Con una carcajada respondió el standupero, conductor y youtuber Daniel Sosa (CdMx, 1993) a la pregunta de cómo conquista a las mujeres; en seguida, con cierta ironía, afirmó: “haciéndolas reír”. Quien saltó a la fama por los videos de la extinta red social Vine y por sus pininos en programas de stand up en televisión privada, aseguró que su belleza no fue lo que enamoró a su actual pareja, si no la misma comedia.
Jerry, como le decía su abuela y quien le enseñó a hacer mole, está seguro de que cualquiera puede ser standupero, ya que no es un don con el que se nazca.
Para Daniel, el ambiente que rodea a los comediantes puede ser como el de rockstar, un día puede estar rodeado de admiradores, pero al llegar al hotel después de cerrar el telón, se queda solo.
Pero eso nunca le ha hecho perder el piso. Sosafado se despierta todos los días a las 5 de la mañana para hacer ejercicio y planear su día, técnica que le ha servido para empezar a diseñar más proyectos.
¿Cómo empiezas tu día?
A veces me despierto a las 5 de la mañana, porque luego me da hueva y me levanto hasta las 6; hago ejercicio, desayuno algo ligero, porque ya estoy gordo y me pongo a planear mi día.
¿Qué era Daniel antes de ser "standupero"?
Era un godín, súper naco, sigo siendo naco, pero ya no soy godín; era un wey chistoso con sus amigos, pero eso sí tenía mucho respeto ante la autoridad, siempre me daba cierto miedito hablarle a los jefes, hasta que comencé a hacer comedia y todo valió madres.
¿Cómo te cambió el "stand up"?
Todo empezó como diversión, cuando empezaba era tan solo un pasatiempo para mí, una liberación o una especie de catarsis y después se convirtió en mi trabajo; ahora puedo decir que el stand up ya forma parte de mi vida.
¿Ese trabajo sí deja?
Sí deja, pero tienes que estar consciente de que el trabajo es lo más importante, un show te puede dejar suficiente dinero para vivir bien, pero así como también le pasa a un rockstar, que llega a su hotel después de cerrar el telón, se queda uno solo después de haber estado rodeado de admiradores.
¿Quién puede ser "standupero"?
Todos, todos pueden podemos ser standuperos, hay un mito que normalmente se dice: “con eso naces” y no, naces con la jiribilla, naces con la vía cómica; la comedia finalmente es una fórmula, es algo que se puede aprender, porque todos podemos hacer un chiste.
¿Qué se siente estar en Netflix?
Está bien cabrón, la primera vez no lo creía, pues cuando Netflix se acercó a mí, yo sentía que mi show no estaba completo, que mi espectáculo no era para Netflix, y ya cuando vi que varios de mis amigos tenían su especial en la plataforma me decidí a hacerlo. El mío se llamó Sosafado, el cual cambió mi vida; pero aquí entre nos, es uno de los especiales que no me gustaron. Ahora se estrenó Maleducado, y ese sí me fascina, ya que estuve en la mayor parte de la producción.
Tu película favorita…
Volver al futuro es una película que me parece extraordinaria para la época en la que salió, el tema de ver autos volando... para mí es una mirada optimista hacia el futuro, me parece genial.
¿Qué libro estás leyendo?
Ahorita estoy leyendo uno de Judd Apatow, que se llama Sick in the Head.
¿Cómo es tu actividad?
Esta carrera siempre hay muchos altibajos emocionales, un día tienes un Teatro Metropolitán lleno y al otro día vas a Lagos de Moreno y van 10 personas, y pues soy buen comediante aquí, pero acá no; mi objetivo es llegar a ser el mejor comediante del planeta.
Si no hubieras sido "standupero", ¿a qué te dedicarías?
Me hubiese gustado ser futbolista profesional, que al igual cantante, pero como no me gusta mi voz, mejor soy comediante.
¿A qué equipo le vas?
¡A las Chivas del Guadalajara!
¿Y el América?
¡Que chingue su madre!
¿Eres romántico?
Soy muy cursi, también cachondillo, aunque a mi novia actual la conquisté con mi mejor talento, que es la comedia.
¿Sabes cocinar?
Hago un mole que te cagas. Mi abuela me enseñó a hacerlo desde cero, aunque mi comida favorita son las enchiladas.
¿Los sueños se cumplen?
Sí se cumplen, al ciento por ciento; una de las características es que son bien cabrones y siempre hay que buscar cumplirlos.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Me la paso fantaseando, imaginado que soy el Hombre Araña, y luego vislumbro todos los proyectos que vienen y digo: ‘estarán chingones’, porque sé que cuando alguien lo vea, les cambiará la vida.
¿Cuál ha sido el día que te ha marcado la vida?
El día que mi abuela dijo: “¿cómo que vas a ser comediante, Daniel?, no digas pendejadas”. Ese día me salí de casa, fui a un curso de comedia y sentí que era ilegal, pero disfrutaba lo que aprendía.