“Fue muy serio, al punto de lastimarme a mi mismo y eso no está bien” confesó Nick Kyrgios en una personal entrevista con Wide World of Sports, donde también se sinceró sobre su relación y por supuesto sobre un estilo de tenis que ha sido marcado en varias ocasiones por mala conducta. Desde John McEnroe un jugador no causaba tanta división entre los seguidores al deporte blanco, pero quizá tras sus confesiones algunos cambien de parecer.
A sus 27 años, el australiano revela que batalló con el abuso de alcohol y drogas y que antes de la pandemia “odiaba” su vida, ya que sentía que decepcionaba a todo mundo a su alrededor constantemente. El jugador, con seis títulos en el tour de la ATP y reciente ganador del Abierto de Australia en dobles varonil, confiesa que casi ya no bebe y que ha adoptado un estilo de vida más saludable en busca de recuperar una relación sana con su familia “Literalmente solo me tomo una copa de vino en la cena. Tengo una mejor dieta y trato de entrenar más.”
También comparte que sigue afectado por el abuso en redes sociales recibido durante años, en gran parte alrededor del racismo “Tengo que lidiar con eso todo el tiempo. Ahora trato de usarlo como motivación, pero es más fácil decirlo que hacerlo.” Actual 78º del mundo, llegó a estar en el peldaño 13º del ranking mundial y si bien por muchos años se le criticó que su conducta no lo llevaba a estar en lo más alto, quizá con un nuevo estilo de vida lo logre.
Su amor al baloncesto es meditación para él, pero el tenis se mantiene como una relación de amor odio, un mundo que lo llevó a conocer gente “a la que no le importaba quien era yo como ser humano, en vez de solo como jugador, como el loco jugador de tenis” recuerda. Ahora Kyrgios busca estabilidad, una que ha encontrado también en una nueva relación sentimental con la diseñadora de interiores Costeen Hatzi.