La tercera entrega de Harry Potter, El prisionero de Azkaban (2004), es una de las más queridas por los fans de la saga, pues Alfonso Cuarón, su director, puso mucho empeño y cuidado en su realización.
Además, el mexicano se tomó muy en serio una petición que le hizo la creadora del universo mágico, J. K. Rowling, así lo reveló el propio cineasta durante una entrevista realizada en esa época como parte de la gira de prensa de la película.
- Te recomendamos Rupert Grint pensó en dejar la actuación y vender helados tras el final de 'Harry Potter' Famosos
“Yo quería hacer una película para familias desde que hice La Princesita, entonces me mandaron el guion y lo tuve ahí. Después de un mes me hablaron los productores ‘Tienes que tomar una decisión, léelo para que me digas que no’. Leí el guion de Steve Kloves, que en sí era un gran guion, y lo único que hizo el guion fue meterme la curiosidad de leer la novela”, reconoció Cuarón al principio de la charla.
El director señaló que era consciente de que iba a “heredar elementos de otras películas que no diseñé desde un principio, pero todo eso, en mí proceso, se convirtieron en factores a favor”.
Cuarón señaló que su enfoque fue “anclar la realidad humana primero, para después ir al mundo mágico, porque mi teoría era que mientras más anclaras la realidad emocional, más mágico iba a ser lo otro sin tener que estar creando magia con efectos especiales”.
Petición de J. K. Rowling
Alfonso señaló que la autora del universo mágico “me dio totalmente la libertad de hacer lo que yo quisiera, pero es la libertad y responsabilidad, que son exactamente la misma cosa”.
“Me dijo: ‘Soy fan de La Princesita, me da gusto que vayas a hacer esta película, por favor no seas literal, no creo que funcione muy bien ser literal cuando adaptas algo al cine’. Me dio gusto que me dijera eso”, recordó.
El creativo dijo que “un problema es ser excesivamente literales; tienes que ser fiel al universo, fiel al espíritu, pero no trates de ser literal. Cosa que por un lado te da libertad, pero por otra dices: ‘¿Estoy siendo fiel al espíritu?’”.
“Por un lado, me dio rienda suelta, y por otro lado es una mujer que tiene su universo tan creado en su cabeza, en donde ella conoce perfectamente las reglas de su universo, la geografía. Por ejemplo: yo tenía un cementerio y me dice: ‘No, ese cementerio no puede existir ahí porque en mi séptimo libro hay una parte que sucede en el cementerio, y el cementerio queda allá’”.
El cineasta señaló que lo único que la escritora le pidió es que “fuera cuidadoso fue en no meter elementos que contradigan su universo o elementos que contradigan hechos que iban a suceder en libros posteriores, pero de ahí en fuera fue toda la libertad de poner y cambiar”.