En CdMx, negocios se resisten a cerrar pese a covid-19: "no es rebeldía, es necesidad"

Coronavirus en México

Aunque las autoridades instruyeron que los negocios no esenciales deben cerrar ante la emergencia sanitaria, en CdMx muchos comercios pequeños, como salones de belleza, talleres o papelerías, siguen abiertos, pues, afirman, viven al día.

Comercios pequeños en la Ciudad de México siguen abiertos, pese a la emergencia sanitaria. |Fotos: Javier Ríos / Diseño: Oscar Ávila
Adyr Corral
Ciudad de México /

En la Ciudad de México, muchos comercios pequeños, como papelerías, salones de belleza o talleres mecánicos siguen abiertos, pese a que las autoridades instruyeron que los negocios no esenciales deben cerrar ante la emergencia sanitaria debido a la pandemia por covid-19.

Sin embargo, para los dueños de estos negocios es imposible cerrar, pues es el medio de sustento para sus familias.

En un recorrido hecho por MILENIO por diferentes colonias de la Ciudad de México, se constató que varios de estos negocios continúan operando normalmente, y, pese a las posibles sanciones a las que serían acreedores por no acatar la medida, los comerciantes aseguran que no es por rebeldía sino por necesidad, pues viven al día.

Juan Manuel limpia su papelería con alcohol y vinagre

"Es excesivo, no se requiere que a uno lo sancionen. Simplemente que lo digan. Eso es todo. Si no quieren (notificar) formalmente, por un documento. Entonces que digan vía televisión”, sostiene Juan Manuel, de 50 años y quien tiene una papelería en la colonia Santa María la Ribera.

Juan Manuel asegura que ante el miedo de infectarse con el nuevo coronavirus y peor aún, de infectar a su familia, es que ha tomado algunas medidas sanitarias, como usar constantemente gel antibacterial, además de desinfectar todo el dinero que recibe y entrega a sus clientes.

"El mostrador siempre lo limpiamos con alcohol y vinagre. Intentamos que (al interior del local) no se acumule la gente. (Atendemos) uno a la vez. Recibimos el dinero, lo limpiamos también con alcohol", explica.

Cuenta que, a pesar de no tener un plan sobre qué hará para llevar el sustento a su casa si las autoridades lo obligan a cerrar, acepta, con cierto temor, que ya ha empezado a ahorrar dinero y reunido alimentos si es que las vacas flacas se prolongan por más meses.

Juan Manuel sigue abriendo su papelería, pues su único medio de sustento. |Javier Ríos

Cambio de giro. De diseñar vestuario, ahora hace cubrebocas

Ante la crisis por la pandemia y el desplome de sus ventas, otros comerciantes se adaptan a las circunstancias que vive el país, y han cambiado momentáneamente su giro. Es el caso de Dolores Rodrigo, una diseñadora de vestuarios para actores y bailarines, que ha emprendido la misión de elaborar cubrebocas caseros con el restante de telas que tiene almacenadas.

"No puedo salir, tengo que estar haciendo aquí una actividad para sobrevivir. Entonces bueno estamos haciendo cubrebocas de tela lavables y es lo que vamos sacando día con día", narra mientras su perro Camilo, un labrador negro, se asoma por las escaleras para conocer a los visitantes del local ubicado en la colonia San Rafael.

Multas por mantenerse abiertos

El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, advirtió que los negocios no esenciales que se mantengan abiertosrecibirán en primera instancia un llamado de atención, y en su caso, se procederá a imponer multas o decretar la clausura de establecimientos.

Dolores acepta que las ventas se han desplomado de manera abismal, incluso muchos pedidos ordenados y con adelanto pagado (la mitad del precio total) han sido olvidados por sus clientes quienes le han llamado por teléfono para avisarle que: “no pueden salir de casa para ir por ellos o que no tienen dinero para pagarle”.

Dolores Rodrigo, diseñadora de vestuarios, ahora fabrica cubrebocas. |Javier Ríos

Abre su salón de belleza sólo unos días

Otros comerciantes con negocios no esenciales, ante la emergencia sanitaria, han optado por abrir sólo ciertos días de la semana. Es el caso de Silvia Ramírez, una estilista de la tercera edad, que atiende una estética en los alrededores del Kiosco Morisco.

"El lunes no se abrió. El sábado tampoco, hay días que no (abro)", relata mientras le corta el cabello a un cliente con todas las medidas sanitarias posibles. Tanto él, como ella portan cubrebocas. La peluquera además usa una bata blanca y se desinfecta las manos con gel antibacterial, de vez en vez, mientras le marca los bordes de la nuca con la máquina rasuradora.
Silvia Ramírez abre su salón de belleza sólo unos días ante la emergencia sanitaria. |Javier Ríos

Silvia asegura que se ve en la necesidad de abrir su negocio y seguir recibiendo clientes porque tiene a una hija que hace poco sufrió un derrame cerebral y ahora, tanto ella como sus nietos, son su responsabilidad económica.

- ¿Usted considera que su negocio, es un negocio esencial o no esencial?


-Pues sí es, porque yo me he mantenido sola siempre, responde lacónica y sonríe.


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