Sueño con ser gran ejecutor de mi oficio: Enrique Chi

ENTREVISTA

El histrión, quien protagoniza la obra Tiliches, tambaches y cachivaches, habla de su primer encuentro con Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, del desempleo que ha vivido y de la disciplina que requiere el teatro musical.

La disciplina es básica para el éxito, aseguró el actor. (Especial)
México /

Enrique Chi ya porta el traje del compositor que interpreta en la obra Tiliches, tambaches y cachivaches, que hoy culmina su temporada en el teatro Xola, luego de haber tenido otra exitosa etapa en un foro de Bellas Artes.

Sin embargo, antes de salir al escenario, el actor echa mano de los recuerdos para compartir que un disfraz de “ratón con lentejuelas” le permite mantener fresco su primer contacto con Francisco Gabilondo Soler Cri Cri, con quien ha hecho mancuerna para provocar la imaginación del público que acude a presenciar la obra de Andrea Gabilondo.

Hoy culminas una temporada más de Tiliches, tambaches y cachivaches, ¿qué ha sido para ti esta obra?

Una muy buena temporada, creo que la obra se ha consolidado y nos sentimos mucho más conectados en escena. Además cada vez hay más gente, y eso nos llena de alegría, porque quiere decir que afortunadamente va muy bien.

Les gusta porque es divertida y visualmente es muy rica, con sus colores, movimientos, música en vivo, siempre es bueno tener músicos en vivo.

“Así que es una gran satisfacción; y aunque hoy terminamos en el teatro Xola, seguiremos haciendo unas funciones especiales”.

En la obra retoman las creaciones de Cri Cri, ¿cuál es el primer referente que tienes de Francisco Gabilondo?

Cuando era niño, creo que estaba en la primaria, me disfrazaron de ratón con lentejuelos, inclusive tengo una fotografía.

“Pero crecí con esas canciones; y de grande me hice fan de temas como ‘Orquesta de animales’ y de otras canciones que nunca han pasado de moda, que hablan de cómo estamos los mexicanos”.

¿Por ejemplo?

“El comal le dijo a la olla”, que incluso hasta se convirtió en dicho popular, la de “Mamá mira a María siempre me trae la leche muy fría”… cosas como esas que son muy cotidianas de nosotros, que son sencillas, pero que nos reflejan totalmente.

¿Qué piensas de que esas referencias se han convertido en herramienta para que tú sensibilices al público, a través del trabajo que haces en Tiliches…?

Primero, me siento muy orgulloso y feliz de poder compartir con ellos mi trabajo; la imaginación, la ilusión y el mundo de juego que tenemos sobre el escenario; y me siento muy contento cuando veo su reacción.

“Yo tengo dos hijos, una hija de siete y uno de cinco y ellos han aprendido las canciones, y creo que son temas con mucho significado, con historias y personajes que a ellos les permite imaginar, porque una cosa es que lo veas en YouTube con gráficas, con colores o que te la cuenten personas disfrazados de los personajes, y otra es lo que hacemos en el teatro, que es tratar de imaginar las canciones.

“Porque a Andrea Gabilondo, hija de Francisco, su papá le dijo: ‘Mis canciones son para ser imaginadas, no para ser actuadas’.

“Entonces, ella se encontró con un dilema, de decir: ‘Caray, cómo hago este espectáculo’. Porque en el musical cualquier persona que tenga una idea,la puede hacer con su cuerpo, con su voz, con sus herramientas; por ejemplo, si de pronto agarra unas orejas, se convierte en un gato o en una zapato, porque cualquier persona o niño tiene la oportunidad de meterse al mundo de la imaginación, como lo hace el personaje (compositor) que hago y que representa a Francisco Gabilondo Soler”.

¿El cierre de la temporada ¿implica que ya tienes otros compromisos?

No, y me urge (risas).

“La verdad es complicado porque terminé El Hombre de la mancha en el teatro Insurgentes y luego nos pasamos al San Rafael, donde me tocó hacer a Sancho ya de tiempo completo, con una panza postiza, que gracias a Dios que no es la mía (risas). Y terminando vino lo de Cri Cri, pero ahora no hay nada concreto, solo tengo mis clases de actuación, de canto o de expresión corporal”.

¿Tienes escuela de actuación?

No, pero me invitan, por ejemplo, soy amigo de Carlos Espejel y él me invita a dar clases en su escuela, también me invitan a montar obras, por ahí a dirigir. De modo que enseño lo que he aprendido en 28 años de carrera. Y me parece padrísimo compartir lo aprendido.

¿Cómo nace el gusto por estar en el escenario y provocar emociones?

Un maestro de la secundaria nos dejó ir a ver una obra de teatro. Y fui al 11 de Julio, y vi como llegaban los actores, vi las bútacas, la cortina roja, el escenario; tenía 13 o 14 años, vi una comedia de enredos. Y me impactó.

“Por supuesto, no tenía ni idea acerca del teatro, pero fue muy impactante porque vi el ambiente, cómo se divertía la gente; vi como los actores tenían el poder de jalar los hilos de las emociones de las personas y crear lo que ellos querían, podían hacerlo y les resultaba bien.

“Y cuando el maestro me dejó hacer una lectura dramatizada, me junte con 5 compañeros. Y luego dijo: ‘Podrían hacerlo tan bien como lo hace Enrique’.

“Yo dije: ‘Yo qué hago, cómo hice qué’. Ahí me di cuenta de que tenía un talento para expresar ideas, emociones y ponerle intenciones a las frases.

“Entonces dije: “Wow! Pues quiero dedicarme a eso’. Luego en la preparatoria entré al teatro y me salí porque no me gustaba por los profesores; luego ya entré a la Universidad, y pues ya estudié teatro”.

¿Cuál fue tu primer trabajo?

Fue una pastorela: La ignorancia y sus diablos en apuros, luego trabajé en Los entremeses Cervantinos, con Irene y Miguel Sabido, que dirigió José Sole. Aprendí muchísimo, porque el maestro fue un gran baluarte de la dirección en México.

Y de ahí para acá no ha faltado el trabajo…

Sí, además en esta época no te puedes dedicar solo a una cosa; tienes que dedicarte a muchas a la vez; y ahora con familia, pues más, porque no puedes vivir de un sueldo pequeño, tienes que tener tres o cuatro o los que puedas.

“Y sí me he quedado sin trabajo. De repente buscas una obra de teatro, bueno hasta un comercial y no sale nada.

“Hay lapsos complicados donde las puertas no se abren por más que le busques , pero Dios es muy bueno, y uno siempre tiene que perseverar”.

Participar en producciones muy interesantes como Rent, La Bella y la Bestia, El hombre de la mancha habla de tu talento, de tu disciplina.

Sí, uno puede tener mucho o poco talento, pero no es lo más importante. Lo más importante es la disciplina, el deseo de mantener ese talento.

“Por ejemplo, una vez dejé de cantar, porque creía que ya lo tenía bien amarrado y empecé a hacer más obras de texto. Y cuando quise hacer audición para una obra musical, no me quedé porque no podía cantar bien.

“Y no podía cantar bien porque durante mucho tiempo lo dejé de hacer; y pues ahí me di cuenta que no puedes darte el lujo de desentrenarte, de soltarte porque cuando vienen las oportunidades se te van. Esta carrera es muy exigente, todo el tiempo tienes que estar entrenándote, pisando el escenario, dando clases, porque es un trabajo sobre ti mismo, y aunque la personas crecen, el chiste es que el actor pueda llegar a dominar sus herramientas durante toda su vida. Es una carrera que nunca se acaba”.

¿Hay algún personaje que te gustaría hacer?

Tenía uno, porque ya me pasé de la edad, lo que quiero hacer es escribir un monólogo propio para mostrarle al mundo esa parte sensible que me mueve.

Los actores de teatro musical se distinguen por manejar varias facetas al mismo tiempo; sin embargo, siempre hay una en la que más destacan ¿tú en qué consideras que eres mejor?

Me considero más un actor, un actor que canta y que puede bailar. En el teatro musical decimos que somos las supermarionetas que el director maneja, por lo que como actor tienes que ver cómo te mueves, saltas, cantas, para lo que tienes que estar muy bien entrenado, tanto física, como vocalmente.

“En realidad, mi sueño no es hacer tal personaje sino llegar a ser un excelente ejecutante de mi oficio, tener el dominio de mis herramientas para poder comunicar lo que yo quiera, cuando y donde quiera”.

Twitter @Adriana_jiramil

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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