Miranda! avanza firme hacia sus dos décadas de trayectoria. Aunque pararon shows por la pandemia de covid-19, ya trabajaban en su próximo disco; Ale Sergi y Juliana Gattas hablan de lo aprendido, lo que agradecen y lo que viene.
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“Conservamos la esencia y lo que nos llevó a juntarnos, que en mi caso eran las ganas de subirme a un escenario, maquillarme, del vestuario, y todavía lo es; no es lo único, pero es un motor que me entusiasma. Sin embargo ha habido una evolución: en nosotros mismos, en el grupo; somos más profesionales, un poco (risas). La tecnología avanzó y nos fuimos adaptando a sonidos, a herramientas, a estéticas, siempre manteniendo la esencia y cumpliendo nuestros caprichos de la infancia y todo lo que nos pinta el corazón”, dice Juliana a M2.
Ambos se sienten afortunados con su trayectoria; de hecho, afirman que “el peor momento para Miranda! es este”, nunca habían dejado de tocar tanto tiempo, como ahora que por el virus amerita estar en confinamiento.
“No hay una meta definitiva, nos falta hacer un montón de cosas, pero no sé si las llegaremos a hacer; nos falta tanto hacer una película como tener una tienda de discos”, indica Ale. “Que nadie necesita una película”, lo interrumpe ella. Luego continúa: “Y la tienda no sé si es un buen negocio (risas)”.
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“No sabemos qué va a pasar en algunos años, lo positivo es que nos vamos adaptando y, sin perder la esencia, tenemos la fortuna de ser escuchados; porque no faltan cantantes, y seguir teniendo nuestro espacio tras tanto tiempo es un orgullo”, resalta el cantautor.
Ambos reflexionan sobre la felicidad y es que de eso va su más reciente tema. “Para mí es poder vivir mi pasión y poder compartirla”, señala él, claramente, refiriéndose a la música. Su compañera va más allá: “Para mí la felicidad es algo pequeño, como parar para comer; cuando quiero describir algo inmenso como es el amor o a mi hija, la palabra felicidad le queda chica”.
La canción se titula “Casi feliz”, habla de un hombre de 40 años y de una forma de ver la vida positiva, pero realista: “Lo que nos identifica a nosotros de las letras es eso, una sensación de positividad con los pies en la tierra, algo más real, de la felicidad que uno puede tener a diario, que siempre es hasta ahí, nunca estás completamente contento”, menciona Sergi.
La contingencia hizo que el video del sencillo se grabara en sus casas, mostrando el abanico de emociones que uno atraviesa estando solo en un lugar; además, refleja cómo el entorno y los objetos del hogar se convierten en los habitantes de un universo, en donde uno puede ser “Casi feliz”, coincidieron.