De manera parcial y con sobreprecio, se reanudó la venta de pollo en el mercado central de Chilpancingo, en Guerrero, tres días después de que los comerciantes decidieran no abrir por una escalada de violencia.
En el mercado Baltazar Leyva Mancilla, 25 de 35 pollerías reactivaron sus ventas entre el miedo, la incertidumbre y bajo el resguardo de la policía estatal. El precio al público va de los 215 a los 220 pesos por cada pollo, que es el costo más alto registrado en lo que va del año.
A diferencia de días pasados, sí hay venta de pollo por piezas, ya que sólo se había vendido, en los pocos locales que abrieron en el centro de la ciudad, el pollo entero durante la escasez.
Mediante redes sociales, la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández confirmó que "de manera parcial, inició la venta de pollo en el mercado central".
"Agradezco los trabajos de la mesa para la Construcción de la Paz y reitero mi compromiso de seguir trabajando para que, desde las bases, vayamos construyendo la paz en bien de las y los ciudadanos".
Anoche, Hernández Martínez acudió a la central de abasto para realizar un recorrido acompañada de mandos de la 35 Zona Militar. La alcaldesa dedicó un mensaje de seguridad a los locatarios.
Inseguridad obliga cierre de pollerías
Desde el domingo pasado, las pollerías de la ciudad se vieron obligadas a cerrar luego de una semana de ataques registrados en la capital contra repartidores y distribuidores. Sin embargo, anoche, “de la nada”, les hablaron por teléfono y se reactivaron las ventas.
De acuerdo con comerciantes del mercado, hay por lo menos seis distribuidores de pollo para este mercado de Chilpancingo, pero hoy sólo hubo un proveedor con pollos que provienen del Estado de México. Sin embargo, la compra estuvo limitada a 20 pollos por local, pues “no se dan abasto”.
Locatarios vendedores de pollo, quienes aún temen ser víctimas del crimen que ya ha sacudido al mercado, contaron a MILENIO que la crisis comenzó desde hace por lo menos un año, con amenazas a los comerciantes y representantes de los polleros para imponer proveedores, pues los grupos delictivos ya estarían detrás de la carne, haciendo del pollo el único producto exento de la cuota impuesta por el crimen.
Sin embargo, la crisis se intensificó el fin de semana pasado, derivado de los ataques a una granja en la localidad de Petaquillas, dejando al sector sin proveedores y sembrando miedo en los comerciantes.
Por lo pronto, en el inmueble se mantienen elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano. Nadie sabe si mañana se volverá a vender pollo.
ROA