Crujidos en Naucalpan son causados por una falla geológica en la zona, según experto

El origen de los crujidos en Praderas de San Mateo son causados por actividad sísmica en el cerro.

Los microsismos en Naucalpan continúan por activación de una falla geológica localizada en el cerro. Foto: (Especial/MILENIO)
Polette Maqueda
Estado de México /

Los recientes crujidos y sismos en la comunidad de Praderas de San Mateo, en Naucalpan, han provocado temor para las personas que habitan la zona ya que en sus 40 años viviendo ahí no habían experimentado algo así, por lo que el IIGEA inició una investigación para explicar el fenómeno.

El Instituto de Investigaciones Geológicas y Atmosféricas (IIGEA) es el responsable de llevar a cabo este proyecto, y entrevista con MILENIO, el investigador al mando, Carlos del Ángel, nos explicó el origen de los crujidos, su relación con los microsismos y el nivel de peligro al que están expuesto los habitantes. 

Los crujidos reportados por los vecinos de la comunidad empezaron el 19 de julio y desde ese momento han asegurado que casi todos los días los escuchan y sienten el movimiento de la tierra. Esta fecha coincide con el reporte del Servicio Sismológico Nacional en el que registró un microsismo en Naucalpan.

De acuerdo con la investigación del IIGEA, antes de que ocurriera este primer evento ya se había registrado movimientos telúrico de menor magnitud en la zona de Chiluca, en Cipreses y en Esmeralda; sin embargo, su actividad sísmica no era tan consecutivas como se presentó posteriormente en Praderas de San Mateo.

Luego de que que el 13 de agosto instalaran un sismógrafo en la zona de interés, un mapeo de daños en viviendas, e inspección de las cuevas, llegaron a la conclusión que hay una falla geológica.

¿Tiene relación con la falla de Acambay?

Carlos de Ángel aseguró que esta falla descubierta en Naucalpan no tiene ninguna relación con la falla de Acambay.  El experto explicó que no era posible porque esa falla tenía longitud de aproximadamente 4 kilómetros, por lo que no podía conectarse a las fallas que están ubicadas en Naucalpan.

“Fue una muy mala explicación y razón que le dieron a los vecinos de la zona, porque la falla de Acambay, no pasa por ahí (...) La falla de Acambay tiene otro tipo de movimientos, otro tipo de configuración tectónica”, dijo.

Los microsismos tienen relación con la zona de la falla Otomí, la cual se acompaña de la falla de Ixtlahuaca, a de las cruces; ésta tiene una longitud de 4 kilómetros y llega al sur de Jilotzingo donde brinca a otra zona de fallas. 

“Las fallas no son solamente un sola línea, como estamos acostumbrados a ver, sino que en muchas ocasiones las fracturas se subdividen y se generan fallas paralelas pero que pertenecen al mismo sistema”, explica que en este caso terminaría por la zona de Barrientos, en Tlalnepantla.

Esta falla que descubrieron en la zona, aseguran que posiblemente había estado ahí por millones de años, pero hasta ahora se reactivó.

Aunque también menciona que, no se descarta el reblandecimiento de la pared en el asentamiento del cerro, el cual podría estar relacionado con las intensas lluvias a las que se ha sometido la entidad.

¿Son normales los crujidos?

El especialista del IIGEA informa que los crujidos que escuchan los vecinos de la zona son completamente normales por la sismicidad, ya que explica que en el punto del epicentro, que es donde se genera el rompimiento de las rocas, es perceptible para al oído, sin importar si es una magnitud menor, además de que generalmente son trepidatorios.

"Si tu te encuentras en una zona de falla local es muy probable que vayas a escuchar un sonido de la tierra (..) Si el evento de está produciendo debajo de nuestros pies, lo primero que vas a escuchar es un golpe seco de abajo hacia arriba”, dijo.

“Dependiendo donde se ubiquen, las personas abajo del cerro de Praderas, lo que van a sentir más es una más es una vibración horizontal”, ya que explica que con el sismógrafo pudieron ubicar los últimos movimientos en el cerro, a una profundidad de aproximadamente 400 metros, lo que podría indicar un deslizamiento del cerro que se conecta con otra falla. 

¿Están en peligro?

Al descubrirse esta falla geológica en la zona, los investigadores en sus actualizaciones del proyecto publicaron que la zona que presenta un peligro es en la peña; sin embargo, aseguran que no tienen por que alarmarse ya que esto no va repercutir en un derrumbe catastrófico, pero si podría haber eventos de este tipo en las laderas que tal vez afecten las casas en las zonas de las peñas, la parte media y superior del cerro.

Respecto si es posible que la falla genere un sismo de mayor magnitud, Carlos del Ángel descarta esa posibilidad, ya que debido al comportamiento de la falla local y sus características, el evento de mayor magnitud que se podría presentar es de 3.0.

“Para la población que está ahí justamente en la zona del epicentro, lo van a sentir muy fuerte, muy corto, pero la sacudida sería mucho más violenta a lo que ya sintieron anteriormente”, dijo

Hasta el momento, solo se han presentado tres microsismos, y entre estos la actividad ha ido decreciendo, por lo que se espera en algún tiempo la actividad siga así hasta que otra vez no sea perceptible.

Lo único que queda por hacer es seguir monitoreando la actividad sísmica y conocer el tipo de movimiento que se está registrando. La recomendación es que si se pudiera se reubiquen las personas en otras zonas que no tengan este peligro.

“No se va a caer el cerro, no va haber un derrumbe tan grande, si creemos que está sucediendo una subsidencia, pero esa subsidencia va a ser de milímetros…pero la gente ni lo va notar”, asegura que este fenómeno podría llegar a presentar posiblemente una desprendimiento de roca como en el cerro del Chiquihuite.

PNMO

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