Los estudiantes están más animados y son más sensibles con el regreso a clases presenciales en las aulas; además, valoran los espacios en los que pueden convivir e intercambiar experiencias con sus compañeros y con sus profesores.
René Alejandro Lara Díaz, decano de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), explicó que, durante las clases en línea, los estudiantes casi no se animaban a realizar preguntas, en algunos casos porque no querían encender sus cámaras o porque no estaban poniendo la misma atención y hasta porque tenían dificultades tecnológicas o con la señal de internet; mientras que, en las clases presenciales, existe una alta participación tanto para brindar comentarios como para realizar cuestionamientos.
“El conocimiento que podemos tener en clases en línea es muy ligero. Incluso, lo que he visto es un mayor interés y más preguntas. Antes preguntaba: ¿no hay dudas? La respuesta era: no. Ahora, hay muchas dudas y mucho interés y eso nos lleva a seguir promoviendo actividades presenciales”, comentó.
La pandemia por covid-19 aceleró la posibilidad de brindar clases en línea y tener a estudiantes conectados desde diferentes partes del mundo; sin embargo, en la presencialidad se logran diferentes conocimientos e intercambios de ideas que no lo permiten los dispositivos móviles.
“Los estudiantes se reúnen para comer juntos, pero también, para compartirse ideas y emociones. Desde lo que he visto, es muy enriquecedor tanto para ellos como para nosotros”, comentó el investigador en el área de ciencias exactas.
La formación profesional de todas las carreras presenta entre parte de sus componentes importantes el desarrollo de conocimientos y, al mismo tiempo, el de habilidades y destrezas. En este último caso, en las clases en líneas no siempre se pudo lograr.
“Para lograr esos elementos, el desarrollo de conocimiento y las habilidades y destrezas se requiere de tocar los equipos, reunirse y esa es la parte de la experiencia que estamos presentando a los jóvenes. En las clases, esa parte experimental es fundamental, que utilicen los equipos”, resaltó el investigador.
Lara Díaz destacó que, al mismo tiempo, para los docentes tanto de las áreas de ciencias exactas como de otras academias es enriquecedor brindar clases presenciales y poder ver los rostros de los estudiantes a diferencia de las clases en línea en las que, en muchas ocasiones, solo se venían fotografías o imágenes en negro.
“Nosotros, los profesores, también estuvimos aislados dando clases. La sensibilidad para dar una clase presencial es otra en comparación con las clases a distancia”, apuntó decano de la Escuela de Ingeniería de la Udlap.
Resaltó que las clases en línea pueden permanecer como una herramienta alterna para apoyar a los estudiantes que tienen alguna dificultad; sin embargo, la presencialidad ofrece diferentes beneficios y genera mayores conocimientos para los alumnos.
“Nosotros vimos que algunos estudiantes preferían permanecer en línea; sin embargo, cuando venían a sus compañeros en los salones de clases, se animaron e hicieron todo para regresar a las aulas”, destacó.
AFM