En el día dos de la incursión del Ejército en Aguililla, Michoacán, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se esfumó de la zona.
Los delincuentes que por más de siete meses desataron una guerra contra grupos criminales rivales que intentaban apoderarse de Tierra Caliente, huyeron por la sierra rumbo al Puerto de Lázaro Cárdenas.
A 24 horas de la incursión de las fuerzas castrenses, Aguililla está sitiado. Diversos puestos de control fueron instalados en la carretera que conecta dicho municipio con Buenavista Tomatlán.
Cualquier vehículo es revisado por los militares, desde un automóvil hasta un tractor, con la intención de detectar personas armadas o que trafiquen drogas.
“Estamos feliz, estamos feliz, hasta ahorita. Nosotros sembramos. Diario nos dejaban salir, pero andaba uno con el miedo de que en cualquier rato digan `tú ya no cabes o la fregada`, como le sucedió a mucha gente”, narró un poblador de Aguililla, entrevistado en un puesto de control militar.
La Secretaría de la Defensa Nacional informó mediante un boletín de prensa, que tras la incursión del Ejército en Michoacán, 43 localidades que estaban bajo control del CJNG fueron liberadas.
En la región de Aguililla-El Aguaje se aseguraron 185 paquetes con mariguana, se incautaron seis armas largas, 11 cargadores de diferentes calibres, cuatro cofres, mil 138 cartuchos de diferentes calibres, así como 23 artefactos explosivos improvisados, 21 vehículos tres de ellos blindados, una motocicleta y un tractor.
El Aguaje era hasta hace unas semanas un pueblo casi fantasma, pero tras la incursión del Ejército varios negocios abrieron sus puertas, sobre todo aquellos que venden comida y que aprovechan la presencia de las autoridades para venderles alimentos.
Hace cuatro años, El Aguaje quedó en medio de la guerra protagonizada por los grupos criminales Cártel Jalisco, la Familia Michoacana, Los Viagras y Los Caballeros Templarios.
De acuerdo con pobladores, en el Aguaje casi todas las casas tienen impactos de bala, en algunas fachadas se pueden contabilizar más de 100 balazos.
Los pobladores no quieren hablar con los medios de comunicación, pues aseguran que los tienen amenazados, incluso, tienen prohibido llegar a Buenavista Tomatlán, donde fueron advertidos que si los ven los van a matar.
Los tramos carreteros cortados por los delincuentes para impedir el tránsito de las autoridades fueron totalmente reparados, lo que permite el libre tránsito, pero también la reactivación del comercio en esa zona de tierra caliente.
Los pobladores insisten en que las fuerzas armadas no se vayan de la región, porque de lo contrario, auguran el retorno de la violencia, en una de las zonas más ricas de Michoacán, no sólo porque ahí se asientan los mayores sembradíos de limón del país, sino también por las minas de acero que lucen abandonadas debido a la violencia.
Por lo pronto, el miércoles llegaron a Aguililla más militares, efectivos de la Guardia Nacional y elementos de la Policía de Michoacán, para reforzar la vigilancia.
ledz