Un legado histórico que se encontraba en ruinas hoy forma parte de la nueva oferta turística y cultural, se trata del Observatorio Mazatlán construido el siglo XIX a más de 70 metros de altura en el Cerro del Vigía, desde donde se aprecian, en todo su esplendor, las aguas del Océano Pacífico frente al llamado Paseo del Centenario.
El observatorio conserva parte de los estragos que le ha dejado el paso del tiempo y de las guerras. Este lugar se encuentra sobre terrenos propiedad de una familia mazatleca que desde hace seis años lo ha ido acondicionando con amplios jardines donde destacan plantas endémicas y un agaviario, así como con una emblemática ambientación de la época porfirista dentro del inmueble.
El visitante ingresa por la puerta localizada en el paseo del Centenario al pie del Cerro del Vigía, lo recibe una proyección de un video que muestra imágenes interactivas donde se dan a conocer los principales pasajes de la historia y de la cultura de Mazatlán.
Ahí se destaca que a 75 metros sobre el nivel del mar se encuentra uno de los sitios más emblemáticos y con mayor historia de Mazatlán conocido como el Cerro del Vigía, bautizado así por su posición de vigilancia y del cuidado de la ciudad.
El gerente general del observatorio, Rafael Rivera Velarde, comentó a MILENIO que desde las faldas del cerro se guardaba y cuidaba al pueblo de ataques de piratas e invasores extranjeros; el edificio de la cúspide fue reconstruido en 1873 con el nombre de Observatorio que en la época de Porfirio Díaz se convirtió en el segundo observatorio meteorológico y sismológico de México.
El recorrido se hace más espectacular cuando el visitante aborda el funicular (un tipo especial de ferrocarril que se utiliza para subir y bajar grandes pendientes) construido por Hilliker, es una estructura segura con casi 30 grados de inclinación, este es otro de los atractivos que tiene este lugar, quizá el único con la vista panorámica hacia el Océano Pacífico en el noroeste de México, explica Rivera Velarde.
El funicular, agrega, puede sostener un peso 1.5 toneladas, pero por disposiciones sanitarias, como la sana distancia, con la nueva normalidad sólo podrán abordarlo 8 personas.
El trayecto hacia la cúspide del Cerro del Vigía es de dos minutos, desde ahí se disfruta la espectacular vista hacia el mar y hacia las rocas donde se llegan a divisar lobos marinos, así como el Cerro del Crestón que alberga el segundo faro natural más grande del mundo; todo un escenario natural ideal para la toma de videos y fotografías.
Durante el recorrido, los turistas son acompañados por un guía que paso a paso les detalla toda la historia.
Se cree que en este lugar había aparatos para la medición de algunos factores climatológicos tales como anemómetros (para medir la velocidad del viento), pluviómetros (las lluvias) y, termómetros, incluso se lanzaba un globo de látex de 45 libras al cual se le ataban medidores de estos tres factores y obtenían cierta información sobre las mediciones del tiempo, compartió el director del lugar.
El alcalde, Luis Guillermo Benítez Torres, cataloga este sitio como una maravilla y argumenta que se tienen listos otros proyectos turísticos alrededor de la zona que en unas cuantas semanas se darán a conocer porque Mazatlán es un lugar seguro para los visitantes a los que se les irá ofreciendo una mayor cantidad de atractivos turísticos.
“El observatorio no lo están arreglando, le están dando el mantenimiento para conservarlo con las mismas características con las que se construyó que fue el siglo ante pasado”, puntualizó.
Al concluir el recorrido por la propiedad los visitantes encontrarán dos plazoletas que les permitirán acercarse al mar rocoso desde dos miradores, los más visitados en Mazatlán, uno de ellos en forma de corazón.
El observatorio tuvo una apertura fugaz a principios de marzo y en menos de un mes tuvo que ser cerrado debido a la pandemia de covid-19, ahora se espera que pronto se defina la fecha para recibir nuevamente a visitantes nacionales y extranjeros.
ledz