Los reality shows ya no son necesariamente lo que eran antes. Hoy se han vuelto una gran manera para conocer la historia personal de los famosos, llevando ellos mismo la narrativa y descubriendo cosas en el camino. Es el caso del conductor y actor Omar Chaparro, quien la cuenta ahora al lado de su hijo Emiliano, de 14 años.
A partir de este 21 de mayo veremos mucho de lo que ocurre con los Chaparro, sobre todo cuando las dinámicas cambian, y padre e hijo toman la carretera para regresar a las raíces juntos. El viaje comienza en Los Ángeles, California, donde viven, y acaba en Chihuahua, el lugar que vio nacer y crecer a Omar Chaparro.
Tras la experiencia, Emiliano describe a su padre: “Él nunca ha cambiado. Siempre ha tenido mucha energía. Como un niño. ¿Cómo lo explico? Mis maestros en la escuela parece que no tuvieron infancia; con mi papá parece que sigue viviéndola: tiene energía y siempre es divertido y está listo para todo”.
Y vaya que es verdad. Omar no ha dejado que un solo género o medio lo limite. Así que al preguntarle por qué quiso entrar al mundo de los reality shows, lo explicó: “Siempre he tratado de explorar muchas cosas, no me quedo con ganas de nada: voy a la música, luego a la conducción y después al cine, y ahora quería mostrarle a la gente algo más intimo, donde no soy solo el conductor, actor o cantante, sino el ser humano. Un ser vulnerable y matar dos pájaros de un tiro, al conectarme con mi hijo. Teníamos una relación de mucha confrontación, falta de comunicación. Emiliano a sus 14 años está un poco agresivo, no valoraba todo lo que tenía. Así que al principio no me pareció una buena idea hacer este reality con él, porque no fue mi idea, sino de Ben Odell, socio de Eugenio Debez. Ahora pienso que qué bueno que lo hice porque no fue solo conmigo, también cambió con su mamá, con sus hermanos y comenzó a valorar más todo lo que tiene”.
Aventuras y cambios
Esas son confesiones y acceso al que generalmente el público no tiene sobre los artistas que siempre cuidan su imagen y su vida privada. Si bien este espacio estaba completamente bajo su control y el de la productora que encabeza su amigo Eugenio Derbez, hay mucho que ellos decidieron compartir.
“Sí, la verdad es que había muchísimas cosas que no sabía de mi papá, no sabía que había sido salvavidas o que había hecho tacos. Todo eso antes de ser Omar Chaparro, llegar a donde está, así que cada día entendí más quién es verdaderamente mi papá”, comentó Emiliano, con un poco de timidez pero convencido.
Al preguntarles si este programa entraría dentro del género de “viajes por carretera” tan bueno para contar y desarrollar historias, Omar coincidió. “Exactamente, es como una mini película de road trip, con seis capítulos, nada espectacular. No hay explosiones o secuestros como en las películas. Lo que me encanta es que aquí todo se centra en la relación de padre e hijo, y vamos viendo en el camino cómo cambia desde nuestra manera de hablarnos, hasta cómo nos miramos. Me cuesta trabajo calificarlo yo, pues soy parte de la serie pero quiero pensar que a la gente le va a gustar. Hay papás que tienen tres hijos y se van de vacaciones con todos, y no es lo mismo que la relación de uno a uno. Porque el papá siempre se escuda en la figura materna: 'Ve eso con tu mamá. Pregúntale a tu mamá'; aquí todo cambia. Cuando estás tú solo con un hijo, no hay más que convivir, hablándose. ¿Y como quitas esa distancia? Sacando esa basura. Esto fue muy bueno para la relación”.
Emiliano compartió todo lo que le dejó esta experiencia, resultó conmovido y cambiado después de la aventura: “Yo descubrí muchas cosas en este viaje. Descubrí que antes era un hijo de la madre y que no estaba apreciando todo, estaba siendo muy mala onda con todos. Y descubrí que mi papá había trabajado mucho más que yo cuando tenía mi edad y que no me gustaba ser como estaba siendo. Cambié gracias al show y ahora soy alguien que ama”.
El hecho de que esto se vaya a ver a través de la plataforma de la compañía de Mickey Mouse fue una grata sorpresa para los Chaparro porque, como nos explica Omar, ese no era el plan original: “Primero fue una gran y grata sorpresa, porque lo hicimos para una plataforma para aquí, en Estados Unidos. Y cuando me avisó Eugenio que Disney lo quería, me encantó. No lo visualicé tan grande. Al final quedó como anillo al dedo porque es la historia de un padre y un hijo; al final también hay humor y cosas que tienen mucho corazón”.