Pilar Pellicer, cuya noticia de su muerte por covid-19 a los 82 años sorprendió ayer, decía que su participación en la cinta Nazarín de Luis Buñuel, en 1959, dando vida a Lucia, “aunque breve”, había sido el detonante para la historia que escribió en el mundo de la actuación.
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Su debut cinematográfico fue en la película Vendedor de muñecas cuatro años atrás, en 1955; sin embargo, la tabasqueña consideraba que la cinta que realizó con el director español había sido el momento ideal para su carrera.
“Me sirvió para tener un representante y poder trabajar allá (París)”, donde hizo cine, teatro y televisión y también encontró el amor, por lo que se casó con el escultor estadunidense James Meccalf, con quien procreó a su única hija, Ariane.
Bajo la dirección de los grandes cineastas hizo historia en el cine nacional, con Emilio “Indio” Fernández en La Choca (que le valió el Ariel como Mejor Actriz en 1975), con Felipe Cazals en Las Poquianchis, con Carlos Velo en Pedro Páramo y con Arturo Ripstein en Cadena perpetua. Poco a poco demostró que sus alcances iban más allá de su aptitud como bailarina.
La televisión también dio cuenta de ello: su versatilidad histriónica quedó registrada en las primeras producciones de la pantalla chica, como El carruaje, La tormenta y La Constitución, así como en diversos melodramas, El Camino Secreto y Muchachitas, y en las últimas décadas su esencia formó parte de seriales como Mujer, casos de la vida real, Mujeres asesinas y La rosa de Guadalupe.
“Fue una actriz muy reconocida y querida por todos, ella tuvo muchas oportunidades buenas y las aprovechó en todos los medios que trabajó; era una mujer del espectáculo, con una gran capacidad y una cultura muy amplia, pues venía de una familia de intelectuales”, dijo Patricia Reyes Spíndola a M2 al confirmar que apenas unos minutos antes, a las 10:23 de ayer, “Ariane, su hija, me escribió que acababa de morir. Fue una actriz muy reconocida, trabajó mucho”.
Por ello, además del reconocimiento del público que se convirtió en su compañero de andanzas, también contó con el respaldo de las instituciones que, como el Festival Internacional de Cine de Guanajuato en 2018, le hicieron homenajes por ser una mujer del cine y la televisión.
Apasionada de la cultura, Pellicer se convirtió en promotora de la lectura, a través de los diversos programas del Instituto Nacional de Bellas Artes, y fue a diversas plazas del país a leer en voz alta para contagiar de la magia e imaginación que llevaba en cada uno de esos textos que la acompañaban.
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Además, Reyes Spíndola hizo énfasis al describir a su compañera del cine y del teatro, la televisión y de vida: “Pilar era una señora muy divertida, con mucho sentido del humor, bailaba muy bien. Fíjate, las dos últimas veces que la vi fueron situaciones muy contrastantes: la primera fue en el cumpleaños de Alberto Estrella, ahí andaba bailando en la fiesta, y la segunda fue el día que murió su marido, estaba triste. Era una mujer muy ‘rica’ en todos los sentidos”.