El 2020 será recordado por la industria automotriz como el año de la crisis más profunda en su historia, dice Alejandro González, analista de Intercam Casa de Bolsa. Así podrían resumirse los dos meses que duró la Jornada Nacional de Sana Distancia, implementada en México para combatir el brote de coronavirus (Covid-19).
Tan solo en abril, la caída en la venta de vehículos fue de 64.5% con respecto al año anterior, con 34,903 autos ligeros vendidos, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz. “Para que se den una idea, no había una caída de este nivel desde septiembre de 2009, con la crisis financiera provocada por la quiebra de los bancos estadounidenses”, dice el analista de Intercam.
Estas contracciones en la industria automotriz mexicana agudizaron la tendencia negativa previa a la llegada del Covid-19 a México.
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Desde 2017 las ventas de autos nuevos siguen una tendencia de desaceleración, cuando la comercialización de vehículos nuevos cayó 4.6%; en 2018, 7.1% y en 2019, 7.7%, siendo Nissan, General Motors y Volkswagen, las empresas con mayor participación en el mercado automotriz en México, las que reportaron las mayores caídas en ventas a tasa anual de 62.1, 64.6 y 65.8%, respectivamente, según datos de Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Alejandro González asegura que, si bien la comercialización de autos lleva más de 30 meses en números rojos, fue este abril cuando llegó a su nivel mínimo histórico y que la producción, exportación y venta interna de autos en México podrían continuar su caída hasta un nivel de entre 37 y 40% para el resto de 2020, a pesar de la reanudación de actividades.
“La menor actividad se debe al deterioro de la economía de Estados Unidos (EU), el detrimento del mercado interno y el esquema paulatino en el que regresan las armadoras a operar en el país”, dice el analista, quien prevé que la caída podría ser aún más drástica en mayo.
Guillermo Rosales, director ejecutivo adjunto de la AMDA, precisa que “al cierre de año se podrían comercializar unas 981,633 unidades en el país, cifra similar a la registrada durante la crisis de 2009”. Pero advierte que la baja podría ser aún mayor.
El Dato.64.5%
fue la caída en ventas de automóviles en México el pasado abril
Retos en el horizonte
A esto se suma la incertidumbre generada por los nuevos protocolos sanitarios que deben implementar las plantas antes de su reactivación, tras la cuarentena y con la entrada en vigor del Tratado Comercial entre México, EU y Canadá (T-MEC) a la vuelta de la esquina, el próximo 1 de julio.
Durante su participación en el foro virtual realizado el jueves pasado, “El futuro de la Industria Automotriz en México en tiempos de Covid-19 y T-MEC”, realizado por la Industria Nacional de Autopartes (INA), Horacio Chávez, director de KIA Motors México, dijo que, en el corto plazo, el mayor reto es garantizar la salud del personal y que los proveedores mantengan los protocolos de limpieza para asegurar la adecuada operación de las plantas.
“Somos la segunda armadora con más destinos de exportación y muchos proveedores fuera de México. Tenemos una visión muy clara de las restricciones sanitarias con los clientes y proveedores en diferentes tiempos para mantener el negocio a cualquier costo, sin ser un riesgo potencial, para poder fabricar todos los días”, dijo el CEO de KIA Motors.
Por su parte, Flavio Rivera, presidente y director general de Daimler, coincidió en que es un enorme reto asegurar la salud de los trabajadores desde que toman el autobús hacia la planta, durante la operación y cuando regresan a casa, para que puedan compartir con sus familias cómo protegerse.
Además de los protocolos sanitarios, la pandemia de Covid-19 afectó la confianza del consumidor, por lo que es crucial reconquistarla para la recuperación económica. “Esta pandemia ha cambiado la manera de hacer negocios y cómo interactuamos con nuestros semejantes.
Afectó a las grandes economías, incluyendo a México”, mencionó Rivera, de Daimler. Tras coincidir con el directivo de Daimler, Adriana Macouzet, presidenta del consejo directivo de la INA, agregó que “el foco rojo en nuestra industria es sin duda la incertidumbre que podemos tener en las inversiones”.
También recordó que nuestro país es el sexto productor de automóviles del mundo y el cuarto que más exporta. “La industria automotriz es una de las más importantes, pues representa 3% del Producto Interno Bruto (PIB) y genera 32% del total de las exportaciones de México”, precisó Macouzet.
Con los pisos de venta cerrados, las ventas de autos durante abril debieron echar mano del telemarketing, con el uso combinado de teléfono, sitios web y redes sociales.
Por ello, las automotrices mexicanas prevén que las ventas en línea serán muy importantes en los próximos meses, aunque por regulación aún se exige la firma del contrato y varios papeles de manera presencial.
Para Daimler será un reto regresar al esquema comercial anterior, pues si bien todas las mercancías se mueven por camión, el modelo logístico deberá ajustarse a los requerimientos del comercio electrónico, que requiere mayor volumen de entregas a domicilio.
“Necesitamos que regrese la confianza del consumidor. Será necesaria la innovación, que nos permita conocer sus demandas y acercarnos de una manera más segura, ya que el mundo no será el mismo tras esta pandemia”, dijo Bruno Cattori, presidente de Fiat Chrysler en México.
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El reto del T-MEC
En cuanto a la entrada en operación del T-MEC, las automotrices mexicanas están en espera de que se publiquen las reglamentaciones correspondientes. Algunas, incluso, están pidiendo que la entrada en vigor se retrase hasta después del primero de julio.
Para el analista de Intercam Casa de Bolsa, Alejandro González, la industria automotriz en México tiene que ser vista como un aliado estratégico para la recuperación económica del país, “las facilidades que el gobierno genere no deben dejar dudas y sí tendrían que eliminar la tentación de sobrerregular al sector, al menos mientras es posible regresar a una completa normalidad”.
González también dice que a la par debe de crearse un paquete más amplio de incentivos que, en principio, dé certidumbre jurídica y quite cargas regulatorias, en estos momentos clave.
Héctor Pérez, presidente de Ford en México, dice que la falta de precisión respecto a las reglas de origen para la exportación e importación de autos es lo que más preocupa al sector. Y agrega que: “Necesitamos entender si vamos a poder retrasar la implementación de las reglas de origen del primero de julio”.
El directivo de la automotriz estadounidense reconoció que México tiene una gran oportunidad para el desarrollo de herramientas y la venta de materias primas de cara al T- MEC, pero para ello la industria debe de tener una comunicación clara con el gobierno y con los proveedores, a fin de identificar todas las oportunidades que el país puede tener con el acuerdo comercial.
Aun así, el directivo de Ford se mostró optimista por las oportunidades que abrirá el acuerdo, en un momento en el que su compañía está por lanzar el primer vehículo eléctrico completamente hecho en México en su planta de Cuautitlán, en el Estado de México.
“Existen las oportunidades, pero debemos ser competitivos para lograrlo”, dice. “Tenemos acceso a un mercado muy grande. Aunque debemos adaptar nuestras tecnologías para ser competitivos bajo las nuevas reglas que se han establecido en el tratado comercial.
Pensamos que este es un tiempo difícil, pero con oportunidades”, dice Héctor Pérez, de Ford. De tal forma, cumplir con las nuevas reglas de origen será un gran reto, pero también una oportunidad para tener un mayor contenido regional, lo que exige incrementar el número de proveedores locales.
En este punto, la industria automotriz en México se declara lista para tomar mayor participación.