Nuestros fracasos como mamás nos van enseñando: Jacqueline Bracamontes

La actriz platicó sobre lo que es la maternidad para ella y las presiones que enfrenta para ser una buena mamá.

Jacqueline Bracamontes es embajadora de Coppel. (Especial)
Emily Paulín
Ciudad de México /

Jacqueline Bracamontes llega apresurada, pero con una sonrisa al Hotel Presidente Intercontinental para presentar Mamá sabe dónde encontrarlo, la nueva campaña de Coppel por el Día de las Madres donde es embajadora, y en la cual aprovechó para hablar sobre lo que significa ser mamá.

Para llegar al evento, compartió a MILENIO que, unas horas antes, le pedía a su marido peinar a tres de sus cinco hijas: Jacky, de 6 años; Carolina, de 5 años; Renata, de 3 años, y sus gemelas de cinco meses, Emilia y Paulina, para enviarlas a la escuela. “Es que no sé”, contestó él. "Ponles gel, jálales el cabello, ponles una liga y punto", respondía ella. Aunque confiesa que trata de ser "todologa", el trabajo es lo que más le cuesta a la hora de administrar su tiempo.

Jacqueline Bracamontes le gusta pasar el tiempo con sus hijas. (Especial)

"Trato de planear los días para que mis hijas estén atendidas y bien, aunque no esté yo, pero que estén atendidas", explica sobre cómo planifica su tiempo, ya que lo hace según los días que grabará los programas de televisión Netas Divinas y La Voz, en Telemundo, o si saldrá de viaje.

Cuando está fuera de su casa por trabajo, admitió que su mamá, su suegra y una cuidadora la ayudan con sus hijas. Pero Jacky también se toma un descanso de sus actividades laborales. Y es ahí cuando aprovecha para hacer las tareas con sus hijas, a través de una app de videollamadas.

“Por ejemplo, la persona que me ayuda no habla inglés, pero la tarea es de inglés. Entonces le digo ‘Okey, pónmela Jacky, qué dice ahí. A ver, tú tradúcemelo a ver si le entiendes’ y ya les voy ayudando porque es lo único que puedo hacer tratar de hacer, tratar de acomodar todo para que ellas estén bien aunque yo no esté’”.

Su vida cambió cuando se convirtió en mamá, especialmente hablando sobre su profesión, porque al elegir un proyecto necesita ver si se ajusta a su familia y el tiempo que le dedica. Señaló que hubiera hecho una serie, pero la rechazó porque eran seis meses de grabación y eso la apartó. 

"Leí el proyecto y me fascinó. Pero, digo, cómo voy a tomar la decisión. Sería muy egoísta de mi parte ponerle pausa a mi familia. 'En pausa', porque la vida sigue, pero no me perdonaría no ver gatear y caminar a mis hijas".

Para Jacqueline, el regalo más hermoso que “me pudo hacer Dios”, fue ser mamá. Pero lo que más le tocó sacrificar, reconoce, fue el tiempo que dedicaba para ella misma. "O sea, en verdad que sí es bien complicado encontrarse un espacio para escaparte. Y luego me siento culpable, eso es lo que tengo que trabajar mucho". Por ejemplo, cuenta que en una ocasión agendó una cita para hacerse un facial. “Dos horas de facial en el spa y me voy, decía, y estoy de que ‘ahorita podría estar jugando con mis hijas y es que ¿estarán bien?”.

El amor que tiene por su familia se refleja cuando habla sobre ella. Suspira y su rostro se ilumina al recordar el tiempo que han pasado juntos. Así revive el último viaje que realizó junto con sus hijas, a Las Vegas. “Como que se les abrió otro mundo y estaban encantadas”, dice sobre la experiencia que vivieron las niñas. “Y de tener a nuestros papás ahí, y que les fueran platicando y las llevaran de un lugar a otro”.

Educar en el ambiente de la farándula y los chismes

Para educar a sus cinco niñas, decidió que ella no quería ser una “mamá barco”. Su método es educar con mano dura, pero con amor. No con castigos, sino con consecuencias. “No obedeces, no te portas bien, le pegas a tu hermana, va haber consecuencias. Para que vayan aprendiendo que todo en esta vida tiene consecuencias”. Pero cuando tiene que “apapachar”, reconoce, es la mejor mamá porque le encanta hacerlo.

“Hasta ahorita todavía no se dan cuenta”, dice sobre cómo sus hijas ven a su mamá rodeada de cámaras, así como en portadas de revistas. Se ríe al contar que cuando la gente llega a pedirle que si se pueden tomar fotos con ella, sus hijas también posan para la foto. Eso sí, las amistades de sus hijas más grandes sí les comentan que vieron a su mamá en un comercial o en una portada de espectáculos. Ese panorama ha cambiado para Jacky  de seis años y Carolina de cinco, quienes poco a poco entienden de qué se trata el trabajo de su mamá, tras su visita a la grabación en vivo del reality show musical.

“Es un medio complicado que va de la mano con el trabajo que eligió su mamá”, señala sobre cómo les explicará a sus otras tres hijas cuando se enfrenten a los chismes que aparezcan. “Digamos, si algo les llega o si alguien les dice algo, que se acerquen a mí y yo les digo tal cual son las cosas”. Pero también les enseñará a que “se les resbale” como a ella. Algo que le costó al iniciar en la carrera, ya que reconoce sí consideraba lo que le decían.

Jacky Bracamontes en la presentación de "Mamá sabe dónde encontrarlo". (Emily Paulínl)

Desde la educación, la actriz aprovechó para compartir unos consejos para las mujeres que serán mamás por primera vez. “El consejo principal sería que respiren, porque las mamás primerizas nos agobiamos mucho, nos preocupamos de más. Yo creo que eso sería un consejo importante. Uno respirar y dos rodearte de gente que te quiera y que sepa del tema”.

Pese a su entrega, comenta que se presiona por ser la mitad de buena madre que es su mamá, Jacqueline Va-Hoorde. Trabaja para que sus hijas sean mujeres que respeten a los demás, y felices. Con esa presión, confesó que “hay veces que no estoy al cien por ciento. Ni modo, somos seres humanos, nos equivocamos y hay que ofrecer disculpas. Eso también va a ser un aprendizaje para nuestras hijas. Ojalá naciéramos sabiendo cómo ser una excelente mamá, pero no se puede. Ahora sí que con nuestros fracasos vamos entendiendo”.

​epc/RL

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