudo juntar con los estudios de la universidad", declaró el pugilista.
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Seguir con sus pasos
La inspiración para inscribirse en la Universidad de Seguridad y Justicia en mayo pasado estuvo siempre en casa. Su padre, un efectivo con casi tres décadas dentro de la corporación con diferentes nombres, continúa vigente y es, antes que cualquier cosa, un héroe.
"Nunca dudé en querer ser policía, pese a que mi papá trató de persuadirme por la inseguridad en el estado. Decidí alejarme un tiempo para dedicarme al boxeo, pero sigo convencido qué es lo que quiero para mí, convertirme en Guardia Estatal. El adiestramiento dura aproximadamente 6 meses y aunque la primera semana fue pesada, el habituarse a la rutina me ayuda a aprender sin olvidar la técnica del pugilismo", acotó Antonio Aldair.
Con esto, agregó que se tiene un entusiasmo grande encarar el nuevo combate y obtener su séptimo triunfo (ganó en seis ocasiones, dos vía nocaut, por tres descalabros), ahora en peso Super Pluma.
“Debo reconocer que tengo nervios, es la primera vez que me toca pelear en mi ciudad, con mi familia, frente a mis amigos. Una función en Ciudad Victoria sí genera nervios, pero seguramente se convertirá en ánimo y fortaleza", concluyó.