Con un trabajo de identificación y atención a violencia de género que supera los 30 años, Mujeres Solidarias en la Acción Social (Musas), opera espacios de paz para mujeres en donde reciben atención jurídica, psicológica y de trabajo social, al igual que para sus hijas e hijos.
Esta asociación instaló hace 20 años el primer resguardo en Coahuila para víctimas de violencia extrema. En lo que va de 2021, registra 6 mil 71 atenciones a personas, cifra que incluye a usuarias, a sus hijas e hijos, al igual que otros miembros de su familia o personas cercanas.
Para entender a Musas es necesario charlar con María Evangelina, su directora fundadora que hace casi 30 años empezó a recorrer y trabajar con habitantes del Polígono de Zaragoza Sur, de ahí pasó a trabajar de forma voluntaria en la iniciativa Mujeres Trabajan Unidas de la ONU.
Una acción condujo a otra, y pronto DIF Torreón le propone que se constituya formalmente en asociación, eso sucede mientras asiste al diplomado en Ibero Torreón, 'Perspectiva Integral de la Mujer', momento en el que realmente Evangelina da cuerpo y alma a Musas.
Inicialmente se ubicaron en una pequeña oficina en la colonia Nueva Merced con atención psicológica, jurídica, de salud y social a mujeres; un grupo de profesionista se unieron como voluntarios y ya con apoyos de instituciones, lograron la apertura de un refugio para mujeres y sus familias que atraviesan por una situación tan grave que deben dejar su casa.
A la vez, operan un centro de atención externa que da servicios jurídicos, psicológicos, de trabajo social y psicológico infantiles.
Desde sus orígenes imparten talleres ligados a la identificación de violencia, derechos humanos, al desarrollo de autoestima, sobre identidad y género, que en conjunto, engloba un trabajo interdisciplinario que permite que mujeres desarrollen mecanismos de empoderamiento.
La operación de Musas demanda profesionalismo y cumplimento puntual de protocolos de seguridad, nunca pueden desestimar a un agresor por su propia seguridad y la de las mujeres que tienen a su cuidado.
Paso a paso del resguardo voluntario
El resguardo para mujeres en situación de violencia extrema se ofrece luego de una valoración del caso, al mismo se debe ingresar de forma voluntaria, y pueden permanecer al lado de sus hijos e hijas hasta por 3 meses.
Disponen de un esquema de atención interdisciplinario en el cual participan de proyectos productivos, como la elaboración de muñecas de tela tipo Frida que las mujeres realizan como aprendizaje de opciones de autoempleo, pero que a la vez, funciona como una terapia ocupacional.
Además de ese taller, pueden capacitarse en elaboración de pan y repostería, belleza, carpintería; mientras, sus hijos e hijas reciben cuidados de la maestra y puericultora que forman parte del equipo de atención. El resguardo de Musas es pionero en Coahuila.
Asociación se mantiene capacitada y con sesiones de contención
La experiencia de la asociación les ha permitido además colaborar con el arranque de refugios de otras zonas del país. Evangelina señala que el trabajo en el refugio es de preparación, profesionalismo y de constancia.
Se trata de una tarea que implica la atención de núcleos familiares las 24 horas los 365 días del año. El grupo operativo recibe cerca de 8 capacitaciones anuales, con sesiones de contención grupal e individual para sanar el impacto que reciben al atender a víctimas de violencia extrema.
Dan siempre seguimiento a los casos
Para atender violencia extrema deben instrumentar protocolos basados en Convenciones y Tratados Internacionales para brindar seguridad a mujeres que padecen agresiones en una condición extrema, pero también aquellos ligados a la protección del interés superior del menor.
Los tres meses que se encuentran en el refugio tienen acceso a llamadas telefónicas y contacto con su familia desde sus oficinas externas, la secrecía del lugar se aclara en un convenio escrito para salvaguardar la seguridad de la víctima y del resto de quienes se encuentran en el resguardo.
“Desde el momento en que llega la mujer, se activa un protocolo, incluso en caso de que no acepten el refugio”, sentencia Evangelina tras aclarar que las mujeres que deciden no ser albergadas firman un escrito en el que se aclara que se les ofrecieron esas instalaciones pero no aceptan estar en ellas.
Cuando el resguardo no es opción, Musas verifica que la mujer cuente con una red de apoyo seguro y dan seguimiento al caso desde su centro de servicios externos.
Formas de violentar muestran diferentes 'modus operandi'
Evangelina admite que la violencia muestra diferentes matices de acuerdo al paso del tiempo. En la actualidad las mujeres presentan adicción a drogas ilícitas y padecimientos psiquiátricos, mismos que les ha rebasado por momentos en cuanto a la disponibilidad de especialistas y las obliga a capacitarse en el tema.
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La complejidad de la problemática social a la que se enfrentan les permite disfrutar con mayor intensidad la transformación interior y exterior que muestran sus usuarias al ser parte de sus programas, deberán ofrecer un plan de seguimiento que incluya una red de apoyo y la obtención de un empleo, ese proyecto de vida es necesario para tratar de evitar una recaída.
Cifra de abuso sexual infantil crece exponencialmente
A Evangelina le preocupa el abuso sexual infantil que observan tras la pandemia por covid-19, toda vez que en 2020 identificaron siete casos, mientras que en 2021 han encontrado 31 menores abusados.
“La cifra es alarmante”. Recalca que urge limitar la violencia y pornografía disponible para la población infantil en internet, videojuegos, medios de comunicación y hasta en contenido de canciones.
Considera que mientras a un niño se le invite a la violencia por esas vías será complicado frenar su avance, con el latente riesgo de desencadenar un círculo complicado de romper.
aarp