El cártel de los hermanos Arellano Félix cimbró en su infancia. Recuerda que por las calles de Tijuana, Baja California, donde ella vivía, las balaceras eran constantes; toques de queda que en el norte del país tal vez las autoridades no reconocían. Aunque de alguna u otra forma no quería saber más de este ambiente, su sueño de actriz la llevó a adentrarse en quiénes eran aquellos delincuentes, que para la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), durante la mayor parte de los últimos 20 años, construyeron un imperio de drogas ilícitas mediante el uso de secuestros, torturas, asesinatos y corrupción.
Marilyn Uribe, actriz mexicana con estudios en la Universidad Autónoma de Baja California en iniciación actoral, formará parte del elenco de Narcos México, en su tercera temporada, precisamente interpretando a Alicia María Arellano Félix, una de las hermanas del clan que fue pieza clave en la estructura del cártel enemigo de Joaquín El Chapo Guzmán, capo y líder del cártel de Sinaloa.
Desde 2018, esta serie ha pintado una imagen de lo que posiblemente fue el mundo de capos como Miguel Ángel Félix Gallardo, El Jefe de Jefes; Juan José Esparragoza Moreno, El Azul; Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos; Pablo Acosta Villarreal, El Zorro de Ojinaga y Juan Nepomuceno Guerra, entre otros.
En entrevista con MILENIO, Marilyn Uribe confiesa “haber vivido el narcotráfico de primera mano, estar en lugares en donde tenía que salir porque llegan personas en donde sabes que ya no es un lugar seguro. Los levantamientos, pasar puentes y estar cerrados porque hay colgados”.
Y ahora sumarse a este proyecto, sin duda, fue un parteaguas en su carrera, pero a la vez una oportunidad que había buscado desde 2019 al ver la dimensión y el impacto de estas historias alternas del mundo criminal.
“Cuando me llegó la oportunidad, pues primero que nada como tijuanense era bastante, pues loco, el ser parte de esta historia y sobre todo una historia que es de los Arellano Félix. A mí me tocó ver y crecer dentro de los toques de queda, los enfrentamientos con el narcotráfico (...) fue algo shockeante, siendo tijuanense. Cuando salió la segunda temporada, yo ya tenía una trayectoria como conductora, pero no como actriz y por eso me vine a la Ciudad de México, a construir más mi carrera como actriz, pues los tijuanenses recibieron el proyecto de manera que no lo esperaban.
“Fue obviamente una reacción al decir ‘¿cómo puedes estar orgullosa de ser de un proyecto como ese?’. Y sí obviamente, pues también fue shockeante para mí estar en ese proyecto, pero como actriz era ser parte de una historia que era de mi ciudad, la reacción del público fue distinta y en algún momento sí me sentí, pues mal. Me cuestioné qué tan feliz me puedo sentir de contar una historia que no engrandece mi ciudad, pero también como actriz, esa es mi tarea: contar una historia que realmente lamentablemente afecta la imagen de la ciudad y del país”.
No era la primera vez que Marilyn Uribe deseaba formar parte de Narcos México, ya que en anteriormente había hecho casting para interpretar a Guadalupe Leija, esposa de Héctor Luis Palma Salazar, El Güero Palma; cercano al Chapo Guzmán; no obstante ella no sabía para qué personaje fue la prueba de actuación.
Para la actriz, Alicia María Arellano Félix dentro del cártel de Tijuana, “es parte de una familia que se movía como una organización”, en la que “todos en algún momento tuvieron parte importante dentro de la toma de decisiones”.
Narcos México, dijo, es una serie que también deja ver la importancia que no se le dio a las mujeres en el narcotráfico, “porque cuando pensamos en narcotráfico, siendo un contexto sumamente violento, pensamos en las organizaciones manejadas por los hombres, pero las hermanas (Enedina y Alicia) Arellano Félix también tenían un peso”.
“En algún momento se dedicaron a ser parte de esta organización. Creo que es importante darle relevancia a los personajes femeninos dentro de estas organizaciones y que lo hemos seguido viendo, pues con la detención de Emma Coronel, esposa del Chapo Guzmán. O sea, las mujeres creo que tienen un gran peso que no se les ha reconocido, lamentablemente no es algo que quisiéramos reconocer como en el papel de la mujer dentro de estas organizaciones, pero creo que es importante darles este reconocimiento. También son parte de estos círculos en donde lamentablemente terminan siendo negativos para México”.
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Como tijuanense, la actriz consideró que en los Arellano Félix, cada uno tenía una tarea muy en específico de realizar y que sus integrantes se dieron cuenta que era mucho más fácil trabajar como organización y que todos fungieron un papel.
Si bien la serie traza una idea del crimen organizado en el país, consideró que “en México se han realizado otros proyectos en los que sí hemos visto que hay un refuerzo de la narcocultura”, pero en los que se llega a más temporadas “y el personaje principal, que es una narcotraficante, nunca muere” o que bien “se le ve envuelto como el galán, el que tiene el poder de tener todo”.
Para el caso de la tercera temporada de Narcos México, adelantó que se muestra cómo la familia de los Arellano Félix llega a su punto máximo y también a su declive, pero “es un proyecto que no engrandece al narcotráfico”.
“Es importante diferenciar qué parte es ficción y qué parte es realidad. Evidentemente hay proyectos en los que sí ponen al narcotraficante como el sanguinario a mil por hora y retomo el del Chapo Guzmán. Si entendemos la historia desde dónde viene, pues lamentablemente la pobreza en México los orilla y terminan siendo personas activas en el narcotráfico.
“En mi caso, la familia Arellano Félix y la información a la que tuve acceso es entender que empezaron en traer televisiones, en hacer este negocio de la fayuca. Las personas y todos en algún momento llegamos a la ambición y nunca medimos las consecuencias. Entonces creo como actriz evidentemente fue un reto entender, pero sobre todo como ciudadana tijuanense entender que no estoy a favor de la situación”.
Marilyn Uribe considera que la actuación es el empuje de contar una historia y una responsabilidad social de contar lo que sucedió, más que engrandecer a personajes como Alicia María Arellano Félix.
“Va a ser un poco controversial lo que voy a decir, pero dentro del descontrol del narcotráfico, también había mucho control. Sabían en dónde trabajar, con quién trabajar, qué hacer. Lamentablemente el gobierno ha sido muy activo en este tipo de organizaciones, entonces sí, era una cuestión de que el territorio se tenía que respetar y creo que se puede ver en el proyecto de Narcos".
“Dentro de toda la situación del narcotráfico, había una organización, entonces sabían que se tenía que respetar y qué territorio total y qué territorio no tocar. Evidentemente cuando entró el Chapo Guzmán y también el cártel de Jalisco, tratando de quedarse con la plaza, después del declive de los Arellano Félix, creo que los enfrentamientos se volvieron más sanguinarios”.
En 1995, la DEA, el Buró Federal de Investigaciones, (FBI, por su siglas en inglés) y la Fiscalía de los Estados Unidos, así como muchas otras agencias federales, estatales y locales, unieron fuerzas para apuntar con éxito y desmantelar por completo el liderazgo de los Arellano Félix, en particular; Benjamín Arellano Félix, arrestado en Puebla, México en 2002, y extraditado a Estados Unidos en 2012; Javier Arellano Félix, arrestado por las autoridades estadunidenses en el mar en 2006; y Eduardo Arellano Félix, arrestado en Tijuana en 2008 y extraditado a Estados Unidos en 2012 y Gustavo Rivera Martínez, arrestado en Los Barriles, Baja California Sur en 2008 y pendiente de extradición a Estados Unidos.
Muestra de este escenario de violencia, Marilyn recuerda que incluso le tocó tener amigos de tíos que eran policías y que lamentablemente fallecieron en un enfrentamiento derivado tal vez de la disputa por el poder entre los narcos.
“Es confuso darle una definición de cómo viví esa época, porque de pronto estabas en la casa de tu tío y se escuchaban las balaceras de afuera”, dijo.
“La familia decía ‘ya no nos vamos a salir. Nos tenemos que quedar aquí hasta mañana’ porque no sabías que si hay este redadas y te pueden parar de pronto y te pueden quitar el carro. Creo yo que era una época en donde no se escuchaban tanto los secuestros, no se escuchaban mucho el abuso hacia la mujer, las desapariciones sino eran más como enfrentamientos y que lamentablemente ibas pasando por ahí había una balanceara te podía pasar algo. Es raro, porque dentro de todo este caos había una organización”.
Ahora al dar vida a Alicia María Arellano Félix, dice tener amigos que le han confesado no querer ver el fin de Narcos México porque podría ser “un novelón y se va a engrandecer al crimen organizado o se va a dar la peor cara de la ciudad” de Tijuana, pero ella responde que “no nos podemos negar a la historia”.
“No es un proyecto fácil de ver, como mexicano no es fácil confrontar que lamentablemente el país ha sido golpeado por la ola del narcotráfico. Como tijuanense creo que fue difícil hacer un proyecto así, sobre todo por el peso que tiene esta familia (de capos) y que se den la oportunidad, si han tenido la oportunidad también de ver otros proyectos, que se den la oportunidad de ver estos 10 capítulos; fue un reto hacerlos todos. Cada uno de de los actores y de las personas, tanto producción, todos creo que lo que buscábamos era contar la historia de la manera más fiel, pero también con mucho respeto".
“Es algo que no nos gustaría que siguiera pasando en nuestro país, definitivamente no y también creo que el hecho de esté en una plataforma (como Netflix) es más fácil poder tener el control de que estas nuevas generaciones, niños, no vean en un canal abierto a las seis de la tarde un programa donde ves que en narcotraficante está haciendo glorificado”.
No obstante, ante el rostro de las víctimas del crimen organizado, Marilyn Uribe reconoce que ello “es difícil porque estamos en un país en donde hay tantas oportunidades y lamentablemente a veces no se puede hacer nada”.
“Soy una de las mexicanas que piensan que podemos tener un gobierno mejor y todo empieza desde ahí. Es impactante ver, por ejemplo, lo que sucedió con Ovidio –hijo de El Chapo Guzmán detenido y liberado en octubre de 2019– el poder que tiene. Para mí es impactante. Se me quiebra la voz de sólo pensarlo. Si tuviéramos un mejor gobierno no estaríamos expuestos a tanto terror porque lo vimos, vimos la capacidad y el poder que tiene el narcotráfico”.
grb/ir