Desde hace más de 20 años las playas de “Morro Ayuta” y “Escobilla”, ubicadas en el estado de Oaxaca, se han convertido en santuarios protectores de la tortuga “Golfina”, ya que gracias al esfuerzo de los biólogos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), hoy esta especie ha dejado de estar en peligro de extinción.
Sin embargo, a tan solo 200 kilómetros de la playa, en el Istmo de Tehuantepec, los huevos de esta tortuga forman parte de la gastronomía ancestral de los habitantes.
De igual manera, en el municipio de Juchitán el consumo del huevecillo se hace presente durante la temporada de julio a marzo, ya que miles de tortugas llegan a las costas dejar a sus crías, las cuales desafortunadamente son raptadas por los pobladores para posteriormente utilizarlas como botana en las fiestas y reuniones sociales.
Juanita, habitante del municipio, explicó a MILENIO que desde pequeña su abuela se los daba como alimentos, hoy en día lo consumen únicamente en reuniones familiares o en fiestas.
“No creas que se consumen muchos, tienen demasiado colesterol, lo consumimos más como una botana”, comentó.
A diferencia de otros estados del país, en Juchitán los huevos de tortuga se pueden comprar en los mercados públicos e incluso son ofertados en algunos restaurantes de mariscos.
Su preparación es muy similar a la elaboración de los huevos duros, únicamente se necesita hervir agua y agregar sal. Ya cocidos, los habitantes del municipio y del Istmo de Tehuantepec abren el huevo y lo condimentan a su gusto para ingerirlo posteriormente.
Guillermo González, biólogo responsable del santuario de “Morro Ayuta”, dijo a Milenio que este proceso forma parte de la cadena natural de depredación de la tortuga, la cual comienza desde el momento en que llegan a depositar sus huevos a la playa y continúa con el saqueo de los nidos y la depredación que se da a los 45 días, cuando las tortuguitas buscan llegar al mar.
“Es un proceso natural de depredación, por fortuna en los últimos años los humanos hemos hecho más conciencia en cuidar a esta especie, sin embargo, hay comunidades donde su consumo es tradicional”, afirmó el biólogo.
Sin embargo las crías de tortuga tienen una nueva esperanza en los jóvenes, ya que se encuentran enfocados en disminuir su consumo con la creación de más santuarios protectores.
Por su parte las autoridades de la Fiscalía General de Oaxaca, realizan constantemente detenciones de quienes se dedican al tráfico de estos huevos, que muchas veces son habitantes de las comunidades cercanas a las playas de anidacion.
ARR