La inclusión financiera en tiempos de coronavirus

Marco Antonio Del Río Chivardi, director general para el Acceso a Servicios Financieros, CNBV

A través de los servicios digitales, las personas pueden comprar cosas y enviar y recibir dinero con seguridad, aún durante una emergencia sanitaria.

Uno de los principales servicios financieros digitales son los pagos, que se vuelven fundamentales (Shutterstock).
Marco Antonio Del Río Chivardi
Ciudad de México /

La inclusión financiera contribuye al crecimiento económico y al bienestar de la gente en todo momento, pero se vuelve más importante en tiempos de emergencia —como la ocasionada por el Covid-19— a partir de la protección que brinda un seguro de vida o de gastos médicos; la liquidez para continuar operando un negocio o mantener los gastos de un hogar que ofrece un crédito. 

Por ello las autoridades sanitarias de la mayoría de los países determinaron que la provisión de servicios financieros es esencial, y debe permanecer abierta al público.

 La crisis mostró de nuevo la necesidad de profundizar el uso de servicios digitales, los cuales pueden significar llevar la comida a la mesa, pagar por la atención médica o proveer ayuda a un familiar en necesidad.

Uno de los principales servicios financieros digitales son los pagos, que se vuelven fundamentales en tiempos donde las medidas de distanciamiento social han ocasionado que poco más de 12 millones de personas dejen de estar ocupadas, de acuerdo a las cifras de abril de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo del Inegi, y ante la estimación del Coneval de que hasta 10 millones de personas podrían entrar a las filas de la pobreza próximamente.


 Son cuatro tipos de pagos digitales: los P2P, como las remesas. Las transferencias desde el gobierno o G2P, donde destacan los tres millones de microcréditos anunciados por el gobierno federal, y las transferencias de los programas sociales. 

Los pagos de los negocios a las personas, o B2P, donde se encuentran los sueldos y salarios, y el último son los pagos de las personas a las empresas o P2B, como el comercio electrónico.

 El impulso del Covid-19 

La importancia de los servicios financieros digitales generó acciones sin precedentes por parte de las autoridades financieras y los proveedores de servicios financieros en el mundo, como la apertura de cuentas y créditos, y una utilización más intensa de las cuentas para realizar pagos o envíos de dinero. 

Otro tipo de acciones son las asociadas al aumento en los límites transaccionales (como el número de operaciones permitidas en un día o un mes), el incremento en el saldo o los abonos permitidos en cierto periodo de tiempo, la reducción o eliminación de comisiones y, finalmente, la interoperabilidad entre distintos proveedores de servicios financieros. México se encuentra en un nivel de utilización de los pagos digitales incipiente y ha avanzado de forma lenta en términos comparativos.

 El Banco Mundial reveló en 2017 que, a nivel mundial, aproximadamente la mitad de los adultos realizaba o recibía pagos digitales, mientras que en México, solo una de cada tres personas lo hacía. Pero estamos en el camino.

 Para aumentar la adopción de los servicios financieros digitales en México es necesario redoblar esfuerzos en cuatro temas: inclusión financiera y banca móvil; infraestructura financiera y promoción de los pagos digitales; conectividad y apertura remota e identidad digital, y protección al consumidor, confianza y educación financiera. 

En suma, la inclusión financiera en lo general, y los servicios digitales en lo particular, son fundamentales en todo momento, pero más en tiempos de crisis como el que vivimos con el Covid-19, pues ayudan a salvar vidas.

*Las opiniones del autor no necesariamente reflejan la postura de la CNBV.

yvr


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