Después de casi 15 años de estudiar en la misma escuela que le abrió las puertas desde el nivel preescolar, una de las mayores ilusiones para Daniela Gallegos era llegar a vivir el tan esperado Baile de Graduación, que por generaciones ha sido el cierre con broche de oro del Instituto Francés de la Laguna (IFL).
Incluso ya se veía con un vestido largo que desde principios de año tenía listo para ese momento tan especial, sobre todo, añoraba celebrar su graduación en compañía de su familia y de sus compañeros de clase, casi hermanos.
“Pensaba que mi graduación sería con mi vestido, una fiesta en grande, un paseo y el Baile de Graduación. Llevo 15 años aquí y para mí es algo muy emotivo”, luego un nudo en la garganta de Daniela se desató en llanto, se quitó su cubrebocas con la insignia del Francés impreso y secó sus lágrimas.
Las acciones para evitar la propagación de la pandemia por el covid-19, no perdonaron momentos tan esperados para un estudiante como lo es la culminación de sus estudios, ahora fue todo virtual, el fin de clases y hasta su graduación.
“Me llena de felicidad cerrar este ciclo pero es una lástima que no sea como todos hubiéramos querido”, prosiguió la joven mientras con la ayuda de su madre, terminaban los últimos detalles de la decoración de su vehículo con globos y listones de colores, casi listos para salir en la “Caravana de Graduación” en la que participaron las familias de los egresados del Francés.
Entre una larga fila de autos estacionados a punto de partir con sus respectivas decoraciones, el joven Luis Fernando Agundis se asomaba desde la ventana del auto para tomarse fotos con su familia adentro, mismo que reafirmó que su Baile de Graduación es de lo más esperado para cualquier estudiante del IFL.
“Se acostumbraba un viernes realizar la ceremonia de graduación con entrega de papeles, la misa y al día siguiente el baile, donde hay una pasarela. Todos venimos de traje y las mujeres de vestido largo, todo para celebrar que cerramos un ciclo”.
En la espera, los estudiantes aprovecharon para saludar a sus compañeros, que en su mayoría sólo se llegaban a ver por videollamadas, en cambio hora, pudieron tomarse las respectivas ‘selfies’ y la foto con su imagen en las lonas colgadas afuera de la escuela, has ta los padres se acercaban a saludarse y preguntar por la familia.
Inicia el recorrido
Minutos después de las 8 de la noche, se dio la orden al ‘carro de sonido’ de poner el Himno Lasallista como señal de que iniciaba el recorrido, el cual arrancó desde las instalaciones del IFL, tomó la calzada Agustín Castro y partió por el bulevar Miguel Alemán hasta llegar a la réplica de la Torre Eiffel.
Previamente, se llevó a cabo la Ceremonia Académica de Graduación de Bachillerato del IFL de manera virtual. Desde casa y en compañía de su familia, los graduandos pudieron seguir la transmisión de la ceremonia en vivo por la página oficial del Francés en Facebook, al igual que la ceremonia eclesiástica oficiada por el padre Ricardo, ex alumno de la institución.
En la caravana todo fue fiesta, los festejados no desaprovecharon el momento y salían a saludar desde las ventanas o del quemacocos, con su respectiva toga y birrete, sin faltar su playera conmemorativa bien puesta, la cual lleva impresa la lista de asistencia de cada grupo en la espalda.
Los más de 200 vehículos que participaron no dejaban de sonar el claxon con el clásico sonido en señal de triunfo, con la música a todo volumen o cualquier forma de hacer ruido, tal como lo hizo una madre de familia cuando sacó una matraca de gran tamaño desde la ventana y emitió su resonante ruido.
En las decoraciones de los autos la creatividad de los estudiantes y de sus padres se puso a prueba, donde sobresalieron los globos en formas de letras y de diferentes figuras, globos de colores y pompones.
Hubo quienes se esmeraron desde una semana antes al recortar estrellas y letras de foami o rellenar globos de papel picado, así como lo compartió Angélica Torres, madre de familia que ayudó en la colocación final de los arreglos en la camioneta donde viajaría su hija en compañía de otra compañera de clases, Laura y Miranda.
El nombre de los jóvenes a bordo era plasmado en algunos parabrisas o cobres de los autos, como símbolo de que ahí circulaban graduados como “El Güero”, “Portero”, Diana, Diego, Sinué, Fer, Roberto, Daniela, o el nombre de Gera en una camioneta, que entre otras resaltaba al viajar por la gran cantidad de globos alargados y circulares de todos los colores, que fueron colocados en el techo del vehículo.
Ya cerca de las 9 de la noche los festejados arribaron a la réplica de la Torre Eiffel, donde descendieron para proceder a tomarse la foto oficial en un ambiente de armonía que se pudo celebrar con todas las medidas sanitarias, como la portación del cubrebocas a los asistentes a la caravana.
Incluso, un padre de familia con un micrófono y bocina en mano, llamó a todos los ex alumnos a reunirse a la fotografía, que más allá de la formalidad, fueron retratados entre gritos, risas, papeles de colores y espuma al aire, cerrando así, un festejo que fue posible por la energía que irradiaba en los rostros de cada recién egresado, en lo que fue una agridulce de emociones que se encontraron en un mismo lugar.
El festejo se llevó a cabo el pasado lunes 6 de julio, con una ceremonia de graduación encabezada por el director general del IFL, Julián Roberto Marínez Sánchez, el coordinador de la sección Preparatoria en el turno matutino, Ricardo Ramírez Barba, y por la coordinadora de la sección Preparatoria Nocturna, Minerva Villarreal Herrera.
CALE