En la preparatoria escuchaba a sus compañeros decir que los corridos eran música de nacos y se propuso cambiar esa mentalidad. “Voy a hacer que les guste, cabrones”. Y así se inventó un sonido. La fórmula consistió en mezclar trap y hip hop con los corridos tradicionales y boom, explotó el internet.

A sus 23 años, Natanael Cano es considerado el padre de los corridos tumbados y, no sólo eso, ya registró el término como su marca. “Los jóvenes conectaron con mi música desde el principio, los acerque a nuestras raíces y les gustó”, dijo cuando presentó en la colonia Juárez de la capital su último disco, Nata Montana (2023).

Asegura que es el mismo chamaquito que salió de Sonora y se estableció en Tijuana, en su cumpleaños 18, con el sueño de lograr el éxito. Lo que ocurriría cinco años después. Natanael pensaba: “Voy a hacer que les guste este género a toda la gente de mi edad, que dejen de pensar que los corridos son de nacos o narcos, y lo logré, hoy la gente fresa pone corridos tumbados en sus carros, le dimos estatus al género”.

Natanael Rubén Cano Monge es un chico bendecido, indudablemente talentoso y leal. “La gente que me rodea es la misma desde que vivía en Sonora, sigo teniendo los mismos amigos y varios de ellos trabajan conmigo”, dice. Destacado como músico y compositor, tiene once álbumes de estudio y varias de sus canciones se han colocado en el Top Ten de Spotify.

Es un cristiano que se persigna y no duda en comprar rosarios de oro que cuestan 250 mil pesos. Sus looks incluyen cadenas de oro, joyas, tenis y ropa de diseñador que nunca repite. Capaz de despilfarrar en un sólo día 600 mil pesos en vestuario. Es conocido por su sentido de la moda, que mezcla la estética del trap, que es urbana y callejera: ropa deportiva, gorras, cadenas de oro y sudaderas. Es también un soñador que comparte con sus padres las ganancias, pues con su primer cheque le compró una casa a su mamá.

Es famoso, muy famoso. Posee relojes Rolex valuados en un millón de dólares y tiene más de 11 millones de seguidores en Instagram, que crecieron en el último año como hongos en época de lluvias. En sus redes sociales publica sus dos últimas pasiones: ser el rey de sus propios ‘afters’, como DJ de música electrónica, y ser piloto de motocross, competencias en donde ya se accidentó y llegó al hospital en 2022, por una caída donde sufrió dos fracturas.

Natanael, Nata, es irreverente, siempre dando de qué hablar, sin filtros, se divierte en el escenario, haciendo sus “natadas”, como cuando mandó saludos a todas las mujeres “menos a las gordas” o cuando le quitaron la visa gringa por fumar marihuana. Por eso, invade las redes con sus ocurrencias, un 16% de los hashtags de TikTok citan a #NatanaelCano y es quien revienta los números de Spotify con sus 24 millones de escuchas mensuales.

Los orígenes de Natanael Cano

Es hijo de Rubén Cano y Ciria Monge. Tiene dos hermanos: Daneiry y Ángel. Proviene de una familia de cantantes y músicos aficionados, pero ninguno famoso. La magia la conoció de niño y la encontró en la guitarra, se la presentaron su abuelo y su papá. Desde los once años comenzó con sus primeros acordes de guitarra, tocando en las reuniones familiares.

La cantada vino después, sabía que no tenía la mejor voz, pero googlear lo acercó al método Malcom Gladwell: “si dedicas 10 mil horas a practicar la misma actividad, te vuelves experto”. Así que empezó con cuatro horas diarias, hasta que logró cantar y tocar a la perfección, sin maestros, aprendió como hoy muchos jóvenes aprenden cosas, en YouTube.

Comenzó tocando el requinto, un instrumento de cuerda similar a la guitarra, pero más pequeño, fue integrante de un grupo de corridos a los 14 años inspirado por su más grande ídolo: Adrián Camargo, el cantante sinaloense que murió a los 22 años en un accidente de tránsito y que en su corta carrera ganó dos premios Billboard de la música latina.

Natanael dice que escribió una de sus más emblemáticas canciones en el baño, “Amor Tumbado”, en el 2021, cuando se la mostró al rey de los productores del regional, Jimmy Humilde, CEO del sello discográfico Rancho Humilde. Le gustó y la grabaron de inmediato, fue un boom llegando a 149 millones de visualizaciones en YouTube.

Desde que la escribió, Natanael sabía que había creado un sonido diferente a todo. Se grabó en su casa y subió sus primeros clips a YouTube, eran “El de codeina” y “Soy el diablo”, las cuales rápido se hicieron virales. El Instituto Sonorense de la Juventud lo calificó como “la juvenización del género regional mexicano, la versión urbana de la música mexicana”. La frescura fue tanta que llegó a los oídos del cantante de moda, Bad Bunny, quien lo buscó por Instagram. Bad Bunny fue el primer famoso en colaborar con Nata, después vinieron Alejandro Fernández, Snoop Dogg y hasta el DJ Bizarrap, con la “Sesión 59”.

El ídolo se convirtió en ‘Natanael N’

Famosas también han sido sus polémicas. Su pelea mediática con Pepe Aguilar sucedió en mayo de 2020, cuando el charro criticó el nuevo género, mientras lo entrevistaba el youtuber Escorpión Dorado, calificando a los corridos de “música mediocre, chafa y pinche”. Natanael respondió en un video dirigido a Aguilar, en Instagram, diciéndole que “sus canciones estaban pasadas de moda”.

También en sus redes sociales le ha suplicado a sus fans que no le pidan fotos. En 2022 publicó una historia en donde dijo textualmente: “Si me ves patinando o en la calle mejor no me pidas foto ‘que no las doy’, no por mam…, me quitan el poquito tiempo libre que tengo como ser humano fuera del trabajo, y vienen ustedes a meterme a trabajar otra vez”. Y luego agregó: “no funciona así bebés, perdón".

En septiembre de 2023 fue multado por un millón 244 mil 880 pesos por el gobierno de Chihuahua por cantar corridos con temática del narco en un concierto, como “Cuerno azulado”, ya que el gobierno local considera que su música “promueve la violencia contra la mujer y propicia su denigración, discriminación, marginación y exclusión”.

Su último escándalo lo convirtió en “Natanael N”, cuando en agosto de 2024 la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora lo acusó de sobornar a la policía por conducir a exceso de velocidad un Dodge Charger de color rojo, sin placas. Ocurrió en marzo de 2024.

En las redes sociales se movió un video en donde se observa al cantante entregar dinero a los agentes de la policía municipal de Hermosillo, por lo que meses después la Fiscalía le prohibió salir del país sin autorización judicial y lo obligaron a firmar en un juzgado de manera periódica por los hechos.

Para José Manuel Valenzuela, investigador emérito de El Colegio de la Frontera Norte, además de autor del libro Corridos tumbados (NED Ediciones, 2023), “Natanael Cano está viviendo al límite, igual que sus ídolos Ariel Camacho y Adán Chalino Sánchez, ambos cantantes y muertos antes de cumplir los 23 años, justo por accidentes a exceso de velocidad. A Nata no sólo se le hace fácil manejar en esa velocidad, también sufre de esta transformación que suelen tener las personas cuando vienen de una cultura popular y de repente tienen dinero, se sienten con el poder para comprar a policías”, dice el investigador, experto en la cultura del género.

Cantó en el Foro GNP corridos dedicados a ‘El Chapo’

En medio de estas polémicas y después de cinco años de carrera, donde ha ganado tres premios Juventud, un Latin American Music Award y varias menciones al Latin Billboard, llegó el concierto que podría considerarse el más importante de su carrera, en el Estadio GNP, el pasado 23 de agosto en la Ciudad de México. Ante 65 mil personas demostró que puede convocar en un mismo escenario a otros ídolos, como Peso Pluma, Gabito Ballesteros y Belinda, y que cada uno le demuestra respeto, amor y reconocimiento a su talento.

Durante dos horas y media el chico vestido de Adidas y cargando un vaso rojo de plástico todo el tiempo, logró conquistar a los presentes y a los que lo siguieron por Disney Plus en vivo. Natanael dejó claro que se rige bajo su propia ley. Cantó rebeldía y poder, las reglas las dictó él: cantó la “CH y la pizza” y el “Cuerno Azulado”, ambos corridos dedicados a Joaquín Guzmán, El Chapo. Y todo se lo festejaron sus fans al grito de “¡Nata, Nata, Nata!”.

“Hubo permisividad y se pudo cantar lo que Nata quiso, sin ningún tipo de restricción, además de decir la palabra ‘verga’, sin censura, a pesar de transmitirse en una plataforma que está relacionada con el contenido infantil, como Disney”, dice Valenzuela.

Agrega que estamos atrapados en una narrativa donde el eje fundamental tiene que ver con el narcotráfico, donde los corridos tumbados festejan la narcocultura, “es una realidad que los jóvenes aceptaron y dejó de ser un ritmo de la clase baja, tanto, que hasta Barack Obama tiene música de Peso Pluma en su ‘playlist’ [..]. Los jóvenes lo perciben legítimo y entrañable y eso conectó con un público que busca precisamente eso”.

El joven se ha declarado depresivo pero realizado. En TikTok pueden verse fragmentos de entrevistas en las que declara: “Soy un chico depresivo por gusto, porque no me falta nada, pero la depresión la hice parte de mí porque me ayuda en la parte artística”. En 2021 publicó en su Instagram una fotografía desde el hospital. Escribió: “La depresión es una enfermedad con cura y se llaman doctores. Chequen sus niveles de ki”.

Tres años después tiene una visión de que lo mejor está por venir. “Apenas les he dado un 30% de lo que tengo, el mejor Natanael viene más adelante”, dice antes de salir a cantar en el Estadio GNP, a través de una entrevista de 25 minutos transmitida en las pantallas.

“A mis 23 años me siento realizado, no tengo nada qué demostrar, el día que la gente empezó a cantar mis canciones, ese día, yo me realicé. Pero lo más importante es el futuro, viene música nueva y cada vez mejor”, les dijo antes de cantar 55 canciones y despedirse con una leyenda en las pantallas que decía New Era. Se ha especulado que así se llamará su nuevo álbum, la especulación es tanta que se han filtrado supuestos títulos de canciones en redes sociales y sus fans esperan tenerlo antes de que termine el 2024.

Natanael Cano rompe récords

Cuando pensó que había dado su concierto más grande en el Estadio GNP, llegó a la Feria de San Luis Potosí, cinco días después, y logró juntar a 310 mil personas que corearon sus éxitos, rompiendo los récords de asistencia a conciertos masivos en México. En junio de 2023, Los Fabulosos Cadillacs cantaron ante 300 mil asistentes, y éste era el récord más grande, hasta que llegó el “Padre de los corridos tumbados”.

GSC / ATJ