“Luis de Llano reúne crónicas delirantes en El OrbiX”

El Asalto a la Razón

Carlos Marín conversa con el productor sobre su nuevo libro y sus andanzas en el mundo de la televisión desde los 60.

El productor compartió sus andanzas por la televisión. (Jesús Quintanar)
Eduardo Gutiérrez Segura
Ciudad de México /

Puntual, Luis de Llano Macedo llegó a una oficina en Polanco; el saludo fue fraternal entre el productor y Carlos Marín, asesor editorial de Grupo MILENIO y éste se disculpó: “Estoy escribiendo una información, ya sabes, de esto vivo”; el segundo, con amplia sonrisa, se sentó y le dio el tiempo necesario. Con el texto listo y antes de iniciar la charla formal, analizaron varios temas.

¿Cómo define Marín la política actual?, las vivencias de Luis de Llano Palmer, cuando conoció a Esperanza Iris, la anécdota de la bomba en un avión que tuvo que aterrizar en la base de Santa Lucía y Carlos Fuentes dieron forma a la plática off the record antes de iniciar la grabación.

El encuentro fue para que presentara su libro, El OrbiX. El periodista definió a su invitado: “Luis de Llano ha sido medular, como su padre, en lo que hizo y sigue haciendo Televisa, buena parte de los espectáculos artísticos y musicales, de esa televisora”.

De Llano aceptó que desde los 60 y hasta la década de los 90 tuvo “la suerte de estar en los cambios que en esos momentos la música hacia en la televisión. Cuando la música tenía nombre y apellido”. De regreso al tema, Marín definió el texto como “delirante, es El OrbiX, pero son las crónicas del mañana y del hoy.

“Es un pretexto, yo digo una paráfrasis de la nave aquella de Cosmos y Carl Sagan, que recorría el Universo; aquí él se imagina algo por el estilo, pero es una máquina que llevas dentro de ti, eres tú”, le dio pauta el comunicólogo, a lo que De Llano explicó: “Es como un videojuego que tengo implantado en mí, de repente puedo viajar en el tiempo por las aplicaciones tecnológicas”.

Detalló que las aventuras las narra su yo a los 100 años, “pero estoy idéntico, porque la tecnología, la ciencia y la medicina permiten que ya no tengas achaques”; la visión que presenta De Llano, enfatizó, se aleja de un futuro apocalíptico: “Quiero un futuro en mi vida y para México muy positivo… tenemos que luchar por él, porque es como un sueño, porque este libro lo es, desde el primer capítulo”.

Después habló del capítulo en el que se encuentra con Luis de Llano Palmer: “Me topo con mi papá, que murió a los 97 años, pero todos los días caminaba desde Mariano Escobedo hasta los cafés de Polanco; una de esas mañanas al final de su vida, va caminado y ve cómo el señor Ebrard destruye las calles, se tropieza y cae en un hoyo negro y se sabe muerto, tiene un flashback y está en un cañón de antiaéreos luchando.

“De repente viene la metralla en la Guerra Civil española, en el 38, se lo llevan, está muerto… regresa (a Polanco), despierta, se limpia el saco, recoge su puro y dice: ‘Un español nunca muere más que parado’”. La explicación de De Llano dio a Marín la oportunidad de soltar el chiste de Cristo, en el que huye cuando tras ser atropellado le dicen: “¡ahí viene la Cruz!”.

Y ADEMÁS

VIAJE AL MANICOMIO AEROESPACIAL
En el encuentro compararon el texto con la cinta Tron, y De Llano Macedo aseguró que se basó en facts, lo mismo cuando en un capítulo presencia la grabación de La guerra de los mundos, con Orson Welles: el ensayo de la grabación del programa de Ed Sullivan con The Beatles, y para rematar un encuentro con Stephen Hawking.

Marín expresó de nueva cuenta que aquel que quiera leer El OrbiX se dará “un clavado, verdaderamente a una especie de manicomio aeroespacial”

¡CÓMPRELO O RÓBESELO!
Así como De Llano Macedo al final de su obra literaria habla del algoritmo del alma y dejó la promesa al aire de que El OrbiX tendrá un audio libro, una segunda parte y será una serie de televisión; Marín también tuvo que despedirse: “Busque el libro, sino lo compra, ¿róbeselo!”, pidió a sus televidentes. Entonces el camarógrafo gritó: “¡Corte!”.

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