Se abrió la ventana del Zoom y ahí estaba John Oliver, quien nos dio la bienvenida desde “el hueco” en el que consistió su set virtual pandémico durante la pasada temporada de su show, donde acabó volando en pedazos el año 2020 de manera muy literal antes de tomarse un par de meses acabando noviembre. Lo cierto es que el comediante y analista político nacido en Birmingham, Inglaterra, ya es una de las personas más influyentes cuando se trata de reacciones a su análisis sobre los temas que repasa cada semana.
Sin duda, como todos quienes se dedican a la comedia política en Estados Unidos (aunque sea un programa internacional) Oliver se tuvo que enfrentar al fenómeno Donald Trump, que muchos consideran “una mina de oro para la comedia”. Sin embargo, él tiene una visión completamente distinta al respecto y nos lo contó con mucha contundencia.
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“Tendría que discutir el concepto de que él fuera mina de oro para los comediantes. De hecho yo lo agregaría a muchas de sus carencias. Era más bien como una planta procesadora de drenaje cómico. Estoy muy emocionado de hacer un programa ahora que no es presidente de Estados Unidos, porque él era un tipo que solo quería atención y creo que eso ya es dolorosamente evidente. Él jalaba la atención de prácticamente cualquier problema, pareciera que él siempre era el tema. Sabemos que eso no es cierto. Ahora que fue removido los problemas institucionales ahí siguen. Así que me emociona que deje de ser un distractor y así podemos concentrarnos en lo que mejor hacemos en el programa que es enfocarnos en los temas que no siempre la tienen”.
Y es verdad, como ningún otro programa de humor o análisis político, y vaya que hay muchos en Estados Unidos, Oliver siempre tuvo el ojo en otras cosas, en el resto de los países, sus realidades y sobre todo en las fallas de los sistemas sociales. Trump fue una terrible espina en su zapato respecto a su línea editorial con los ojos al mundo y al análisis profundo.
“Era una decisión editorial diaria sobre cuándo involucrarnos con la mierda que aventaba, y cuándo no. La verdad estoy muy emocionado por hacer un show en el que ya no sea presidente de Estados Unidos”.
Así que ante la pregunta respecto a si será un reto distinto hacer comedia ahora, nos dejó más que claro que para él y su programa, vienen otros tiempos.
“El reto era ¿cómo escribir comedia desde la desesperanza total? En ocasiones parecía particularmente irresponsable no romper todo lo que teníamos planeado y enfocarnos en lo que acababa de ocurrir. Eso fue un reto. ¿Hasta donde lo dejas dictar de lo que se va a hablar?”.
Hace poco más de dos años, cuando México se encontraba enfrascado en su pasado ciclo electoral, Oliver hizo un brillante segmento en el que aparecieron desde El Bronco hasta las excentricidades de Peña Nieto. Se burló a más no poder de los spots de Ricardo Anaya y luego se soltó con singular alegría a explicarle al mundo el fenómeno que era AMLO. El análisis y la investigación fue puntual, doloroso y de risa loca (para nosotros, con ayuda del humor negro). Quisimos saber si veríamos un seguimiento de ello en esta nueva temporada y cómo había llegado a esas conclusiones respecto a nuestro colorido panorama de personajes en la política nacional.
“Una de las cosas que más nos gusta es ver más allá de estas fronteras. Estados Unidos suele ser absolutamente centrado en sí mismo. Respecto a las elecciones de México, lo interesante fue que preguntamos qué tanto se sabía sobre la política mexicana e incluso nuestro equipo estaba avergonzado de admitir que no mucho. Eso se sintió como una evasión de nuestra responsabilidad, no había nada más importante en ese momento y parecía crítico que Estados Unidos al menos tuviera idea que estaba pasando ahí”.
Claves:John Oliver
Fue el corresponsal oficial de 'The Daily Show' con Jon Stewart por años, antes de ser invitado por HBO para hacer un análisis más profundo a modo de sátira de lo que pasaba cada semana.Cuenta entre sus influencias a Monthy Python, los cual le parece hasta digno de obviarse además de a David Letterman, Richard Pryor y por supuesto, Jon Stewart.
Año de pandemia
Con relación a cómo fue hacer su programa en 2020, el conductor admite: “El año pasado fue más difícil hacer eso con todo lo que pasó. Y no solo por las elecciones y la pandemia. Simplemente parecía muy difícil encontrar esos momentos para decirle a la gente: ‘Sabemos que estamos pasando por todo esto en Estados Unidos, pero te tienes que fijar en lo que está pasando aquí también. Aunque lo hicimos cada vez que se pudo”.
Además de ser un gran comediante y analista, Oliver también es un gran intérprete al narrar sus investigaciones. En el cierre de 2020 se le veía absolutamente desesperado por todo lo que estaba saliendo mal, así que quisimos saber si llegaba a esta nueva temporada con más optimismo.
“Lo que viene, honestamente, se siente más como una oportunidad que como un reto.
Cualquier optimismo que tengo es muy cauteloso. Supongo que el lado optimista que tengo es que el virus ha expuesto todas las fallas del sistema como nunca. Pero si fuera a analizarlo desde una actitud negativa, que más bien considero realista, es que la sociedad ha sido muy buena para olvidar esos aprendizajes a la primera oportunidad”.
Lo bueno es que nos rompe de la risa siempre, particularmente cuando está estacionado en su realismo.
nerc