La Cometa: primer jardín floral y artístico que existe en Tlaxcala

Tras dos años de pandemia y las olas de calor que provocaron severa sequía en todo México, los campos de dalia de Huamantla, Tlaxcala, revivieron, volvieron a florecer y por la mano del hombre se transformaron en un jardín artístico en forma de una cometa.

Este es el primer jardín floral y artístico que existe en Tlaxcala; no es permanente sino temporal porque su objetivo es mostrar y concienciar a quienes tengan la fortuna de conocerlo y recórrelo por sus senderos, sobre la importancia de preservar los ciclos de la naturaleza y la cultura de una comunidad.

Por eso se llama 'La Cometa', un nombre metafórico que representa un símbolo que repentinamente aparece en el paisaje agrícola, explicó a Milenio, Alejandro Lira, representante de Alfombristas Mexicanos y autor de la obra en el paisaje natural de los campos de dalia del territorio tlaxcalteca.

“Esa metáfora es la de las flores, se avista la cometa que se siembra con las dalias en la tierra, va a aparecer, va a brotar cuando las matitas empiecen a romper la tierra para salir al sol y van a tomar total esplendor cuando florecen, en agosto”, comentó.

En este agosto de 2023, las miles de dalias sembradas en los predios que son propiedad de don Vicente Macías en encuentran en su máximo esplendor y están listas para el corte porque cada una de ellas es utilizada para la confección de las tradicionales alfombras que los habitantes de Huamantla confeccionan como ofrenda a la virgen de La Caridad, en el marco de la fiesta patronal que se celebra también en agosto.

Y es en esta tradición en la que se combinan los ciclos de la naturaleza y la cultura de una comunidad a los que alude La Cometa.

Lira reiteró que la finalidad de esta intervención en el capo agrícola es compartir un mensaje de cuidado ambiental y salvaguarda del patrimonio biocultural de la comunidad, conocer el ciclo de las dalias y su relación con el alfombrismo, arte efímero del Pueblo Mágico de Huamantla.

“Llegué aquí, en el campo, para hacer un concepto que contribuya a la regeneración de este paisaje que tiene muchas problemáticas por la sequía y el abandono del campo. Y La Cometa es eso, es una manera de resurgir, de aparecer o reaparacer, y es la oportunidad de expresar algo y aplicar mi creatividad”, remarcó.

La Cometa, el primer jardín artístico de Tlaxcala, surgió por una colaboración entre don Vicente, que quería ver florecer nuevamente a sus dalias después de casi tres años de sequía, crisis y pérdidas; y de Alex, como algunos llaman a Alejandro Lira. El primero aportó los predios y las flores, el segundo su creatividad.

Durante la primera y tercera semana de agosto, el jardín de 'La Cometa' está abierto al público a través de visitas controladas para que los visitantes reflexionen sobre la protección y conservación de los ecosistemas y que conozcan la importancia del ciclo de las dalias en el medio ambiente, en la cultura y en la economía local.

“El verdadero objetivo de este tipo de intervenciones, podría decir, que como una consecuencia de que el campo se trabaja se tienen diversos beneficios como el turismo, la economía, un espacio de promoción, para nuestra comunidad, nuestro municipio o para el estado, pero eso es una consecuencia, porque los más importante es que estas flores son una ofrenda para la virgen de La Caridad”, indicó Lira.

“Flores a cielo abierto que generan un gran jardín de polinizadores que brinda un gran servicio ecositésmico, a los campos que hay alrededor, a las zonas naturales y a los seres humanos; habrá posibilidades de generar turismo, de generar opciones que generen economía, pero son consecuencias porque el objetivo es que regenerar la vida y regenerar este paisaje”.

Dalias con nombre e historia

Don Vicente Macías propaga su vista por los campos de dalias que él mismo siembra y cosecha cada año, y al mismo tiempo recuerda el nombre y la historia que hay detrás de cada una de esas flores mexicanas.

En 2021, allí, de pie dentro de esos mismos predios agrícolas, se le escapaban algunas lágrimas porque ese año tuvo que tirar toda su cosecha. En Huamantla, los festejos en honor a la virgen de La Caridad fueron suspendidos por las restricciones de la pandemia de covid-19; en consecuencia, no hubo alfombras ni venta de dalias para la confección de estas.

Dos años después, don Vicente, conocido en el municipio como el señor de las dalias, se para nuevamente entre las miles de flores, pero ahora vislumbra que hará para 2024. Pasó de la crisis, las pérdidas de su cosecha a la búsqueda de oportunidades.

“Si Dios nos presta la vida, seguiremos intentando hacer cosas novedosas para Huamantla, para Tlaxcala y para toda la gente que nos visite”, expresó.

Seis meses de trabajo le requirió dar forma, junto con Alejandro Lira, al jardín artístico de las dalias porque no solo es sembrarlas, también se trata de cuidar las plantas durante su crecimiento, podarlas, arrimar la tierra para que resistan el peso de las flores.

“Quise que en lugar de ser un sembradío que fuera un jardín de dalias para que se viera más bonito, busqué a Alejandro Lira, no lo pensó dos veces, y ahora se ve esta maravilla que está en las dalias, con esfuerzo, esmero, mucho trabajo, pero a la vez mucha alegría”, expresó.

Don Vicente reconoce a sus dalias por su nombre y por la historia que guarda cada una de ellas, ya sea de alegría, drama y también de luto.

Por ejemplo, hay una a la que él llama Ireri; detrás de esta especie de dalia está el recuerdo de una tragedia familiar, pero también de un motivo de alegría porque falleció, en un accidente automovilístico, el joven que sería su yerno el mismo día en que su hija le daría la noticia de que sería papá de una niña a la que planeaban bautizar como Ireri, que significa la flor más bella que nace en marzo, en la primavera.

También identifica en los campos a otras variedades de dalias a las que ha denominado Jatziri, Emily, Caridad, Yalit, Itayetzi, Quetzaly, Asunción de María, Yuritzi, Erandi, Jade, Maczil, Italivi y Mariam.

Todas estas flores mexicanas han sido creadas por él a través de la polinización con las abejas y bajo la asesoría de ingenieros agrónomos.

Don Vicente lleva más de 20 años dedicado al cultivo de dalia en Huamantla, incluidos 2021 y 2022 cuando toda su cosecha la echó a la basura. Heredó el oficio de su padre y ahora presume que detrás de cada una de sus flores hay una anécdota, sin darse cuenta de que sus dalias declaman la historia de él.

Logra 14 registros en el catálogo nacional

Cosechar una dalia no es una tarea sencilla como solo enterrar un camote en la tierra y esperar a que nazca una planta; esta actividad agrícola también requiere de imaginación y técnica para crear una flor única.

Las dalias de don Vicente son únicas, y por eso ha logrado el registro de 14 de ellas en el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales administrado por el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas.

Este señor de las dalias imagina la flor que desea crear; luego recurre a la técnica que, en principio, implica sembrar en dos surcos paralelos los camotes de dalia de dos colores diferentes; además de cuidar la calidad de la tierra, riego, la temperatura, debe dejar que las abejas hagan su trabajo.

La siembra de camotes empieza en abril, cuando meten los bulbos a la tierra; y así fue como nacieron las dalias que ahora llama Ireri, Jatziri, Emily, Caridad, Yalit, Itayetzi, Quetzaly, Asunción de María, Yuritzi, Erandi, Jade, Maczil, Italivi y Mariam, todas con un registro de especies únicas.

Explicó que un registro significa que aquel interesado en reproducir alguna de sus dalias deberá cumplir un procedimiento legal para su reproducción y venta porque se trata de especies peculiares y de precios especiales.

El registro de las dalias está sustentado en la Ley Federal de Producción, Certificación y Comercio de Semillas, y su respectivo reglamento.

HCM