Desarrollada por la dramaturga francesa Yasmina Reza y protagonizada por Daniela Luján, Fernando Memije, Ana Kupfer y Mario Alberto Monroy, la puesta en escena centra su historia en la reunión entre dos parejas que, a partir de este contacto, deberán tomar decisiones que afectarán profundamente su existencia.
En un ejercicio de exploración, la obra Tres versiones de la vida, que se presenta en el Teatro Virginia Fábregas hasta el 7 de agosto, repite la misma circunstancia, pero con diferentes variables, dando a entender que en la vida, aunque se viva con la ilusión de modificar nuestras decisiones, muchas veces estamos siendo conducidos por el destino hacia el mismo final.
“Es una obra muy divertida, ágil, la gente la pasa bien. La comedia muchas veces critica e invita a la reflexión desde el fracaso de los personajes; y como espectador la gente se ríe porque se siente identificado en sí mismo, en el de al lado, en el papá o la mamá. La incomodidad de los personajes sí pone nervioso e incomoda al público porque también ha estado en esa misma situación. Me parece que habitamos temas universales, cotidianos, más allá del oficio de los personajes”, explicó Fernando Memije.
Fotografía: Juan Carlos Bautista
“Habla de relaciones humanas, sobre todo de relaciones en pareja, sobre cómo conviven las parejas en el día a día y cómo lo hacen cuando hay otra pareja y una situación extraordinaria, que es lo que ocurre con esta familia. Siempre que estamos con otras personas pretendemos algo que no es verdad y estos son personajes que empiezan y terminan cada versión y en las tres llegan a lugares distintos, pero siempre con el mismo conflicto. La verdadera naturaleza humana siempre escapa por algún lado”, agregó Ana Kupfer, quien se mostró cansada, pero muy emocionada de iniciar temporada.
La enseñanza del teatro actual y su vigencia internacional
Daniela Luján compartió que fue gracias a su personaje, Sonia, aprendió a ser más asertiva y directa, así como a eliminar el “deber ser” de sus creencias personales.
“La responsabilidad del teatro es espejear; cuando nosotros leímos la obra, y durante todo el trabajo nos fuimos espejeando muchísimo en cada uno de los personajes. Hemos estado en esos lugares, en esa creencia de poder, en ese auto sabotaje, en no poder decir las cosas que traes dentro y de pronto atreverte a poder decirlas sin querer hacerte cargo de las consecuencias. Esta obra regala poder indagar en el ¿Qué hubiera pasado?, esa fantasía siempre vive en nosotros. La tesis de Yasmina Reza es justo eso, ¿si cambian ciertos factores cambia el resultado o estás destinado a lo mismo siempre?”, comentó Daniela.
Fotografía: Juan Carlos Bautista
Cada uno de los miembros del elenco invita al público a realizar esta autoexploración mediante el teatro, particularmente ahora que se ha retomado el teatro presencial, tras la pandemia.
Mario Alberto Monroy agradeció a Efiartes por contribuir con el estímulo fiscal para la realización de Tres versiones de la vida y enalteció el papel del teatro como catalizador y potencializador de la vida: “El teatro siempre está vigente. Hoy en día puedes montar un texto clásico griego y estaría vigente; al mismo tiempo, en algún lugar del mundo, alguien está poniendo el punto final al tercer tratamiento de una obra que tal vez llegue a nosotros en algún momento. El teatro siempre está vivo, es finito y eso lo hace entrañable, ninguna función es igual a otra, y hay muchas maneras de contar la misma historia; este es un caso porque es una obra que tiene tres versiones ante la misma situación”, finalizó Monroy.