El estadio puede ser nuevo, puede estar renovado, pero ningún tipo de arreglo puede borrar el apasionado romance que tiene el público mexicano con Los Fabulosos Cadillacs; con una asistencia que muchos actos que se presentan aquí envidiarían, la agrupación argentina regresó a Ciudad de México para consentir a sus fans una vez más.
Las gradas a reventar y en la explanada, general a y general b, no cabía un alma más. Media hora antes de empezar, el Estadio GNP ya tenía personas de pie hasta los accesos y con el paso del tiempo se apretaban más y más. El ambiente no conoce de secciones y está noche la audiencia lo demostró.
“Manuel Santillán, el León” abrió el concierto, seguida por “Demasiada presión” y “La luz del ritmo”, tres canciones idóneas para calentar la energía a la gente. Con un puntual “¡México!”, Vicentico anunció la presencia de Los Fabulosos Cadillacs en el escenario y comenzaron el viaje por el repertorio: “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, “Carmela”, “Estoy harto de verte con otros” y “El genio del dub” fueron algunas de las paradas.
La primera vez que los argentinos visitaron México fue en 1991, cuando se presentaron en un bar de Tijuana frente a menos de 100 personas. Hoy en día, más de 3 décadas después de ese primer contacto, es imposible imaginar una presentación de Los Fabulosos Cadillacs que no sea masiva y en los recintos más grandes de país. En el Estadio GNP hubo lleno total con 65,000 personas confirmadas por OCESA.
“Muy buenas noches. Hola, hola, hola… ¡Qué alegría inmensa esto! Es increíble para nosotros. Tantos recuerdos, tantos presentes. Quién sabe más adelante, pero esta noche estamos acá, felices. Es un inmenso honor. Gracias por esta hermosa noche”, agradeció Vicentico en nombre del grupo.
Dos grandes versiones de “Calaveras y diablitos” y “Los condenaditos” anticiparon el bloque acuático de la noche, un descanso auditivo, pero también un momento íntimo con ‘los Cadillacs. El grupo se acomodó en una fila a lo largo del escenario, versión minimalista en instrumentos, y tocó canciones como “Soledad”, “Basta de llamarme así”, “Gallo rojo” y “Vos sabés”, esta última una favorita del público.
El extenso repertorio de Los Fabulosos Cadillacs les permitió dejar muchas canciones fuertes para el final del concierto y el clásico ‘encore’. “Siguiendo la luna”, “Carnaval toda la vida” y “Mal Bicho” son fundamentales, pero en este concierto destacó “Padre nuestro”, una de las más coreadas de la noche, “Matador”, que retumbó las gradas del estadio, “Vasos vacíos” y “Yo no me sentaría en tu mesa”, estas últimas cerrando de forma enigmática el regreso del grupo a Ciudad de México.
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