Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia, expuso que el equipo de Andrés Manuel López Obrador no cuenta con estudios técnicos sobre la viabilidad de utilizar la base militar de Santa Lucía como terminal aérea.
En conferencia en la residencia oficial de Los Pinos, junto con Roberto Ramírez de la Parra, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), mostró el libro Sistema aeroportuario del Valle de México, de José María Riobóo Martín y Sergio Rubén Samaniego Huerta, autores de la propuesta de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto.
“Ellos mismos reconocen aquí, en la página 83, que no tienen estudios que sustenten su dicho, igual que lo que ha dicho Roberto en la reunión en que él participó. Hay una expresión sincera de que no existen tales estudios.
“Esto es una posición a priori, es decir, una posición antes de, y para poder tener una posición robusta se requieren estudios, como dice aquí, hacer un peritaje técnico, cosa que no existe”, resaltó el portavoz.
En tanto, Ramírez de la Parra confió en que este proyecto aéreo continuará sin importar quién gane la elección del 1 de julio y destacó que hace un par de años se reunió con los técnicos que apoyan como alternativa la base militar, quienes le señalaron que “no pensaban realizar los estudios técnicos”.
“Yo tengo confianza en que el nuevo aeropuerto va a seguir adelante, independientemente de quién llegue; para poder decidir que se construyera en esta zona de Texcoco se realizaron los estudios correspondientes desde hace 20 años .
“Quien hoy dice que no es lo adecuado y que hay otra alternativa para poder llevar a cabo la construcción de un nuevo aeropuerto en Santa Lucía no ha hecho ningún estudio”, señaló.
El director de la Conagua recordó, sin precisar nombres, lo que le comentaron sobre la falta de análisis de viabilidad: “No, no está en nuestro alcance, sabemos que hasta ahí llegamos; creemos que es esta la preocupación, lo que creemos que pudiera funcionar. La posibilidad de hacerlo realidad ya corresponde a los técnicos más adelante, no nos podemos meter más y no nos vamos a meter”.
SIN INUNDACIONES
El vocero garantizó que el nuevo aeropuerto no provocará inundaciones en la zona oriente del Valle de México, debido a la sinergia con el proyecto hidráulico que desarrolla la Conagua, un plan maestro que data de 1994 y fue actualizado en 2013 con la supervisión del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Ramírez de la Parra explicó que previo al inicio de la construcción la capacidad de regulación en el ex vaso del Lago de Texcoco era de 13 millones de metros cúbicos de agua, ya que “la almacenábamos en dos sitios en la zona donde hoy se construye (el nuevo aeropuerto)”.
Precisó que se trata de la laguna de regulación Casa Colorada, que almacenaba los excedentes del Dren General del Valle, así como las lagunas Texcoco Norte y Xalapango, que reservaba el agua correspondiente a cinco ríos de la zona oriente.
Con la construcción del nuevo aeropuerto, la Conagua cambió el sitio de regulación o almacenamiento de agua hacia el Lago Nabor Carrillo, que puede acumular 10 millones de metros cúbicos en época de lluvias; se utilizará una laguna de carácter provisional con capacidad de un millón de metros cúbicos y el lago Churubusco, con lo que se pasa de un almacenamiento de 13 millones de metros cúbicos a 24.5 millones, “para mitigar de mejor manera las inundaciones”.
“Estamos construyendo cinco lagunas en la parte sur de lago, hicimos un cambio trascendental en la operación de lo que ya existía, y es que el Lago Nabor Carrillo sí pudiera almacenar agua de lluvia, ello contempló construir un canal colector que pudiera llevar las aguas de los ríos del oriente al Nabor Carrillo por gravedad, y con ello utilizar las nuevas lagunas de regulación para poder tener la capacidad de regulación”, indicó.
El plan hidráulico, de una inversión de 17 mil 600 millones de pesos, también contempla la rectificación y encajonamiento del Río de los Remedios, la conclusión del Gran Canal de Desagüe, el entubamiento del Gran Canal en Ecatepec y aumentar la capacidad del Dren General del Valle.
Este último originalmente movía el agua por gravedad, pero tras los hundimientos requiere plantas de bombeo para poder empujar el agua, por lo que se creará también el Túnel del Dren General del Valle, que va por debajo de éste.
“Está proyectado para siete metros de diámetro, es un túnel de gran magnitud que nos ayudará a sacar el agua por gravedad y conectar ese Dren General del Valle a lo que es el Túnel Emisor Oriente (TEO) que estamos construyendo”, refirió.
Ramírez de la Parra aseguró que el suelo donde se construye el aeropuerto es mejor que donde se encuentra el activo, pues mientras éste se hunde 50 centímetros cada 18 meses, el nuevo se hundirá 21 centímetros en el mismo lapso.
Además, indicó, el proyecto contempla la recarga de acuíferos, por lo que se construirá un pozo en una de las lagunas del Nabor Carrillo. “Es nuestro piloto en el país, a 120 metros de profundidad”, que permitirá inyectar al subsuelo 300 litros de agua de lluvia por segundo.
“Las obras de infraestructura hidráulica no son para el nuevo aeropuerto, son para poder ayudar a la población; la única obra que dejaríamos inconclusa o en camino sería el Dren general Del Valle, y afectaría a la población, no al aeropuerto. Entonces me parece que no tendría razón de ser”, sostuvo Ramírez de la Parra.
En entrevista con Carlos Loret de Mola, Javier Jiménez Espriú, nominado por López Obrador para ser secretario de Comunicaciones, señaló que de ganar el tabasqueño su equipo solicitará al presidente Enrique Peña Nieto detener las inversiones del nuevo aeropuerto para las auditorías, a fin de tomar una decisión sobre su futuro, pero no habló de suspender la construcción.