Lluvia secó el concierto de Billie Eilish en CdMx; Tláloc da, Tláloc quita

Reseña

La línea “you make me hate this city (tú me hace odiar esta ciudad)” nunca había sido gritada con tanta genuinidad.

Concierto candelado de Billie Eilish en Foro Sol. / Alejandro Membrillo
Miguel Martiñón Calzada
Ciudad de México /

Lluvia, fuerza extraña de la naturaleza. CdMx, fenómeno aún más bizarro. La combinación fue fatídica en la noche en que Billie Eilish daría el primero de sus conciertos en México como parte de la gira ‘Happier Than Ever’ con un resultado negativo: pospuesto el concierto, fans hechos una helada sopa, varios casos de catarro y una decisión a tomar.

El Metro precipita gente hacia el Foro Sol a chorros, son casi las 7:15 PM de un caluroso 29 de marzo. En el hirviente vagón no cabe un alma. Alguien espeta: 'Wey, estoy empapado'. Si supiera que en minutos lo estarán aún más, aunque no de sudor.

La Línea 9 hace sentir su tramo elevado en forma de un cosquilleo estomacal, resultado en parte del nerviosismo por el show, pero también de la mala fama que este transporte se ha hecho en superficies elevadas. Avanzamos.

Una cortina de agua se revela, empapando las vías durante el indeciso asenso, como indeciso el paso de la masa escaleras abajo en la estación Velódromo por el aguacero que cae.

Mientras esperas a que aminore, repiquetea el techo protestando ante la fuerza del granizo, celebrándola con su ensordecedor e incesante ritmo. '¡Biiiiillie! ¡Biiiillie! ¡Biiiillie!', perece corear.

—¡Lleve la capa en veinte pesos! ¡Lleve la capaaaaa!

—¡Cincuenta la capa, cincuenta la capaaaaa!

Previo a concierto de Billie Eilish, lluvia y granizada azotan Foro Sol | VIDEOS

Compras una capa de $100, más gruesa, ¿más robo? Vendedores hacen su agosto en marzo. Mentes de tiburón que venden 'pieles impermeables' para dotar a humanos de la inalterabilidad frente al agua de un pez.

El hielo venido del cielo cesa, pero no así las gotas. Decides emprender el paso hacia el exterior. Cruzas fríos ríos sumergiendo tus pies y hasta tus pantorrillas, tienes ahora hielos por zapatos, dos cubos que se deslizan (carentes de la gracia de un escualo) por la calle Atletas hacia Río Churubusco.

Ya en los accesos al recinto, caras largas bajan por las escaleras, regresan del ojo de un huracán, a juzgar por su aspecto. Empapan la escalera tanto como la lluvia. Una cascada humana. ¿Acaso son lágrimas?

Les agarró lo peor estando en la explanada del Foro Sol, manteniéndose estoicos hasta que su húmedo estado los obligó a resguardarse. Su cuerpo tirita. Topan con una multitud dudosa que se intenta compactar lo más posible para proporcionarse calor y cubrirse del agua.

"No sé ha cancelado el evento oficialmente, pueden ingresar o irse si así lo desean", informan cuando faltan 15 minutos para las 8:30, hora que marcaría el inicio del telonero Omar Apollo, para media hora más tarde dar paso a Billie Eilish.

Circulas hacia tu asiento, mientras 90 minutos se escurren de entre los dedos a la expectativa. La gente sale de los ‘sanirents’ donde se atajaron de la lluvia. Staff seca el escenario con sendos trapeadores mechudos. Las luces se apagan. Sí habrá concierto, piensas: el agua ya perdona con su ausencia.

Piensas en el lado positivo de la noche: la sequía acecha al 80% del país y hoy en la capital Tláloc da un respiro. ¿Suficiente para resolver el problema? No, una golondrina no hace verano, pero qué más da por lo menos está Billie.

Llueve en concierto de Billie Eilish (José Velázquez López).

"Desgraciadamente por razones de seguridad y razones técnicas, Billie no podrá dar el show”, nos tira en la cara el sonido del Foro Sol. El clamor no se hace esperar hasta que ella sale al escenario para platicar con el público. Los abucheos se transforman en vítores.

Y ahí está, un punto negro con verde fosforescente que apenas distingues por la distancia combinada con miopía.

“¡Qué noche! ¡Ayayay! Escuchen, no puedo dar el show, ¡¿Vieron esa tormenta?!, Jesucristo”. Y que lo digas Billie. “Gracias por estar aquí parados durante esta maldita lluvia”. Pa’ eso estamos.

Cantará 5 canciones en acústico y adiós. En ensoñado estado, la CdMx se rinde ante la adolescente, coreando la calma de Ocen Eyes y When the Party’s Over, pasando por la tristeza, de Everything I Wanted y Lovel’, hasta el éxtasis de Happier Than Ever.


La línea “you make me hate this city (tú me hace odiar esta ciudad)” nunca había sido gritada con tanta genuinidad.

Nos dicen que el concierto se reprogramará al parecer para este jueves 30 de marzo en el mismo Foro Sol. El recinto vecino, el Palacio de los Deportes, albergará simultáneamente el show de The 1975, programado para las 8:30 PM, para el cual también tienes boletos. Maldito destino.

Esta zona de la ciudad pinta para ser un desastre mañana con dos eventos masivos ocurriendo al mismo tiempo y con los designios de Tláloc aún por conocerse. Pero ya será momento de preocuparse por ello.

En el camino de regreso a casa The End Of The World de The Carpenters suena en el aleatorio de Spotify para acentuar el toque de drama de la noche. Te aferras al boleto endeble y mojado.

“Don’t the know is the end of the world? It end it when you said goodbye (¿No saben que hoy es el fin del mundo? Se acabo cuando dijiste adiós)”

La CdMx está un poco menos seca, lluvia y emociones la humedecen, pero al costo de dejar pendiente el concierto de una de las jóvenes artistas más influyentes del planeta. Hay una decisión a tomar ¿Ver a Billie o a The 1975? Tláloc da, Tláloc quita.

evt


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