Cuando la familia de Ángel N. empezó a notar indicios de depresión en él, hacía semanas que la pandemia de coronavirus había afectado al sector donde labora. No saber si después del confinamiento podría regresar a su mismo trabajo y el virus aún activo le provocaban más estrés y ansiedad cada día.
“Me di cuenta que algo no estaba bien porque comencé de nuevo a fumar, lo había dejado desde hace más de dos años. Tampoco podía dormir y me costaba mucho trabajo levantarme”, dice Ángel N.
Las personas que sufren algún trastorno depresivo pueden tener dificultades para dormir, concentrarse, y sus padecimientos crónicos suelen agravarse; también pueden incrementar su consumo de sustancias, dice Yesenia Serrano, del Instituto Mexicano de Psicoanálisis.
En este sentido, la especialista señala que durante los meses de confinamiento muchas personas desarrollaron casos de estrés, ansiedad y depresión, incluso en personas que nunca antes habían sufrido de dichos trastornos.
Cambio de chip
La pandemia en México provocó que las personas experimentaran cambios radicales en sus rutinas diarias. Las medidas dispuestas por las autoridades sanitarias para mitigar la propagación del virus limitaron la libertad de movimiento de la población, generando que muchos estén propensos a padecer trastornos mentales, señala Yesenia Serrano.
“Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, pueden hacer que las personas se sientan aisladas y en soledad y es posible que aumente el estrés y la ansiedad. Sin embargo, estas medidas son necesarias para reducir la propagación del covid-19”, explica la psicoanalista.
El Dato...1 de cada 4
Personas padecerán depresión en algún momento de sus vidas
Asimismo, señala Serrano, el estrés durante un brote de una enfermedad infecciosa puede incluir reacciones como: temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos, su situación financiera o laboral, o la pérdida de servicios de apoyo de los que depende.
Es común que durante las epidemias aumente el riesgo de problemas de salud mental a causa de las medidas de aislamiento, la restricción de la movilidad y disminución en el contacto físico directo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Las personas que pasan tiempo en aislamiento pueden mostrar síntomas de depresión grave y síntomas relacionados con el estrés postraumático hasta tres años después”, dice la psicoanalista y añade que “la separación de los seres queridos, la pérdida de la libertad, la incertidumbre sobre el estado de la enfermedad y el aburrimiento, pueden causar efectos psicológicos adversos como las conductas de negación, de confusión, de frustración y de enojo; incluidos los síntomas de estrés postraumático que podrían escalar hasta el suicidio”.
De hecho, algunos investigadores han sugerido que, mientras más dura la cuarentena, se intensifican los temores, que pueden provocar efectos negativos dura deros y hasta permanentes.
En crisis mental
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), “la pandemia de covid-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra región a una escala que nunca habíamos visto”, señala Carissa Etienne, directora del organismo, que es la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OPS indica que en Estados Unidos (EU), Brasil y México, los tres países americanos más afectados por el covid-19, aproximadamente la mitad de los adultos están estresados debido a la pandemia. “Ocasionando el incremento del consumo de drogas y alcohol, que puede exacerbar los problemas de salud mental”, advierte Carissa Etienne.
Ángel N. es una de las 6 mil 827 personas a quienes se les detonó algún trastorno mental durante el confinamiento, mientras que unas 39 mil personas se autolesionaron o sufrieron alguna situación violenta, según el Reporte del Comité de Salud Mental de la Secretaría de Salud.
De acuerdo con datos de la OMS, 450 millones de personas sufren algún trastorno mental. Esta organización considera trastornos mentales a todos aquellos que representan alteraciones del pensamiento, la percepción, la conducta, las emociones y las relaciones sociales.
Entre ellos están la depresión y la ansiedad, pero también otros considerados más agresivos o incapacitantes, como el trastorno afectivo bipolar, o algunos tipos de psicosis como la esquizofrenia, y también discapacidades intelectuales y otros trastornos del desarrollo.
Alguno de estos padecimientos afectará a 1 de cada 4 personas en algún momento de su vida. Mientras que 2 de cada 3 nunca recibirán ayuda profesional. Los más comunes son la ansiedad y la depresión, que afectan a 4 por ciento de la población mundial, y que tienen un fuerte componente ambiental o social, ya que pueden desatarse con más frecuencia debido a lo que sufre una persona en su entorno.
Hasta finales de 2019, antes de los primeros brotes de covid-19 en China, la principal preocupación de la OMS era justo la depresión; considerada ya como la segunda causa de discapacidad —entendida como pérdida de años de vida saludable— en el mundo y la primera en países en vías de desarrollo, como México. En el país, genera más discapacidad que condiciones crónicas físicas como la diabetes, enfermedades cardiacas o trastornos respiratorios.
“La depresión es una enfermedad clínica que conlleva un estado constante de tristeza, melancolía y abatimiento; todos sufrimos situaciones en las que nos sentimos así, pero cuando un cuadro de estas características dura algunas semanas y dificulta o limita el desarrollo normal de las actividades cotidianas debemos pedir ayuda”, dice Yesenia Serrano, del Instituto Mexicano de Psicoanálisis.
La experta señala que estos trastornos impiden a las personas trabajar de forma productiva y desarrollarse con normalidad en su vida cotidiana.
Según el documento Depresión y baja en el rendimiento laboral, del psiquiatra del IMSS Eduardo Cuauhtémoc Platas Vargas, la depresión afecta la vida laboral del paciente, pues dificulta la toma de decisiones, provoca desinterés o apatía de la persona en su entorno, reduce su capacidad de atención, altera su memoria y disminuye su rendimiento.
El Dato...15 millones
De mexicanos padecen algún trastorno mental. Depresión y ansiedad son los diagnósticos más comunes.
El enemigo de los jóvenes
La Secretaría de Salud (SSa) señala que alrededor de 15 millones de mexicanos padecen un trastorno mental, con la depresión y trastornos de ansiedad como los diagnósticos más comunes.
Entre 1994 y 2008 en México, las muertes por suicidio —un problema de salud pública vinculado con la falta de atención temprana a trastornos como la depresión— crecieron 160 por ciento y, hoy en día, es una de las principales causas de muerte en los jóvenes del país.
No obstante estas cifras, apenas 1 de cada 10 mexicanos recibe la atención que necesita en este sentido, según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica más reciente, realizada por especialistas del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, como parte de la Iniciativa 2000 de la Organización Mundial de la Salud en Salud Mental.
Ante esta situación y consciente de que el coronavirus sigue activo, la Secretaría de Salud puso en marcha un cuestionario para evaluar las emociones y sentimientos que experimenta la población en https://misalud.unam.mx/covid19/ con el propósito de detectar posibles síntomas de depresión, ansiedad o riesgo de suicidio.
Una vez que las personas completan el cuestionario, reciben retroalimentación y recomendaciones “para actuar ante las emociones, pensamientos y comportamientos que usted pudiera identificar y que se presentan como resultado de la contingencia de salud que enfrentamos”, explica el portal oficial.
Por ello, si sientes algún síntoma como dificultades para dormir o concentrarte, sientes tristeza, ansiedad o temor, no dudes en pedir ayuda. No estás solo.
srgs