Poco pudo adelantar Gustavo Loza de la película que filmó en México e Italia. Se sabe que este largometraje está en las últimas fases de producción y postproducción y que, fiel a su estilo, es complejo desde la perspectiva laboral, pues no sólo se desempeña como director, sino que es su debut actoral, guionista y un proyecto realizado en colaboración con sus hijos, Ximena y Bruno Loza.
“Es un gran reto. Se da mucho más el caso del actor con gran experiencia que brinca a dirigir. Es más raro un director que salte a la pantalla. Yo no tengo esa necesidad, pero en esta película sí porque es un tema absolutamente personal. Es una cinta totalmente de autor, que en su momento ya contaré; es un proyecto muy serio, muy profundo. Un drama que vive una familia mexicana que tiene que irse del país y se refugia en Italia”, comparte Loza en entrevista con MILENIO.
“Tiene todo que ver conmigo y con mi familia. La primera decisión fue invitar a mis hijos porque lo hacen muy bien, no son unos improvisados. Han tenido una formación. Luego surgió la idea de actuarla yo; no fue idea mía, fue de la gente cercana a mí. Al final tomé ese reto, tal vez por única vez en la vida, porque es una historia que me apela directamente y es algo que quiero contar, Es dar la cara. Es decir: “Sí, soy yo, y aquí estoy”, y no como director. Estamos mis hijos y yo”.
Gustavo anticipa que está cinta tiene “gran potencial comercial” y que a través de ella se ha propuesto ser más selectivo con lo que hace a partir de hoy. Además, compartió que ya tiene los planes de vida y distribución para su película.
“La película merece su recorrido festivalero, creo que ahí empezaremos. Estará lista a finales de este año; espero empezar ahí, pero no lo decidimos nosotros, se somete a consideración de distintos festivales del mundo. Yo le auguro larga vida. Evidentemente un estreno comercial en México, y ojalá en otros países, y luego plataformas”, asegura ilusionado.
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Nada lo detiene
Cables, mochilas, marcajes con cinta adhesiva y paredes de madera delimitan el camino entre set y set de la serie 40 y 20 de Vix Premium, temporadas 11 y 12, un laberinto de construcciones que dan vida a la ficción y que representan fielmente la mente de Gustavo Loza, director, productor, escritor (y pronto actor), que desde hace más de 20 años ha desarrollado historias para televisión, cine y plataformas.
Gustavo se sienta en uno de los sets para conversar con MILENIO sobre el frentismo de su trabajo, pues, a la par de la continuación de su trabajo en 40 y 20, también realizó la adaptación mexicana de "Married with Children" (Casados con hijos), "Oríllese a la orilla" —spin off de 40 y 20— y la nueva película, la más personal de su carrera. Un laberinto de ideas, proyectos y sueños que sólo él logra ordenar.
“Esta dinámica es algo que se va dando, son oportunidades que he sentido que debo de tomar mientras tenga algo que decir —explica el director—. Para mí sí tiene mucho que ver el éxito comercial, el rating, la gente. Si pasa como con 40 y 20, siento que sería un despropósito no hacerlo. No continuar cuando le sigue yendo tan bien con 10 temporadas. ¿Por qué parar cuando todavía siento que hay mucho que explorar?”.
Loza tiene un ritmo precipitado al hablar, pero claro. Es atento a la pregunta y lanza idea tras idea para darse a entender. Pinta un panorama en el que después de una exitosa carrera con distintas producciones en distintos medios, se permite explorar otras ideas y otros procesos, a tomarse el tiempo para contar una historia. Eso lo ha traído de regreso al cine, su profesión primaria, el arte que lo ha encaminado hasta este momento.
“Tengo necesidad de explorar géneros, porque a mí me gusta mucho el drama, no solo la comedia. Estudié cine, pero no sabía que iba a estar tan enfocado y dedicado a hacer proyectos de comedia. Me encanta —más, sí cumplen una función social en un país como el nuestro, en donde se necesita tanto reír—, pero también requiero otro tipo de historias y estimularme creativamente”.
Gustavo Loza comenta, incrédulo, que de las seis películas que ha hecho, sólo dos son de autor. Tomó un momento y preguntó, más para sí mismo: “¿Dónde está lo que yo tengo que decir?”, y para él, su discurso está en el cine. Sin embargo, y aquí reside lo complejo de su diálogo, rechaza categóricamente la idea de sentirse atrapado y externa, de una forma que sólo él mismo comprende, que se siente “más vivo que nunca, y con la necesidad, desde siempre, de no descuidar el cine”.
“Nunca me he sentido atrapado, he hecho muchos otros proyectos. Hice tres años Run Coyote Run, para Fox, y el año pasado hice la adaptación, un reto increíble, de Married with Children (Casados con hijos), una serie ochentera de Sony, exitosísima. Me aventaron la responsabilidad de adaptarla a México y me encantó. Eso me mantiene vivo y no me siento atrapado porque tengo esas oportunidades”.
YVI