La Banca de Desarrollo (BD), una entidad de la administración pública federal, invertirá 300 millones de pesos para apoyar al gobierno estatal con la modernización del transporte público en Puebla, reveló el gobernador Miguel Barbosa Huerta.
A tres años de autorizar el incremento a la tarifa del pasaje en 2.5 pesos para microbuses y 2 pesos para minivans, el mandatario acusó que el gremio transportista incumplió con su promesa de modernizar el parque vehicular empleado para brindar el servicio, pero aún buscarán alternativas para lograr ese objetivo.
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"No cumplieron los señores transportistas de haberles alzado la tarifa y poder invertir en la modernización del transporte, estamos buscando mecanismos para poder ayudar a los transportistas, concesionarios, Banca del Desarrollo nos está ya apoyando con más de 300 millones pero necesitamos muchas más cosas".
Ante la visita reciente a Puebla de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact) con motivo de la Expo Transporte 2022, Barbosa les propuso tener "una mesa de trabajo que tuviera como propósito este tema y cómo podríamos enlazar temas de inversión en la modernización de los transportes".
El gobernador reconoció que la modernización del transporte público "es un asunto complicado", pero advirtió a concesionarios y transportistas que su gestión no autorizará un nuevo aumento a la tarifa, tal y como lo solicitaron a finales de septiembre a través de una manifestación afuera de las oficinas de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT) estatal.
"Les hemos dicho que no y les hemos dicho que es un asunto que sí requiere de trabajo, mucho compromiso y a quien ya no le resulte trabajar en esto que deje la chamba, que deje la actividad y que se dedique a otra cosa".
Fue en octubre de 2019 cuando el entonces titular de la SMT, Guillermo Aréchiga Santamaría, hoy preso por supuestos actos de corrupción, anunció que las nuevas tarifas del transporte público en Puebla serían de 8 a 8.5 pesos, según el tipo de unidad.
La condición para ese cambio a los concesionarios fue la de renovar la mayoría de sus unidades, equiparlas con dispositivos de seguridad como videocámaras conectadas al C5 y botón de pánico, así como someter a revisión a los conductores cada seis meses, a fin de que cumplieran con la ley y no condujeran bajo los influjos del alcohol o sustancias psicotrópicas.
AFM