La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 77/2019 al comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño Yáñez, por omisión, negligencia e inadecuada atención médica que derivó en la muerte de una niña de origen guatemalteco de 10 años de edad, en mayo.
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Entre las 14:00 y 15:00 horas de ese día, la niña cayó de la parte superior de una litera y se golpeó en el abdomen, por lo que su madre la llevó servicio médico, donde el médico en turno se limitó a darle una pastilla para el dolor.
Al continuar con vómito, presentar temperatura baja, color amarillo y con los ojos desorbitados, la niña fue nuevamente valorada por el médico, quien dijo que seguramente "quiere llamar la atención".
Ante el evidente deterioro del estado de salud de la niña, varias mujeres que se encontraban en la estación migratoria exigieron que fuera trasladada a un hospital, lo cual se concretó a las 21:50 horas.
La menor fue trasladada en un vehículo particular en el que solamente iban la madre de la niña, el conductor y un agente federal de migración, pero ningún médico. La niña murió en el trayecto hacia el hospital.
La CNDH acreditó violaciones a los derechos a la vida, a la protección de la salud, a la seguridad jurídica y al principio del interés superior de la niñez en agravio de una niña de 10 años de edad, atribuibles a un médico y tres funcionarios adscritos a esa estación migratoria, así como el derecho a la seguridad jurídica de la madre, y a la protección de la salud de esta última y del padre de la niña.
También advirtió que otro funcionario de la estación migratoria omitió notificar de inmediato a la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes y al Sistema DIF correspondiente, la detención de la niña en compañía de su madre, a efecto de que se determinara el interés superior de la primera y se buscaran alternativas a la detención para ambas.
Y una funcionaria más, en su carácter de Oficial de Protección a la Infancia, incumplió su obligación de salvaguardar la integridad física y psicológica de la niña, ya que no existe evidencia de que estuviera atenta a la situación en la que se encontraba la persona menor de edad, como era su responsabilidad.
Un cuarto servidor público intentó que la madre desistiera denunciar al médico de la estación migratoria por la muerte de su hija, al indicarle que si lo hacía se retrasaría la entrega del cuerpo de su hija, y, en consecuencia, la repatriación a su país de origen.
Por todo ello, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos recomendó al comisionado del Instituto Nacional de Migración localizar a la madre y padre de la niña para que en coordinación con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, se les reparare de manera integral por los daños causados.
nma