Personas en proceso de expulsión a su país, que se ubicaban en las celdas de la Estación Migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), se amotinaron anoche en Tijuana.
En su mayoría, los migrantes eran de Venezuela y alrededor de 300 manifestantes exigieron atención médica para tres de sus connacionales. En la estación La Esmeralda había, además, personas de otras nacionalidades.
Cerca de las 20:00 horas y al no recibir una respuesta favorable del personal del INM, inició la toma de las instalaciones y agresiones a por lo menos dos trabajadores. Al lugar llegaron 150 elementos de seguridad, entre policías estatales, municipales, Guardia Nacional y Secretaría de Marina.
Además, también acudieron bomberos y paramédicos de Cruz Roja, siendo estos últimos quienes ingresaron con equipo y dos camillas. Se reportaba que los migrantes tenían armas blancas, por ello, ingresaron policías antimotines y salieron casi a la media noche.
Después ingresó el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Baja California, Raúl Ramírez Bahena, quien encabezó el diálogo con los inconformes. También estuvo con ellos la subsecretaria de Asuntos Migratorios, Adriana Minerva Espinoza Nolasco.
Durante la madrugada, sacaron en camilla a un hombre al que trasladaron a un hospital.
Ninguna autoridad ha emitido alguna postura al respecto, ni informado por qué los migrantes venezolanos estaban en la estación migratoria y su estatus en el país.
El jueves pasado, inició vía Tijuana el retorno a México de migrantes de Venezuela que ingresaron de manera ilegal a Estados Unidos. Algunos optan por no recibir apoyo del INM, otros lo aceptan para ser trasladados en vehículos oficiales a Mexicali.
No es la primera vez que se da una protesta de migrantes internos, en 2019 ocurrió lo mismo cuando iniciaron las caravanas migrantes para cruzar a Estados Unidos.
ROA