La ciudad de Puebla es reconocida a nivel mundial por su belleza arquitectónica colonial, su gastronomía, artesanías y por monumentos como la Catedral, los Fuertes, la Biblioteca Palafoxiana o el Paseo Bravo; sin embargo, su paisaje urbano también esconde uno de los tesoros más enigmáticos, extraños y sorprendentes del planeta: el volcán Cuexcomate.
Ubicado en la junta auxiliar de La Libertad y custodiado por el cerro de La Paz, el montículo de 400 toneladas de lava seca es uno de los atractivos turísticos mejor guardados de Puebla, pues ofrece a los visitantes la experiencia de ingresar al interior y conocer de cerca cada una de sus entrañas.
Con una altura externa de 13 metros y una interna de 23 metros, un diámetro de base de 23 metros y un cráter de 8 metros, el Cuexcomate ha sido denominado el volcán más pequeño del mundo, aunque en la realidad tiene las características de un géiser inactivo.
Su aparición está directamente relacionada con el volcán Popocatépetl ya que, según manuscritos prehispánicos, en el año 1064 registró una erupción lo suficientemente fuerte para erigir una nueva formación volcánica que en sus primeros años de vida expulsaba grandes cantidades de vapor y agua hirviente a varias hectáreas a la redonda.
Incluso, en entrevista para MILENIO el pasado 26 de enero, el guía turístico del Cuexcomate, Maximiliano Sánchez, relató que ese evento podría repetirse si es que el Popocatépetl vuelve a entrar en erupción a gran escala, similar a la que acontecieron nuestros pasados mesoamericanos.
El cronista explicó que el volcán recibe ese nombre gracias a la palabra “cuexcomatl”, que significa “olla de barro” o “lugar para guardar”, lo cual empata con el hecho de que los primeros asentamientos en La Libertad y zonas aledañas lo usaron durante mucho tiempo para resguardar semillas y cosechas en temporada de calor, aprovechando que su interior es fresco y húmedo por la ausencia de luz solar.
Compartió que al volcán lo envuelve un misticismo particular por dos razones: la primera, cuenta con un sistema de túneles y cavernas que se piensa podrían unirse con otros puntos como el cerro de La Paz o las pirámides de Cholula; además, el agua en su interior es parte de un río subterráneo que desemboca en el río Atoyac.
La segunda, en uno de sus rincones cuenta con una oquedad a la que se le forma una estalactita porque durante todo el año, cada uno o dos minutos, se produce la caída de una gota de agua. La leyenda dice que los visitantes pueden atraparla en su mano, cerrar el puño y llevarlo a su corazón, para que la fe y la ilusión puedan cumplir nuestro más grande deseo.
Sería parte de un corredor turístico
A fin de detonarlo como un atractivo a nivel local, nacional e internacional y que no vuelva a quedar en el abandono para ser vandalizado o servir como basurero, el ayuntamiento de Puebla planea agregar al Cuexcomate dentro de un corredor turístico que salga desde el Centro Histórico de la capital, pase por el monolito y culmine en varios puntos de los vecinos San Pedro y San Andrés Cholula, como las Pirámides y el Templo de la Virgen de los Remedios.
Así lo adelantó en entrevista el pasado 27 de enero para MILENIO Puebla, el titular de la Secretaría de Economía y Turismo municipal, Alejandro Cañedo Priesca, quien señaló que ya hubo reuniones por parte de los equipos de gobierno de los tres municipios para que este proyecto pueda ser una realidad.
“Parte de lo que estamos haciendo es promover a la junta auxiliar de La Libertad. Estamos trabajando junto con San Pedro y San Andrés en hacer un destino turístico integral que nos permita un mejor aprovechamiento de los recursos públicos, vamos a invertir para que la gente incremente su derrama.
AFM