Elisa Ramírez Acevedo, de 72 años de edad, empacadora de una tienda de autoservicio ubicada en la avenida Hidalgo y calle Leandro Valle, que ha regresado a trabajar, afrontó una de las adversidades más complicadas de su vida, al verse sin trabajo y encerrada en su casa debido al año de la pandemia por el covid-19.
La empacadora tiene seis años trabajando en la tienda de autoservicio y desde el momento que entró a laborar, su trabajo ha sido importante para ella, ya que es la única entrada de dinero que tiene hasta el momento.
Cuando el personal de la tienda les informó que las labores serían suspendidas por la contingencia sanitaria pensó que se trataba de algo muy sencillo y que en unos días volvería todo a la normalidad.
"Fueron pasando los meses y no regresabamos a trabajar y pensé ¿qué está sucediendo?, cuando en la televisión se informaba de muertos y más muertos", dijo.
Argumentó que fue muy duro estar encerrada y sin dinero y gracias a sus siete hijos, estos la sustentaron y le brindaron mucho apoyo anímico.
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La señora Elisa tiene su domicilio, en la colonia Braulio Fernández Aguirre y ahí en su casa estuvo sin salir casi un año, ya que tenía que cuidarse para no resultar contagiada y al final la pandemia nunca la alcanzó.
Comentó que ya está vacunada, ya que es un requisito indispensable para continúar trabajando en la tienda.
Explicó que desde marzo de 2020, dejó de trabajar y tuvo que pasar más de un año para incorporarse a las actividades, que apenas reiniciaron hace algunos días.
El esquema de trabajo sería el siguiente; cada tercer día trabajaría, es decir, un día sí y otro no, más aparte el descanso, por lo que tuvo que ajustarse a la Nueva Normalidad. Enfatizó que gana un promedio de 250 a 300 pesos diarios y esa cantidad administra todas sus necesidades.
Para Vicente Ismael Dimas de 73 años, empacador de otra tienda comercial, ubicada en la calzada Colón y avenida Hidalgo, la pandemia le trajo consigo una gran enseñanza, de afrontar las adversidades más complicadas como lo fue el covid-19.
Aunque no se contagió de coronavirus, gracias que estuvo resguardado por casi un año, le fue muy difícil entender porqué estaba encerrado, ya que en algunas ocasiones la ansieda y el miedo lo atormentaban.
Comentó que ahora enfrenta la post pandemia, sin su amada esposa, quien acaba de fallecer hace unos días, por lo que es duro entender porque aveces la vida se presenta de una forma cruel.
Fue gracias a sus cuatro hijos, quienes lo ayudaron a salir del estado de depresión que alguna vez estuvo causado por el covid-19.
"Tengo diez años de empacador y gracias a este trabajo me mantengo firme y contento", dijo.
He experimentado muchas situaciones agradables y desgradables, ya que hay muchos clientes muestran su lado malo, mientras que otros su lado bueno y amable.
"No a todos nos hizo reflexionar la pandemia, y que los comportamientos de algunos siguen siendo nefastos y lo vemos aquí en este trabajo, pero no todos son así, hay algunos que son una bendición al encontrarlos en el camino", expuso.
Señaló que no tiene otra entrada de dinero, más que como empacador y añadió que alcanza a ganar hasta 300 pesos, por cuatro horas de trabajo, por lo que se tiene que administrar muy bien.
EGO