Las Islas Marías entran a una nueva era. Los últimos vestigios del centro penitenciario quedaron en el abandono oficial a partir de este mes, tras firmarse la entrega formal del complejo por parte de la dirección general de Readaptación y Prevención Social a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), nueva custodia del archipiélago.
MILENIO viajó con el grupo de funcionarios al ex complejo para presenciar la firma del acta que marca el fin de un siglo de operación continua en el complejo penitenciario y que detona el principio de una etapa enfocada a la conservación del medio ambiente; en la Isla Madre soplan nuevos vientos.
“Para los servidores públicos que se encontraban en las Islas Marías y las personas privadas de su libertad fue un impacto tremendo la decisión de cerrarlas estando en su esplendor. Estábamos acreditados por la Asociación de Correccionales de América en estándares de control de herramientas, de químicos, de llaves. Habíamos salido a escala nacional en los primeros lugares respecto a derechos humanos”, dijo Daniel Sarabia, encargado del proceso de cierre del extinto complejo penitenciario.
Éste funcionaba como un municipio con sus respectivas medidas de seguridad. Se dividía en campamentos, cuatro de los cuales —Morelos, Laguna del Toro, Aserradero y Bugambilias— estaban ocupados por 600 reos al momento del cierre; mientras que en Balleto habitaban cerca de 200 empleados, donde se concentraban las oficinas centrales.
Junto con las estancias con capacidad para seis internos, también quedaron en el abandono talleres, comedores, lavaderos, iglesias de la orden jesuita, gimnasios formados por los propios reos con pesas de cemento, las oficinas de correo y estaciones de teléfono; asimismo, la red de fibra óptica que dotaba de internet a cada campamento, el sistema de monitoreo con mil 804 videocámaras, así como la planta de separación de basura y decenas de vehículos.
Tras la transferencia de los internos y la mayoría de los empleados, la Marina tuvo que sacar de la isla 250 vacas que sus elementos y el personal penitenciario no podían atender. Además de 150 borregos, 170 cerdos, 100 caballos y se exterminó el criadero de pollos.
La granja de camarón que producía entre 10 y 12 toneladas por cosecha quedó en el olvido, así como los cultivos de maíz y sorgo, el huerto y el platanal que producía ocho toneladas al año.
A la fecha, la Conanp no cuenta con personal destinado exclusivamente a la Reserva de la Biosfera Islas Marías, cinco guardaparques distribuyen sus operaciones en otros parques nacionales, por lo que la Secretaría de Hacienda ya prometió presupuesto para la contratación de 20 personas, pues el trabajo en la Isla Madre será intenso.
Además, Hacienda autorizó a la Conanp carteras de inversión por 30 millones de pesos para la adquisición de lanchas y vehículos principalmente. Aún así, es un presupuesto limitado, por lo que apuestan al apoyo internacional a través de donativos en especie para lograr detonar el proyecto presidencial.
Nuevo plan
El Centro de Educación Ambiental y Cultural Muros de Agua José Revueltas en las Islas Marías ya no será dirigido a la niñez mexicana por cuestiones de seguridad y logística, sino a jóvenes de bachillerato con miras a crear aquí un centro nacional de capacitación de guardaparques.
La Conanp también emprenderá los estudios para actualizar el plan de manejo de esta reserva de la biosfera y evaluar la factibilidad de abrir la pesca comercial en el archipiélago, compuesto por las islas María Cleofas, María Magdalena, San Juanito y María Madre.
En esta última Porfirio Díaz decretó en 1905 el establecimiento de una prisión, que en 114 años de operación creció como una pequeña ciudad con 11 centros penitenciarios en semilibertad (o campamentos) de 80 casas cada uno, con sus respectivos servicios municipales, de los cuales, cinco estaban ocupados al momento del desalojo de los internos.
Sin embargo, 90 por ciento de la infraestructura quedará en total abandono. De las 880 estancias, la Conanp solo aceptó 32 viviendas con sus respectivas camas en el campamento Balleto, además de un edificio nuevo que ya no alcanzó a ocupar el Consejo de la Judicatura Federal, el centro cultural que preserva los murales plasmados por los reos y la Casa de Gobierno que será convertida en museo.
“La Conanp solo está recibiendo lo que consideramos útil para el uso y aprovechamiento. Son 32 casas habitación para el personal que va a laborar. Hay cinco colonias que están abandonadas, ya no se están utilizando (…) El resto será parte de la historia de la isla, no hay ningún plan, en eso la selva irá haciendo su labor”, informó Dieter Weinmann, director de Administración de la Conanp.