Para Mario García Morales, originario de Tlaxcala, dejar a su familia por siete meses e invertir más de 10 mil pesos en su estancia en Nuevo León, antes de ir a trabajar a los Estados Unidos de manera legal, vale la pena, sobre todo si, le pagarán lo que le han prometido, es decir 2 mil 300 pesos por día en los campos del estado de Pensilvania.
Él es uno de los miles de mexicanos que visita el estado de Nuevo León en su paso a la Unión Americana, ya que desde aquí les consiguen empleo en aquel país, y pasa al menos tres días deambulando por las calles de Rayón, Hidalgo y Ocampo, mientras su sueño laboral se convierte en realidad.
A decir de Mario, esta es la tercera ocasión que logra un contrato para trabajar en el campo en el estado de Pensilvania, mismo que busca porque aquí “no son trabajos ni salarios dignos, entonces mejor darle pa’llá”.
En entrevista para MILENIO Monterrey, entre pasajes, hospedaje y comidas se gasta 10 mil pesos.
“Si hay mucho trabajo en Tlaxcala, pero está mejor esta oportunidad, que a pesar de que se ausenta uno de su familia, si le va uno a muy bien, nos andan pagando a 11.50 dólares la hora”, mencionó mientras esperaba su turno de pasar a la entrevista final y partir a los Estados Unidos.
De acuerdo a García, la idea es trabajar por lo menos diez horas diarias, por lo tanto, y según lo pactado en el sueldo por hora, obtendría 115 dólares por día, lo cual, según el tipo de cambio actual da un total de 2 mil 300 pesos diarios; cifra que supera al salario mínimo en México como sueldo mensual.
“El plan es irme unos meses, cumplir con el contrato que nos da este patrón y cumplirle allá con el trabajo que nos pide y regresar y tener un poco de mejoría económica, más que nada.
“Este contrato que vamos es de siete meses, echarle los kilos por allá, aquí si está bien el trabajo pero no se hace la misma lana aquí que allá”, aseguró.
Aunque conoce de las constantes amenazas contra los mexicanos por el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, García Morales no espera que haya diferencia en el trato hacia ellos respecto a años anteriores.
“No creo que haya diferencia, este presidente está cumpliendo con sus ideas, tal vez le favorezcan a su país, o tal vez le perjudiquen, él sabe lo que va a hacer.
“Siento que con nosotros el patrón va a seguir siendo el mismo y ni habrá diferencia alguna, porque nosotros vamos a lo que vamos y a él lo que le importa es que saquemos el trabajo”.
En su opinión, las cosas marchan bien y así seguirán, mientras “no se metan con uno y no nos metamos con ellos, por eso es que tenemos muy poco trato con los americanos”.
Una vez que pase su trámite final, su destino es Pensilvania, y, por siete meses, compartir un departamento con otros ocho mexicanos, cosechar el campo en aquel estado, “apretarse el cinturón” por ese lapso de tiempo, y ahorrar, para regresar a México y brindarle una mejor calidad de vida a su familia.