Es un viernes del 2012 y afuera del 622 de Avenida Chimalhuacán, en Ciudad Neza, cientos de jóvenes esperan a un ídolo. El lugar, una discoteca llamada Stratus, aún no abre sus puertas, pero el ambiente festivo se desborda en la banqueta donde no hay una fila, sino decenas de grupitos uniformados con pantalones Goga y playeras imitación Ed Hardy que conforman ‘combos’, como se denomina a las pandillas gustosas de ese baile que implica cadencia y poses dignas del Kamasutra, el ‘perreo’.
La tardeada comienza minutos después de las 14 horas. Tras varios DJs de apertura del colectivo Under Style, con las cervezas haciendo efecto y el sudor emanando por todos lados, sale a la cabina un joven que, por su complexión delgada, parece no rebasar los 20 años. Usa una playera ajustada y audífonos que aplastan el gel de su peinado. Su nombre tiene tapizados los postes del Área Metropolitana y provoca tumultos aquí, en Azcapotzalco, Iztapalapa, Tepito, Naucalpan y la Gustavo A. Madero. Es Pablo Alejandro ‘Pablito Mix’ y, al verlo todos, 'bufan' y gritan: “¡Ay Pablito, qué rico!”.
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"Nos tachaban como delincuentes"
"En esos tiempos solo los chavos de barrio perreaban durísimo y ahora todo México perrea", recuerda Pablito sentado en un sillón dentro de las oficinas de MILENIO en la Ciudad de México.
De pantalón, gorra y lentes negros, y camisa blanca, el nacido el 8 de octubre de 1991 en el barrio de Prensa Nacional, ubicado en el límite entre Tlalnepantla y Azcapotzalco, dice que cuando se convirtió en un ídolo también enfrentó el estigma de ser un "delincuente"
"Hoy estamos viviendo una época muy buena, porque en esos comienzos estaba marginado que dijeras que eras reguetonero, te trataban mal, nos tachaban como delincuentes, hablaban pestes de nosotros. Pero ha pasado el tiempo y ha evolucionado mucho. Ahorita es más comercial, pero... ¡Qué buenos tiempos!".
Tienen enraizados en la memoria esos fines de semana que se reunía con los combos reguetoneros para ir a fiestas en espacios que iban desde foros o antros establecidos, hasta terrenos, vecindades, salones de fiesta y bodegas. "Lo que nos prestaran".
El lugar que lo consagró fue la Stratus, en Neza. Ahí solía celebrar los aniversarios de su colectivo, Under Style, que tenía como bandera el 'cumbiatón' - una mezcla de dembow y cumbia - y respaldaba a otros talentos como DJ Esli, DJ Pedro Fuentes, DJ Mega, DJ Nova, DJ Jester y Lalito Mix.
"Ahora es una farmacia", comenta con cierta añoranza sobre ese recinto donde tantas veces corearon su nombre.
Le tocó picar piedra. Comenzó su camino musical en la adolescencia, careciendo de "herramientas profesionales". Su primera canción, Ay Pablito qué rico, la creó a 15 años con un micrófono que compró a bajo costo en una tienda del Centro: "Ni sé qué marca era". Y con una laptop que, si la movía, "se reiniciaba".
"Para esa canción tenía una vocecita que decía 'Ay papi, qué rico', pero en los perreos me gritaban 'Ay Pablito, qué rico'... Creo que ese es el éxito del perreo, que la gente se quede con algo en la mente; no me gusta hacer canciones por hacer canciones, me gusta hacer clásicos", afirma.
Actualmente, tras mucho esfuerzo - "valieron la pena los chingadazos, las desveladas" -, Pablito trabaja con micrófonos de alta gama y siente una "madurez musical". También sabe de notas, porque cuando hizo sus primeras canciones, "hacía música por oído". Además, sus tocadas ya abarcan países como Alemania y Francia, y está firmado por Warner Music México.
Este crecimiento es una muestra de que "el reguetón mexicano se está apoderando del mundo; me siento parte del movimiento porque puse mi granito de arena para que todo sucediera".
— ¿Te consideras el pionero del perreo en el país?
— 100 por ciento, pero no soy el único, hubo más gente que luchó por esto. No me puedo llevar todo el crédito, pero soy parte de la gente que le echó ganas para que el movimiento siga adelante.
"Nos falta más por lograr"
"Todos mis sueños los he cumplido: tocar en los mejores festivales de México, Estados Unidos y Europa. Anduve de gira y hacía canciones, pero no me dedicaba tanto al estudio hasta ahora. Entonces, estoy muy motivado", reflexiona Pablito.
Esta motivación se demuestra en sus recientes y constantes lanzamientos: en agosto presentó Bellaca y Bandida junto a Oscarr G, y el pasado 12 de septiembre sorprendió con Bellaco desde chamaco, una colaboración con El Malilla.
"No soy de los que les gusta quedarse quietos, me gusta expandirme. Sueño con seguir sacando música, porque el reguetón mexicano está en uno de sus mejores momentos", acentúa.
Del impacto de referentes actuales como El Malilla, El Bogueto, Bellakath, Yeri Mua, Uzielito y Charly Gynn, los aplaude pero pide que le sigan "echando ganas" y no lo hagan por moda, "sino con el corazón".
"Lo difícil no es estar arriba, sino mantenerte vigente. No me siento viejo, pero he visto tantas generaciones pasar que sé lo difícil que es que sigan cantando tus canciones con los años. Entonces, que no lo hagan por dinero, yo en mi primera tocada gané 200 pesos", aconseja.
Afirma que la música lo salvó porque en el entorno periférico donde creció, un tanto hostil, "si no me hubiera dedicado a esto no sé qué sería de mi vida". Luego, revela que no tiene estudios como para decir 'Soy licenciado en algo', pero está "graduado en 'perreo'.
"Dedicarme a esto desde hace más de 10 años y viajar por el mundo... ¡Imagínate!".
— ¿Qué es un bellaco?
— Es una palabra de Puerto Rico, pero la traducción correcta de en México es como cachondo.
Pasan los años y la vigencia de Pablito Mix se comprueba en cada canción que lanza y en cada tocada: el pasado 31 de marzo se presentó en el Festival Pa'l Norte, en Monterrey, y llenó su escenario: "Después de tantos años la gente sigue con esas mismas ganas. Entonces, esto va para más". Y más recientemente, en el marco de los Juegos Olímpicos de París, atiborró una discoteca de dicha ciudad europea.
"En esta carrera he sacrificado a mi familia, pero siempre están hablándome; mis hermanos y mis abuelos me apoyan. Luego trato de compensarlo con una fiesta o algo así... Todo ha valido la pena", reconoce.
Antes de despedirse de MILENIO, el primer ídolo del reguetón mexicano esboza un a sonrisa al abordar la colisión musical mexicana a nivel global: "En todo el mundo hablan bien de nosotros, y le sumas lo que está pasando con el reguetón y los corridos, ¡nos escuchan en todos lados! Aparte, tenemos otros géneros musicales. Y nos falta más por lograr".
hc