Con gran pesar, Alejandro Camacho describe que la sociedad mexicana actual, particularmente su segmento más joven, está alejada del teatro. Para el primer actor, que está en temporada con La virgen loca en el teatro Rodolfo Usigli, esto llega como consecuencia de una mala estructura gubernamental, pero también de un completo desapego de parte de las audiencias.
Hace algunos meses —a finales de 2023— la revista Time Out destacó a Ciudad de México como mejor ciudad cultural del mundo (en el artículo “The World’s 20 Best Cities For Culture Right Now”), dejando atrás a otras grandes urbes como Buenos Aires, Viena o Edimburgo, enfocándose en la cercanía que museos, conciertos, festivales y muchas más actividades culturales tienen con la sociedad. Sin embargo, en ojos de uno de sus actores más destacados, esta accesibilidad está lejos de ser el panorama óptimo para la industria teatral del país.
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“Desgraciadamente tenemos un público que no acude mucho al teatro, sólo cierto sector. Y es una pena porque yo, que he tenido oportunidad de trabajar en otros países, me doy cuenta de que es totalmente opuesto: los teatros están llenos”, dijo Camacho en entrevista con MILENIO.
“En Nueva York, en Buenos Aires, en Madrid… Aquí tenemos una sociedad bastante atrasada en ese sentido. Se la pasan en el internet. Y yo pienso que un espectáculo en vivo, ya sea el teatro, la danza, la ópera, las orquestas sinfónicas, etcétera, no tiene competencia. No tienen comparación”.
Camacho enfatiza cada palabra de su respuesta, como en un monólogo, y añade: “Es una lástima que mucha gente no conozca el teatro. ¡Que muchos actores no conozcan el teatro ni como espectadores! Pero ese es un mal de falta de cultura, falta de educación”.
En los años 70 realizó teatro, pero fue hasta la siguiente década, en los 80, que despuntó su carrera en cine y televisión con su participación en La seducción y Soledad, respectivamente; ambas en 1980. Con más de 40 años de carrera, el actor y productor afirma que a pesar de que hay mucha oferta teatral en la capital, no tiene una identidad clara; además presenta un panorama distinto a lo que vive el resto del país.
“Aquí (Ciudad de México) hay de todo; hay puestas en escena para un público mucho más ligero y otras más intrincadas, eso siempre ha existido. No es particular de esta época. Esta época no tiene ninguna particularidad, está totalmente desdibujada”, dijo.
E insistió: “Las estructuras gubernamentales de educación y de cultura no fomentan actividades culturales. A menos que las organicen ellos en el Zócalo con Los Tigres del Norte. Y no por hablar mal de la agrupación, ¿eh? A mí se me hacen muy fregones. Pero también existen la filarmónica y la sinfónica que tienen que brindar un espectro musical mucho más elaborado. Como lo es en otros países. La educación sin cultura sólo sirve para mediatizar. La educación sin cultura sólo sirve para crear mano de obra. Necesitamos seres pensantes.
“Dicen que el mejor teatro es el que se esconde…”, comentó Camacho, quien habló de la labor teatral como un estilo “de existir, de crear, de soñar, de vivir, de morir”, pero que depende de la asistencia del público.
“La estrené (su obra) el año pasado en el Teatro 11 de julio. La trabajé un mes. Luego, como he tenido tanto trabajo en tv, la cerré. Ahorita, a pesar de seguir con mucho trabajo, decidí reponerla. Porque si no, me voy a morir y ya no la voy a hacer”, bromeó.
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