En 2013, el jugador de futbol soccer Kevin-Prince Boateng abandonó la cancha a medio partido en protesta por los gritos racistas provenientes del público donde jugaba para el equipo Associazione Calcio Milan. Después de casi una década, el racismo sigue siendo un problema que enfrentan no sólo las organizaciones atléticas sino todo el mundo. Boateng ha jugado para equipos de primera división en Alemania, Italia, España, Turquía, Inglaterra y Ghana. En 2017 recibió un reconocimiento especial en la premiación de 1Live Krone en Alemania por su dedicación en su lucha contra el racismo.
Boateng es carismático dentro y fuera de la cancha. Es conocido como un talentoso jugador híbrido que puede jugar como mediocampista y como delantero. Actualmente participa con el ACF Fiorentina, de Italia. Su velocidad, fuerza y dominio del balón lo han convertido en un jugador valioso; sin embargo, el talento de un jugador no lo exime de sufrir racismo.
- Te recomendamos Neymar envía mensaje a niño brasileño que sufrió racismo: Te deseo fuerza y mucho amor Internacional
Muchas veces los atletas son vistos únicamente como entretenimiento, el público tiende a olvidar que son seres humanos. Es sorprendente que incluso en 2020 esto siga siendo un hecho. Durante nuestra conversación telefónica, se mantiene enfocado y vigilante mientras habla de los desbalances en el mundo.
Boateng es mestizo, su madre es alemana y su padre es de Ghana. Creció en Berlín y platica que nunca tuvo una conciencia sobre las diferencias en el tono de la piel entre él y las demás personas. Recuerda haber tenido amigos descendientes de alemanes, turcos, croatas, árabes, y para él todos eran iguales y la llevaban bien. Irónicamente, como adulto, tanto él como otros atletas regularmente se enfrentan al odio debido al color de su piel.
Historias de odio
Un mes antes del mundial de 2018, Kerfalla Sissoko, un jugador amateur de futbol proveniente de Guinea, fue brutalmente atacado por los fans del equipo rival durante un partido de liga. Lo cercaron, lo golpearon hasta romperle varios huesos en la cara y lo amenazaron con un cuchillo. Ese día, Sissoko recibió su primera tarjeta roja mientras se encontraba tirado inconsciente en el campo.
Tanto la Unión de Federaciones Europeas de Futbol (UEFA) como la Federación Internacional de Futbol (FIFA) han estado confrontadas con el racismo. Como resultado de las fuertes críticas recibidas por su pasividad y falta de respuesta ante los incidentes raciales, en 2019 la UEFA implementó un procedimiento de tres pasos para ayudar a las autoridades en los partidos a lidiar con el racismo en los estadios. El grupo antirracista y proinclusión, Kick it Out, publicó estadísticas relacionadas con la discriminación de género, orientación sexual, religión y raza. En la temporada 2018-2019 hubo 422 reportes de discriminación, de los cuales 65 por ciento fue racial.
Boateng, al igual que muchos jugadores, ha experimentado actos de racismo durante los partidos, el público grita consignas y llegan a imitar a monos para provocar.
Admirablemente, él ha canalizado estas experiencias alzando la voz contra el odio que los jugadores pertenecientes a alguna minoría han enfrentado por años. El activista utiliza sus plataformas sociales para hablar sobre el tema y dio un discurso sobre la discriminación en los deportes en las Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza. Boateng acepta cualquier comentario relacionado con sus habilidades o desempeño como jugador, y tiene tolerancia cero para los comentarios de corte racial.
Boateng está convencido de que es responsabilidad de los jugadores alzar la voz y utilizar sus plataformas sociales en favor de los más necesitados, y asegura: “No me detendré ahora, no me preocupa ser sancionado. Voy a protestar cuando las cosas estén mal. Le daré voz a mi gente y voy a lograr un cambio en el mundo".
amt