Jorge Luis Lozano Martínez remata calzado en un tianguis que ha hecho tradición en Gómez Palacio al colocarse sobre la calle Morelos, en el centro histórico. Fue hace veinte años que decidió sacar una mesa, misma que fue creciendo hasta mostrar los pares de calzado en tarimas, sin embargo la pandemia por el covid-19 le impidió vender su mercancía en la calle, por lo cual uno de sus hijos le abrió su primera página de Facebook.
“Vendo puro calzado pero ahora está solo, he vendido un par en toda la mañana, generalmente sí se vende un poquito más el día que nos ponemos pero ahorita está tranquilo todavía por la pandemia. La mejor temporada es en el mes de diciembre y todavía cae un poquito después, luego nos cae la cuesta de enero pero con la pandemia tenemos todo un año que no funcionó”.
Jorge Luis dijo que durante más de un año su puesto permaneció inmóvil y por eso debió buscar aquí y allá para vender un par de zapatos. Fue así que su hijo le dijo que utilizara las redes sociales y aunque es sincero y dijo que “nunca le agarró la onda”, su hijo le sigue apoyando con este tipo de venta.
“Yo buscaba con los amigos o en algún negocio establecido, en el Mercado de Abastos de la ciudad. Sí nos montamos a la ola de los virtual pero muchas veces la modernidad a veces no la tiene uno porque no tiene uno para comprarse un celular moderno y todo eso, pero me ayudó mi hijo a hacer algunas ventas pero a veces resulta que el cliente no lo quiere porque lo ve de una manera y cuando se lo entrega cambia de opinión”.
En su caso, dijo, subían las fotos y al no contar con una cámara de alta definición los colores de los zapatos eran distintos a los de la imagen. Nada mejor como el mostrar en vivo la mercancía aunque está de acuerdo en que por medio del "Face" sí se logran muchos resultados en las ventas.
“Mi hijo es el que sí lo hace, yo no, el internet no se me da, pero él ve modelos más recientes y él sube la foto y los acomoda más rápido porque vendemos calzado para toda la familia a precios módicos. Abajo de la tarima tengo de hasta 20 pesos el par y así a veces la gente la piensa y prefiere sacarlos a vales de mil u 800 pesos en la tienda”.
Justo en ese momento llega un muchacho y toma un par de tenis del suelo. Jorge dice “Mire, son de a diez pesos” y al levantarlos del piso la suela se desprende de uno de los elegidos. Cuestión de enfoque porque aún para muchos será mejor pagar 10 pesos e ir a una ferretería a comprar un pegamento instantáneo, que endeudarse con abonos chiquitos que a la larga suman mucho.
EGO