Puebla le ha dado la bienvenida a Benito —la jirafa rescatada en Chihuahua— con un plato de talavera, el arte en cerámica que enaltece a la ciudad, que ahora es su nuevo hogar.
El rostro de Benito fue plasmado por manos poblanas en tres platos de diferente dimensión, trazados, horneados y decorados en Taller Talavera Armando, fábrica con denominación de origen, ubicada en el Centro Histórico de Puebla.
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El maestro José Antonio López Sánchez es el artista detrás de la obra, su creatividad está impregnada en cada línea que realiza a mano alzada, una técnica de precisión, buen pulso y amor por su trabajo.
"Es algo que a nosotros nos dan la oportunidad de expresar nuestras inquietudes o en este caso sabiendo que venía la jirafa Benito a Puebla, venía a radicar, fue ese un motivo para nosotros plasmarla en talavera", expresó el artista en entrevista para MILENIO.
Cada elemento refleja perfección, minuciosa técnica, y un arduo trabajo de horas y días para concretar la pieza. La talavera es un trabajo de largo proceso que comienza con el amasado de los barros, que después son moldeados en tornos.
Las creaciones son sometidas al vidriado, un paso en el que se le da brillo a través de la gama de seis colores a base de minerales óxidos. Los productos son acalorados a temperaturas extremas para que el esmaltado perdure.
"Es un proceso que inicia con un boceto, se hace un estarcidor, posteriormente se hace el decorado sobre la pieza, puede tardar entre seis, siete, ocho horas, hasta un día, la elaboración de un trabajo como estos".
Su pincel delineó los cuernos, las manchas y el enorme cuello de Benito, una labor titánica como el rescate mismo del ejemplar en peligro de extinción, que vivía en pésimas condiciones y en frío extremo.
Actualmente, las piezas inspiradas en Benito permanecen en la cafetería del taller. Son únicas y no existe otra colección. Este arte puede durar hasta un siglo y sus colores no se desvanecen con el tiempo.
EL DATOTaller Talavera Armando
Este espacio se ubica en calle 6 Norte número 408 en el Centro de Puebla. Ahí se puede apreciar desde el proceso de fabricación hasta el origen de la técnica empleada desde la colonización.La talavera es la mezcla de los barros negro y blanco, se distingue por preservar una gama de seis colores, todos a base de minerales óxidos.
Benito tiene una altura de cuatro metros con 10 centímetros y pesa mil 200 kilos, aproximadamente. Tiene un gusto especial por las manzanas; tuvo que viajar más de mil 900 kilómetros durante 30 horas y recorrió 10 estados para llegar a Africam Safari.
La jirafa macho se ha ganado el corazón de los mexicanos, ahora es poblano. Se integrará a una familia de siete jirafas, y por fin tendrá un lugar digno para vivir similar a su hábitat.
"Es una manera de recibir, algo que ha sido emblemático y de lo cual mucha gente está mencionado, y que nosotros hayamos tenido esa iniciativa de elaborarla es como darle la bienvenida, de cierta manera aquí a Puebla, que mejor que plasmarla en un plato de talavera, pasarán los años y ahí seguirá".
Los artesanos inmortalizaron a Benito en esta joya poblana y Africam Safari busca preservar su especie, en cautiverio, pero en libertad.