En medio del hambre desatada por el coronavirus, el restaurante "La Posta" de Tampico, Tamaulipas, se transformó en uno de los principales comedores dedicados a atender a personas desempleadas en la ciudad. A lo largo de 12 semanas, dio comida a casi 5 mil tampiqueños.
El 26 de abril de este año, cuando inició la Jornada Nacional de Sana Distancia por coronavirus, Alfredo Villanueva Zúñiga y Diana Mariela García Ortiz, propietarios de ese restaurante, decidieron donar toda su comida y comenzaron a dar alimentos a quienes no tenían. El primer menú fue picadillo, recuerdan.
Más de dos meses después, el jueves 4 de junio, decidieron cerrar con broche de oro su noble acción y regalaron 500 tamales de carne deshebrada a los ciudadanos cuyo empleo acabó cuando empezó la pandemia o simplemente les había ido mal.
La cita fue a la 1 de la tarde y a las 12:40 ya había personas formadas. La fila era larga y el 95 por ciento de la gente eran, como siempre, adultos mayores, algunos apenas podían caminar e incluso había niños.
"Que Dios los bendiga y les dé más", agradeció Juana Andrade, mujer de la tercera edad, que recibió sus tamales y un refresco.
Los propietarios del restaurante ubicado en la calle General San Martín, en el segundo cuadro de la ciudad, reconocieron que "fue una labor difícil brindar los alimentos a las personas", pero nunca pensaron en claudicar.
La última jornada de beneficencia alimentaria fue especial, comentaron, porque el pasado fin de semana fue el cumpleaños de Diana Mariela, otro motivo para hacer buenas acciones.
"Sentimos mucha felicidad, satisfacción, emoción y es algo que no vamos a poder pagar con nada", contó Diana a MILENIO.
Mientras el personal de "La Posta" sirvió los tamales recién salidos del fuego hecho a base de leña, los dueños agradecieron también a los ciudadanos tampiqueños que los motivaron con sus acciones, pues se acercaron y les regalaron insumos que posteriormente se convirtieron en alimentos calientes.
Aunque las personas que acudieron por su plato de alimentos fueron muchas, pocas quisieron hablar sobre su situación; sin embargo, al despedirse con la comida en la mano, los dueños de ese restaurante, donde regularmente se sirven platillos de pescados y mariscos, fueron bañados de bendiciones.
"¡Que Dios les bendiga y les dé más!", se escuchó repetidas veces entre las cansadas voces de adultos mayores.
Sus acciones, a través de redes sociales y medios de comunicación, han llegado a otros estados del país e incluso, el gobierno de Tamaulipas se dio cuenta de la labor emprendida por la pareja en momentos complejos de salud.